miércoles, 13 de enero de 2016

Santos y Beatos, del 13 al 18 de nero

                                                                              12 de enero


                                                     Bernardo de Corleone (1605-1667)

            San Bernardo nace en Corleone (Sicilia. Italia) el 6 de febrero de 1605 en el seno de una familia muy religiosa. De constitución física fuerte, ejerce el oficio de zapatero. De carácter violento, un día sostiene un duelo en el que hiere gravemente a su adversario. Huido de la justicia se refugia en una iglesia, para después solicitar el ingreso en la vida franciscana en el convento capuchino de Caltanissete (Sicilia). Lleva una vida muy austera hasta el mismo día de su muerte, acaecida el 12 de enero del año 1667. Vive la piedad y contempla las devociones típicas franciscanas, como es el amor a Cristo crucificado y a la Inmaculada. Escribe Juan Pablo II: «Fray Bernardo, con su historia personal, caracterizada por grandes pasiones civiles y religiosas, con un notable sentido de la justicia y de la verdad en medio de numerosas situaciones de sufrimiento y miseria, encarna, en cierto sentido, la imagen del santo contemporáneo, o sea, la de un hombre que se abre al fuego del amor sobrenatural y se deja inflamar por él, transmitiendo su calor a las almas de los hermanos. Como mostró a sus contemporáneos, también nos indica hoy a nosotros que la santidad, don de Dios, produce una transformación tan profunda de la persona, que la convierte en testimonio vivo de la presencia confortadora de Dios en el mundo (Discurso a los peregrinos. L’Obsservatore Romano 15-VI-2001). Es beatificado por Clemente XIII el 15 de mayo de 1768, y canonizado por Juan Pablo II el 10 de junio de 2001.

                                               Común de Santos Varones

            Oración. Oh Dios, que nos has dejado un vivo ejemplo de penitencia y de virtudes cristianas en San Bernardo; te pedimos nos concedas, con la fuerza de tu Espíritu, permanecer fieles en la fe y firmes en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                                                13 de enero

                                                                 Hilario de Poitiers (367)

            San Hilario nace en Poitiers (Vienne. Francia) a principios del siglo IV. Es consagrado obispo hacia el 350. Lucha contra los arrianos. El emperador Constantino lo destierra. Escribe obras trascendentales para la fe cristiana. Muere en el año 367.

                                   Común de Doctores de la Iglesia

            Oración. Concédenos, Señor Dios, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor San Hilario. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                                             14 de enero
                                                           Odorico de Pordedone (1265-1331)

            El beato Odorico nace en Villanova de Pordedone (Venecia. Italia) en el seno de una familia noble que le educa con sentido cristiano. Ingresa en la Provincia de San Antonio de Padua y, después de ordenarse sacerdote, intensifica su vida de oración y penitencia. Solicita ir a misiones. Entonces emprende un largo viaje que le lleva a Trebisonda. Desembarca y recorre Armenia, Tauris, Soldolina, capital de Persia, y Casan. De allí pasa a la India; visita Ormuz y Thana, en donde fueron martirizados Tomás Sacalia, Demetrio y Pedro, franciscanos, y cuyas reliquias recoge. Visita la isla de Java; después Pekín y tres años más tarde recorre el Tibet. Viaja a pie y descalzo, sufre peligros de toda clase y salva la vida varias veces de milagro. Vuelto a Europa, visita al Papa en Avignon. Le expone la necesidad urgente de la evangelización en Oriente. Al poco, cincuenta Franciscanos marchan hacia aquellas tierras. Odorico no puede acompañarlos al caer gravemente enfermo. Se traslada al convento de Udine, donde muere el 14 de enero de 1331. El papa Benedicto XIV aprueba su culto el 2 de julio de 1775.

                                   Común de Pastores o de Santos Varones

            Oración. Oh Dios, que por medio del celo apostólico del beato Odorico, presbítero, llevaste a tu Iglesia a muchos pueblos de Oriente, concédenos, por su intercesión, perseverar en la fe y vivir en la esperanza del Evangelio que él predicó. Por nuestro Señor Jesucristo.


                                                                             15 de enero
                                                                  Jaime de Villa (1304)

            El beato Jaime de Villa nace en Città della Pieve (Perusa. Italia) en fecha desconocida. Sus padres se llaman Lucantonio Villa y Mustiola, que le educan con criterios cristianos. Estudia Derecho en Siena, estudios que más tarde utiliza para la defensa de los pobres y enfermos. Jaime responde a la invitación a seguirle que Jesús hace al joven rico: «Jesús se quedó mirándolo, le amó y le dijo: —Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme» (Mc 10,20-21); y, al estilo de San Francisco de Asís, sigue a Jesucristo desapropiándose de los bienes terrenos que poseía. Pero Jaime no lo entrega directamente a los pobres, o se los devuelve a su padre como el Poverello, sino que los vende, y con el dinero recibido reconstruye un viejo hospital para los enfermos desamparados. Jaime se implica en su servicio con otros voluntarios que le ayudan para los que, según él, son las personas más abandonadas y sufrientes de aquella sociedad. Al poco se ordena sacerdote e ingresa en la Orden Franciscana Seglar. Un habitante de la ciudad de Chiusi se apodera de los bienes del hospital de la ciudad, donde también se ayuda a los pobres. Jaime interviene como jurista en el tribunal de Chiusi, después en el de Perusa, ganando en ambos tribunales, sentencia que confirma la Corte de Roma. El potentado de Chiusi contrata a unos sicarios para asesinarlo. Lo matan a hachazos. Muere el 15 de enero de 1304 en el mismo pueblo de su nacimiento, Città della Pieve (Perusa). Su tumba se convierte muy pronto en lugar de peregrinación y su culto se difunde rápidamente en la región. Lo beatifica el papa Pío VII en 1806.

                                               Común de Pastores

            Oración. Oh Dios, que todos los años nos alegras con la fiesta del beato Jaime de Villa; ahora que celebramos su entrada en la gloria, concédenos la gracia de imitar su servicio a los enfermos, su defensa de la justicia y su muerte por ti. Por Jesucristo nuestro Señor.

                                                                              16 de enero
                                                Berardo, Pedro, Acursio, Adyuto y Otón
                                                     Mártires de Marruecos (1220)

            San Francisco, que deseó ser martirizado (cf. 1Cel 55; 2Cel 30; LM 9,5-6.9; Flor 24), escogió a seis hermanos para predicar la fe de Cristo entre infieles. Estos seis hermanos fueron: Vidal, Berardo, Pedro, Otón, Acursio y Adyuto. Fray Vidal enfermó en Aragón y no pudo continuar el viaje. Los cinco restantes marcharon a Coimbra, y de Coimbra a Sevilla. Aquí fueron apresados por predicar la fe de Cristo. De Sevilla pasaron a Marruecos. El Sultán los encarceló, torturó y tentó con toda clase de bienes. Los Hermanos le respondieron que con gusto renunciaban a los bienes pasajeros de este mundo por amor de Cristo. El Sultán, «al verse desairado, se encolerizó, empuñó la espada y uno a uno, de un tajo, les abrió una brecha en la cabeza; luego, con su propia mano, les clavó en la garganta tres cimitarras». Fue en Marrakesch el día 16 de enero de 1220. San Francisco dijo al recibir la noticia: «Ahora sí puedo decir con verdad que tengo cinco hermanos menores». San Antonio de Lisboa ingresó en la Orden al contemplar el traslado de sus restos. La expedición a Marruecos fue el comienzo de las misiones entre infieles de la Orden a lo largo de los siglos, iniciadas en vida de San Francisco y bajo su ardiente inspiración y mandato. Estos mártires fueron canonizados por Sixto IV el 7 de agosto de 1481 (cf. «Crónica de los Ministros Generales», Analecta Franciscana 3 [1897] 613-616).

                                               Común de Mártires

Oración. Padre misericordioso, que santificaste los comienzos de la Familia Franciscana con la sangre de sus primeros mártires, los Santos Berardo y compañeros, concédenos que, a ejemplo de ellos, sepamos mantenernos firmes en la fe, y con nuestra vida demos testimonio de ti ante los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                                          17 de enero
                                                                    Antonio Abad (356)

            San Antonio nace en Egipto hacia el 250. Al fallecer sus padres, da sus bienes a los pobres y se retira al desierto para llevar una vida de penitencia y oración. Consuela a los perseguidos por Diocleciano y apoya a San Atanasio en su lucha contra los arrianos. Muere el año 356.
                                               Común de Santo Varones

            Oración. Señor y Dios nuestro, que llamaste al desierto a San Antonio, abad, para que te sirviera con una vida santa, concédenos, por su intercesión, que sepamos negarnos a nosotros mismos para amarte a ti siempre sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.


                                                                           18 de enero
                                                                  José Tovini (1841-1897)

            El beato José Tovini nace el 14 de marzo de 1841 en Cividate Camuno (Brescia. Italia). Abogado y educador, se instala en Brescia en 1867. Se casa con Emilia Corbolani, con la que tiene diez hijos. De 1871 a 1874 es alcalde de Cividate. En 1881 ingresa en la Orden Franciscana Seglar, que aporta a su inmensa actividad las virtudes de la sencillez, la pobreza, la oración, el diálogo respetuoso con todos y la defensa de los pobres. De ahí su interés por las obras de carácter social, como las Cajas de Ahorro Municipales; funda la Unión Diocesana de las Sociedades Agrícolas y de las Cajas Municipales; en Brescia erige el Banco de San Pablo y en Milán el Banco Ambrosiano; crea la revista pedagógica y didáctica «Escuela Italiana Moderna», el semanario «La voz del pueblo», el «Boletín de los terciarios franciscanos», etc. Lucha para que la Iglesia se haga presente en el mundo del trabajo, lo que le lleva a hacer una propaganda intensa y constante para la fundación de las asociaciones obreras católicas. En su última relación pública, habla del apostolado de la oración y dirige una apasionada invitación a la comunión eucarística. Muere el 16 de enero de 1897. El papa Juan Pablo II lo beatifica en Brescia el 20 de septiembre de 1998.

                                               Común de Santos Varones

            Oración. Señor, tú ves que somos débiles y que desfallecemos; por medio del ejemplo del beato José Tovini, afiánzanos en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.



UN PAPIRO MÁGICO CRISTIANO

UN PAPIRO MÁGICO CRISTIANO



Esteban Calderon
Facultad de Letras
Universidad de Murcia

           
Es probable que el título de esta entrada pueda sorprender, pero contamos con un buen número de papiros mágicos de contenido cristiano, la mayor parte de los cuales son posteriores al s. IV y procedentes de Egipto, así como un ingente corpus de papiros mágicos profanos en los que hay frecuentes alusiones de carácter cristiano. Es algo patente que para la Iglesia primitiva fue muy difícil suprimir de un plumazo unos hábitos y costumbres que estaban muy arraigados en la sociedad antigua, de manera que los neoconversos siguieron utilizando amuletos y realizando prácticas mágicas. Ya en los Hechos de los Apóstoles hay una serie de pasajes en los que san Pablo se ve forzado a «competir» con la magia de su época; la práctica de tales artes se hace particularmente evidente a partir del Edicto de Milán (año 313), en virtud del cual el cristianismo es tolerado y se produce una entrada masiva de bautizados. Muchas veces se ha referido este hecho como cristianización del Imperio Romano, pero tal vez sea más apropiado hablar de proceso de paganización del cristianismo. Buena prueba de esto es la legislación que los emperadores cristianos tuvieron que publicar contra la magia y la adivinación, recogida en el Codex Theodosianus.
            Hace poco más de un año saltó la noticia del hallazgo de un nuevo papiro de estas características en los fondos de la biblioteca de la Universidad de Mánchester, aunque originario de Egipto (colección Rylands: P.Ryl. Gr. Add. 1166 v.), hallazgo realizado por la papiróloga de esta universidad Roberta Mazza. La novedad fue divulgada por internet, ya que el texto editado aún no ha sido publicado. Aquí reproduzco unas fotos del papiro y la traducción española que aparece en la página https://actualidad.rt.com/cultura/view/139083-amuleto-cristianismo-ultima-cena: «Temed todos a quien reinará sobre la tierra. Que las naciones y los pueblos sepan que Cristo es nuestro Dios. Porque Él habló y ellos comenzaron a ser, Él mandó y ellos fueron creados; Él puso todo bajo nuestros pies y nos libró de nuestros enemigos. Nuestro dios preparó una mesa en el desierto sagrado y dio maná de comer para un nuevo pacto: el cuerpo inmortal del Señor y la sangre que Cristo derramó por nosotros en la remisión de los pecados».
           
A mi modo de ver, algunas páginas especializadas no entendieron bien el fondo de la noticia y propalaron la especie de que se trataba de la alusión más antigua a la Eucaristía, algo imposible, ya que el papiro tiene unos 1.500 años de antigüedad y, que yo sepa, la referencia primera que tenemos de la fracción del pan está en 1Cor. 11, 23-26, libro que al parecer fue escrito en el año 58 de nuestra Era. Después vendrían las narraciones de los evangelistas y, por supuesto, los textos de los Padres Apostólicos y Apologetas. En realidad, la noticia lo que dice es que se trata del primer papiro mágico en el que aparece una referencia a la Eucaristía, puesto que este hecho no aparecía hasta ahora en los restantes papiros conocidos.
            ¿Cuál era la finalidad de este texto? Parece claro que era para ser doblado dentro de un medallón o colgante y ser llevado como amuleto (del latín amoliri, ‘ahuyentar’), en griego phylaktérion, protector contra los démones, los enemigos o alguna enfermedad. Para que tuviera estos efectos, el autor combina pasajes bíblicos, concretamente el Salmo 78, 23-24 y Mt. 26, 28-30, en la creencia de que estas alusiones al maná, como comida celeste, y al cuerpo y sangre de Cristo serán una buena profilaxis frente a sus hipotéticos males. El papiro denota un conocimiento memorístico de las citas, por lo que, como es normal, hay algún error y algún orden equivocado. De todas formas, con ser cierta la originalidad del contenido de este papiro de Mánchester, es posible que quienes practicaban la magia en aquellos siglos utilizaran la fórmula eucarística con más frecuencia de lo que nos imaginamos. Buena prueba de ello es la falsa fórmula pseudolatina Hocus-Pocus, que se usa desde tiempo inmemorial en la magia europea y que tiene todos los visos de ser un remedo de las mal entendidas palabras Hoc est Corpus, pronunciadas por el sacerdote en la consagración.

           
En cualquier caso, este pequeño papiro de Mánchester es un interesante testimonio del estado de convivencia que durante muchos siglos se produjo entre la religión y la superstición, cuya frontera a menudo se torna vaga y fácil de franquear. Las antiguas prácticas mágicas se perpetuaron especialmente en el Oriente cristiano y sobrevivieron a las normas emanadas de la Iglesia e incluso a los rigurosos principios del Islam. Los papiros y los restos arqueológicos demuestran que tales prácticas no cesaron hasta mucho tiempo después. Es más, en estos tiempos de neopaganismo parecen haberse reactivado. Merecerá la pena volver sobre este tema.