lunes, 9 de noviembre de 2015

Santos y Beatos, del 10 al 16 de noviembre


10 de noviembre
León Magno (461)
            San León Magno nace en la región de la Toscana (Italia). Es elegido Papa el año 440. Adornado de innumerables virtudes, tanto para gobernar, como para vivir el Evangelio, frena a los bárbaros que intentan asolar Roma. Muere en el año 461.
                                               Común de Pastores
            Oración. Oh Dios, tú que no permites que el poder del infierno derrote a tu Iglesia, fundada sobre la firmeza de la roca apostólica, concédele, por los ruegos del papa San León Magno, permanecer siempre firme en la verdad, para que goce de una paz duradera. Por nuestro Señor Jesucristo.
11 de noviembre
Martín de Tours (316ca.-397)
            San Martín abraza la vida monástica, siguiendo a San Hilario; funda un monasterio en Ligugé (Francia) ; más tarde es ordenado obispo de Tours (Departamento de Indre y Loira. Francia). Evangeliza esta región francesa y es un decidido defensor de los pobres. Muere el año 397.
                                               Del Común de pastores
            Oración. Oh Dios, que fuiste glorificado con la vida y la muerte de tu obispo San Martín de Tours, renueva en nuestros corazones las maravillas de tu gracia, para que ni la vida ni la muerte puedan apartarnos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
12 de noviembre
Josafat (1580ca.-1623)
            San Josafat nace en Ucrania hacia el año 1580. Pertenece a la Orden de San Basilio. Es elegido obispo de Pólotzk. Trabaja por la unidad de la Iglesia. Es martirizado en 1623.
                                               Del Común de un mártir
            Oración. Aviva, Señor, en tu Iglesia, el Espíritu que impulsó a San Josafat, obispo y mártir, a dar la vida por su rebaño, y concédenos, por su intercesión, que ese mismo Espíritu nos dé fuerza a nosotros para entregar la vida por nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.
13 de noviembre
Diego de Alcalá (1400-1463)
            San Diego nace en San Nicolás del Puerto (Sevilla. España) el 14 de noviembre de 1400. Ingresa en la fraternidad de San Francisco de la Arruzafa (Córdoba), de la Orden de los Frailes Menores de la Observancia. En 1441 es enviado a las Islas Canarias, al convento de Arrecife (isla de Lanzarote), donde ejerce el oficio de portero y atiende a muchos pobres que le buscan para que les ayude espiritual y materialmente. Después de habitar por un tiempo en la fraternidad de Fuerteventura durante cuatro años como guardián, regresa a la península en 1449. Durante todo este tiempo ayuda a los nativos contra la voracidad de los conquistadores. Viaja a Roma a la canonización de San Bernardino de Siena. Se entrega por entero a los enfermos en la epidemia que asola Roma en el año 1450. Regresa a España y es destinado a Alcalá de Henares (Madrid), donde muere el 12 de noviembre de 1463. El papa Sixto V lo canoniza el 2 de julio de 1588.
                                               Común de Santos Varones
            Oración. Dios Altísimo, que derribas del trono a los poderosos y enalteces a los humildes, concédenos imitar la humildad y caridad de San Diego de Alcalá, para hacernos partícipes de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
13.1 noviembre
Gabriel Ferreti (1385-1456)
            El beato Gabriel nace en Ancona (Marcas. Italia) hacia el año 1385; es hijo de los condes Liberotto y Alvisa Sacchetti. Ingresa en la fraternidad de San Francisco ad Alto a los 18 años. Después de cursar los estudios eclesiásticos es ordenado sacerdote. Se dedica a la predicación y al servicio de los pobres. Atiende a los apestados de la ciudad entre 1425 y 1427. Es nombrado Guardián de San Francisco ad Alto en 1425. Restaura y amplía las dependencias del convento. Es elegido Ministro Provincial en 1434. Extiende la observancia por la región de Las Marcas bajo el auspicio del papa Eugenio IV. Funda las fraternidades de Santa María de las Gracias en San Severino Marcas, San Nicolás en Áscoli Piceno y la Anunciación en Ósimo. Predica en Bosnia a petición de San Jaime de la Marca. Propaga la devoción a la Corona Franciscana. Muere en el convento de Ancona el 12 de noviembre de 1456, asistido por San Jaime de la Marca. El papa Benedicto XIV aprueba su culto el 19 de setiembre de 1753.


                                   Común de Pastores o Santos Varones
            Oración. Dios providente, que consagraste este día con la fiesta del beato Gabriel, concédenos, por tu bondad, mantener con firmeza y consolidar con obras la fe que él proclamó infatigablemente. Por nuestro Señor Jesucristo.
14 de noviembre
Nicolás Tavelic, Deodato de Rodez, Pedro de Narbona
y Esteban de Cuneo (†1391)

            Nicolás Tavelic (1340-1391) nace en la ciudad de Sebenic (Croacia). Misionero en Bosnia y Palestina. DEODATO (†1391) nace en Rodez (Aveyron. Francia). Es ordenado sacerdote en la Provincia franciscana de Aquitania. Misionero en Bosnia. ESTEBAN (†1391) nace en Cuneo (Piamonte. Italia); ingresa en la Orden en Génova, en la Provincia franiscana de la Liguria. Después de evangelizar en Córcega, va como misionero a Tierra Santa. PEDRO (†1931) nace en Narbona (Aude. Francia); pertenece a la Provincia franciscana de la Provenza. Misionero en Tierra Santa. Nicolás y Deodato viajan a Bosnia para responder a la solicitud del papa Gregorio XI y del vicario general Padre Bartolomé de la Verna en los años 1372-1373. Hacia 1384 ambos se trasladan a Jerusalén y se unen a Pedro y Esteban. Viven en la fraternidad de San Salvador, en estudio y oración. Anuncian en Jerusalén ante los musulmanes a Jesucristo pobre y crucificado el 11 de noviembre de 1391 y el 14 son asesinados. El papa Pablo VI los canoniza el 21 de junio de 1970.
                                               Común de varios mártires
Oración. Dios, Padre de bondad, has glorificado con el triunfo del martirio a los santos Nicolás y compañeros, quienes extendieron tu reino propagando la fe; concédenos, por su intercesión y ejemplo, ser fieles en el cumplimiento de tus mandamientos, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.


14.1 de noviembre
María Luisa Merkert (1817-1872)
            La beata María Luisa nace el 21 de septiembre de 1817 en Nysa (Silesia de Opole. Polonia); es hija de Carlos Antonio Merkert y María Bárbara Pfitzner. Fallecidos sus padres, se dedica al servicio de los marginados. Con su hermana Ma-tilde, Francisca Werner y Clara Wolff, de la OFS, forman en 1842 una comunidad que se entrega al servicio de los enfermos y de los pobres a domicilio en Nysa. Después de vivir un tiempo con las Hermanas de la Misericordia de San Carlos Borromeo en Praga, trabajando como enfermera en los hospitales de Podole, Litomierzyce y Nysa, decide crear una nueva institución con Francisca Werner en 1850. El 4 de septiembre de 1859, la Asociación de Santa Isabel, como así ha llamado a su institución, recibe la aprobación del obispo de Breslavia. En 1860 es elegida superiora general. El 5 de mayo de 1860, María, junto con otras veinticinco religiosas, hace los votos de castidad, pobreza y obediencia, a los que añaden un cuarto voto de servir a los enfermos y necesitados. El papa León XIII le otorga la aprobación definitiva en 1887. La asistencia a los enfermos y abandonados en sus domicilios, la une a la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús y a la Virgen, modelo de fe. Muere el 14 de noviembre de 1872. El papa Benedicto XVI la beatifica el 30 de septiembre de 2007.
                                                           Común de Vírgenes
            Oración. Señor y Dios nuestro, te pedimos que la beata María Luisa, virgen, tu fiel esposa, encienda en nuestro corazón la llama de la caridad divina que ella suscitó en otras vírgenes, para gloria perpetua de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.


15 de noviembre
Juan de la Paz (1270-1340)
Juan Cini nace en Pisa (Toscana. Italia) hacia 1270. Pertenece a una familia de hondas raíces cristianas, que le educa en las tradiciones y hábitos católicos. Ingresa en el ejército de la República de Pisa. Forma parte de los primeros laicos de la Tercera Orden de la Penitencia, fundada por San Francisco, que siguen a Jesús pobre y crucificado. En 1305 abandona el ejército y apoya la «La Pía casa de la misericordia» en la que atiende a los enfermos, acoge a los peregrinos y cuida a los pobres. Intensifica su vida de oración y penitencia en un eremitorio situado junto a la Puerta de la Paz. De aquí le viene el que se le conozca como Juan de la Paz. Acuden muchos creyentes a consultarle, numerosos discípulos le siguen en su vida evangélica: les llaman «Ermitaños Terciarios Franciscanos». En 1330 el arzobispo de Pisa les ofrece el eremitorio de Santa María de la Sambuca. El beato Juan fallece el 13 de noviembre de 1340. El papa Pío IX aprueba su culto el 10 de septiembre de 1857.
                                   Común de Santos Varones
            Oración. Dios misericordioso, por la gloria del beato Juan Cini nos ofreces el supremo testimonio de tu amor; concédenos, por tu bondad, que ayudados por su intercesión y estimulados por su ejemplo imitemos fielmente a tu Hijo. Que vive y reina.

15.1 noviembre
María de la Pasión (1839-1904)
            La beata Helena María de Chappotin de Neuville, en religión María de la Pasión, nace el 21 de mayo de 1839 en Nantes (Loira Atlántico. Francia). En 1860 ingresa en las Clarisas para seguir la vida evangélica de San Francisco y Santa Clara. Debe abandonar el convento por una grave enfermedad. Entra en la Sociedad de María Reparadora en 1864; toma el hábito el 15 de agosto, en Toulouse. En marzo de 1865 es enviada al Vicariato apostólico del Maduré (India), encomendado a la Compañía de Jesús. Allí profesa el 3 de mayo de 1866. En julio de 1867 es nombrada provincial. Abandona con otras veinte hermanas la Sociedad de María Reparadora en 1876. Obtiene del papa Pío IX, el 6 de enero de 1877, la autorización de fundar un nuevo instituto bajo el nombre de Franciscanas Misioneras de María. El 4 de octubre de 1882, en la iglesia del Ara Coeli (Roma. Italia) ingresa en Orden Franciscana Seglar. El 12 de agosto de 1885 recibe el Decretum laudis y el de afiliación a la Orden de Hermanos Menores; el 11 de mayo de 1896 se aprueban las Constituciones. La finalidad del Instituto son las misiones para responder a las llamadas de los pobres y abandonados. También la promoción de la mujer. Muere en San Remo el 15 de noviembre de 1904. El papa Juan Pablo II la beatifica el 20 de octubre de 2002.
                                               Común de Vírgenes
            Oración. Señor, Dios nuestro, que, de manera admirable, has conducido a la beata María de la Pasión, virgen, a contemplar el misterio de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, que siguiendo el camino de tu Evangelio cooperemos en tu designio salvador. Por nuestro Señor Jesucristo.


Domingo XXXIII (B).

DOMINGO XXXIII (B)


            Lectura del santo Evangelio según San Marcos 13,24-32.

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —En aquellos días, después de una gran tribulación, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblarán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, del extremo de la tierra al extremo del cielo.
            Aprended lo que os enseña la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, sabéis que la primavera está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. El día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.

           
1.- Marcos nos revela cuál es el final de nuestra vida y de toda vida creada. Es una afirmación que nos da seguridad a los que intentamos relacionarnos desde la bondad de nuestro corazón. No describe la vida futura ni cómo será la eternidad. La vida en Dios corresponde a otra dimensión que no se puede ni comprender ni definir con nuestra inteligencia. Como escribe Pablo: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman» (1Cor 2,9). Lo cierto es que la historia termina bien para los que «aman al Señor». El Evangelista no tienen en cuenta a los que no son llamados. Pero Jesús, en la parábola del trigo y la cizaña (cf. Mt 13,24-52), afirma que ya no seguirán mezclados, como ocurre en nuestra sociedad, los que viven para sí y los que viven para los demás en el Señor.

           
              2.- «Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor» (Jn 10,11-16). Nuestra gran tarea como bautizados es ayudar a Jesús para traer al rebaño a los que no saben de la salvación eterna, del sentido personal y colectivo de las relaciones de bondad, a los que viven solo pendientes de su trabajo, de su familia, de sí mismos, sin levantar los ojos y ver el rico panorama que ofrece la creación en sus personas, en sus culturas, en sus animales, en sus aves, en su naturaleza inerme.
           

3.-  Las enfermedades, los traspiés, los sinsabores que experimentamos en nuestra vida no tendrán la última palabra. Tantos inocentes muertos en guerras, o infravalorados por sus jefes y poderes de este mundo; tantos niños que no han podido crecer, o personas a las que se les negado disfrutar de la vida; pensemos en los niños de la guerra, que han nacido para matar en vez de para vivir, o en las guerras del Medio Oriente y África, o en los países cuyos gobernantes solo generan pobreza y esclavitud. El Evangelio de hoy es un grito a favor de la existencia humana, esté donde esté y que se haya desarrollado en cualquier lugar y tiempo de la historia. Desde Dios en Jesús, todos serán salvados y reunidos en un solo rebaño con un solo pastor. Nada de bien y de bondad que hayamos hecho se perderá. Y esto es una gran satisfacción para las conciencias limpias que comprenden la vida como una relación de amor, porque eso es Dios.  Es el mundo nuevo que viene a desvelar e inaugurar el Hijo del hombre para siempre.

Domingo XXXIII (B). El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.

DOMINGO XXXIII (B)


            Lectura del santo Evangelio según San Marcos 13,24-32.

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —En aquellos días, después de una gran tribulación, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblarán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, del extremo de la tierra al extremo del cielo.
            Aprended lo que os enseña la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, sabéis que la primavera está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. El día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.

           
1.- Texto. El capítulo 13 de Marcos comienza con la premonición de Jesús sobre la destrucción del templo de Jerusalén. Los discípulos - Pedro, Santiago, Juan y Andrés -le preguntan sobre la fecha de dicho acontecimiento. La respuesta la tenemos en el evangelio descrito: sucesos cósmicos, venida de Jesús desde la gloria del Padre y reunión de todos los elegidos dispersos por todo el mundo. El universo se apaga como un preludio de la luz que va a iluminar la venida del crucificado; y viene para reunir en una comunidad a todos sus hermanos. Es lo que deben retener los discípulos, como saben el cambio de estación cuando la higuera echa las yemas de los higos que se comen en el verano. Y es tan verdad su premonición, que todos serán testigos de estos sucesos.

           
2.- Mensaje. Jesús ha elegido a los Doce, que le han acompañado en su misión por Galilea y en su viaje a Jerusalén, donde es traicionado, abandonado y dejado solo ante Anás, Caifás y Pilato. Jesús se lo dice al terminar la Última Cena: «Después de cantar el himno salieron para el monte de los Olivos. Entonces, Jesús les dijo: —Esta noche os vais a escandalizar todos por mi causa, porque está escrito: “Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño”» (Mt 26,30-31).  Ya se lo había advertido antes por tres veces (Mc 8,31; 10,32; 13,9). Pero la acción de Dios al tercer día de morir le da a Jesús la dimensión eterna. Jesús resucitado, constituido Juez de la historia, separará el bien del mal y desvelará la eternidad feliz para los que hayan amado en su existencia (cf. Mt 25,31), reuniéndolos en un solo rebaño, y con él como pastor (cf. Jn 10,11-16).

           
3.- Acción. La vida de los creyentes entraña una tensión personal, una tensión social y silencios divinos de todo tipo por las tribulaciones, incomprensiones y angustias que sufrimos a lo largo de nuestra vida. Muchas veces se echa de menos a Dios para que salga en defensa de los inocentes y débiles que sufren el mal sin causa alguna. Siempre nos ha atormentado el dolor, y mucho más explicar y comprender el dolor de los buenos. Por costumbre trasladamos a Dios las responsabilidades de los males humanos y cósmicos, o, por el contrario, que nos recompense nuestro trabajo o nuestro buen hacer, que, por lo general, exigimos de los demás. Otro paso que damos en falso es cuando entendemos nuestra vida como una mercancía en la que vendemos nuestro tiempo y cualidades. Y así, pensando en Dios,  vamos atesorando un capital suficiente para presentarnos ante Él con un talón para que nos pague en tiempo y felicidad eterna. No somos nosotros «los que subimos al cielo». Es Él el que nos reunirá en su gloria por su Hijo, contando, ciertamente, con nuestras obras, o a pesar de ellas.