lunes, 31 de agosto de 2015

Santos y Beatos, del 1 al 7 de setiembre

SETIEMBRE
1 de setiembre

Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato (†1228)

El beato Juan nace en Perusa (Umbría. Italia); es sacerdote. El beato Pedro nace en Saxoferrato (Las Marcas. Italia); es hermano laico. Ingresan en la Orden entre los años 1209 y 1220, fecha en la que están en la ciudad de Teruel (España). Son enviados por San Francisco al Reino de Aragón a predicar la fe católica a los musulmanes que ocupan gran parte de España. En Teruel sirven en un hospital de leprosos y construyen dos celdas junto a la ermita del apóstol San Bartolomé, situada a la orilla del río Turia. Aquí residen unos ocho años. El deseo de convertir a los infieles y sufrir el martirio les conduce a Valencia, donde reina Zeit Abuzeit. Predican contra Mahoma y el contenido de la fe islámica. Son encarcelados de inmediato y decapitados en 1228. El papa Clemente XI aprueba su culto el día 31 de enero de 1705 y Benedicto XIII concede el Oficio divino y Misa.

Común de Mártires

Oración. Dios eterno que otorgaste a los beatos Juan y Pedro la gracia de dar la vida por amor a Cristo; ven en ayuda de nuestra debilidad con tu poder divino para que, así como ellos no vacilaron en morir por ti, nosotros podamos confesarte valientemente con el testimonio de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo.


2 de setiembre
Apolinar Morel de Posat, Juan Francisco Burté, Severino Girault
Mártires de la Revolución Francesa

APOLINAR MOREL DE POSAT, OFMCAP (1739-1792), nace cerca de Friburgo (Suiza). Ordenado sacerdote en 1764, se dedica a las misiones populares; es nombrado maestro y profesor de los estudiantes de teología. JUAN FRANCISCO BURTÉ, OFMCONV (1740-1792), nace en Rambervillers (Lo-rena. Francia). Profesor de Teología, predicador real, Guardián del convento de París. SEVERINO GIRAULT, TOR (17281792), nace en Ruán (Alta Normadía. Francia) el 14 de enero de 1728. Es ordenado sacerdote en 1754. En 1773 se traslada a París para ejercer el oficio de secretario general. Asiste a las Hermanas Franciscanas de Santa Isabel. Son asesinados salvajemente el 2 de setiembre de 1792 en el convento de los Carmelitas de París por rechazar el juramento contra la Iglesia y profesar su adhesión a la fe católica. El papa Pío XI los beatifica el 27 de octubre de 1926.

Común de Mártires

Oración. Padre nuestro, que concediste a los mártires Apolinar, Juan Francisco y Severino pelear el combate de la fe hasta derramar su sangre, te rogamos que su intercesión nos ayude a soportar por tu amor las adversidades y a caminar con valentía hacia ti, fuente de toda vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

2.1 de setiembre
Claudio Granzotto (1900-1947)

El beato Claudio nace el 23 de agosto de 1900 en Santa Lucía di Piave (Treviso. Italia), en el seno de una familia dedicada a la agricultura y con hondas raíces cristianas. Trabaja en el campo, en la carpintería y albañilería. Estudia en la Academia de Bellas Artes de Venecia, en la que se diploma en escultura. Ingresa en la Orden el 7 de diciembre de 1933, en San Francisco del Desierto. Lleva una vida de oración, penitencia y de entrega a los pobres y desheredados. Siente especial devoción por la Eucaristía y por María Inmaculada. Construye cuatro Grutas de Lourdes. Muere el 15 de agosto de 1947 de un tumor cerebral. El papa Juan Pablo II lo beatifica el 6 de julio de 1993.
Común de Santos Varones

Oración. Dios nuestro, que otorgaste al beato Claudio la gracia de imitar a Cristo pobre y humilde, concédenos por sus ruegos que viviendo con fidelidad nuestra vocación, podamos alcanzar aquella perfección que tu Hijo nos propuso con su ejemplo. Que vive y reina contigo.

3 de setiembre

Gregorio Magno (540-604)

San Gregorio nace en Roma en el año 540. Prefecto de la Ciudad eterna. Convertido, ingresa en la vida monástica. Obispo de Roma, gobierna su grey como un verdadero pastor. Escribe sobre teología moral. Muere el 12 de marzo del año 604.

Común de Doctores de la Iglesia

Oración. Oh Dios, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo gobiernas con amor, concede el don de la sabiduría, por intercesión del papa San Gregorio Magno, a quienes confiaste la misión del gobierno en tu Iglesia, para que el progreso de los fieles sea el gozo eterno de sus pastores. Por nuestro Señor Jesucristo.


4 de setiembre
Rosa de Viterbo (1235-1252)

Santa Rosa nace en Viterbo (Lacio. Italia) en 1234, hija de Juan y Catalina, familia dedicada a la agricultura. Ingresa en la Orden Franciscana Seglar a los 10 años. De una inteligencia natural extraordinaria, asimila la Escritura y la sirve al pueblo en instrucciones sencillas, con consejos para seguir a Cristo pobre y aprender a llevar una vida de oración. Reprende a Federico II en Viterbo por apropiarse de las tierras de la Iglesia. Expulsada de la ciudad sigue atacando al Emperador en Soriano nel Cimino (Viterbo). Se entrega a la asistencia a los enfermos y a los pobres hasta el día de su muerte, acaecida en 1252 a los 18 años de edad. Enterrada en Santa María del Poggio, más tarde trasladan su cuerpo a Santa María de las Rosas, en una ceremonia presidida por el papa Alejandro IV el 4 de setiembre de 1258. El papa Calixto III la canoniza en 1457.
Común de Vírgenes

Oración. Padre de bondad, que has unido en la joven Santa Rosa de Viterbo la firmeza de ánimo y el encanto de la bondad; al celebrar hoy su fiesta, concédenos imitar también sus virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo.

5 de setiembre
Peregrino de Falerone (†1233)

El beato Peregrino nace en Falerone (Áscoli Piceno. Italia) hacia el año 1200. Estudia Derecho en Bolonia con Ricerio de Muccia. Los dos escuchan a San Francisco cuando visita Bolonia en 1222 e ingresan en la Orden (Florecillas 27). El beato Peregrino viaja a Tierra Santa, donde es un ejemplo para los cristianos y los musulmanes, que lo admiran con verdadera devoción. Vuelto a Italia se dedica a los trabajos más humildes de la fraternidad de San Severino Marche (Macerata. Italia). Dedica mucho tiempo a la oración y al recogimiento interior y exterior, siendo el silencio una constante de su vida franciscana. Muere en Macerata en 1233. El papa Pío VII aprueba su culto el 31 de julio de 1821.

Común de Santos Varones

Oración. Dios nuestro, que otorgaste al beato Peregrino la gracia de imitar a Cristo pobre y crucificado, concédenos por sus ruegos que, viviendo con fidelidad nuestra vocación, podamos alcanzar aquella perfección que tu Hijo nos propuso con su ejemplo. Que vive y reina contigo.

5.1 de setiembre

Gentil de Matélica (1290ca.-1340)

El beato Gentil nace en Matélica (Marcas. Italia) hacia 1290. Muy joven ingresa en la Orden. Después de cursar los estudios preceptivos, se ordena sacerdote. Se entrega por completo a la predicación en los pueblecitos de las Marcas y en otras regiones de Italia. Se retira al monte Alverna, donde convive con el beato Juan de Fermo o del Alverna. Después de un tiempo dedicado a la oración, viaja a Egipto, península del Sinaí, Santos Lugares, Turquía y Persia, donde predica la fe católica a los musulmanes; convierte a muchos seguidores de Mahoma al cristianismo. Es decapitado el 5 de septiembre de 1340, en Tabriz (Persia). Nicolás Quirini traslada sus restos a Venecia. El papa Pío VI aprueba su culto en 1792.
Común de un Mártir

Oración. Dios misericordioso, te pedimos que aprendamos a imitar, con entrega sincera, la fe que animó al beato Gentil, quien por su generosidad mereció alcanzar la corona del martirio. Por nuestro Señor Jesucristo.


6 de setiembre

Liberato de Loro Piceno (1214-1258)

El beato Liberato nace en Loro Piceno (Macerata. Italia). En 1234 renuncia al condado que le da su tío Fidesmido a favor de su hermano Gualterio, e ingresa en la fraternidad de Roccabruna (Cuneo. Italia). Después de recibir la instrucción necesaria, es ordenado sacerdote y se retira al eremitorio de Soffiano, junto al castillo de Brunforte (Loro Piceno), en el que lleva una vida de oración y penitencia. Las Florecillas (47.1) cuentan que tiene éxtasis y arrobamientos divinos; los pájaros se posan en sus hombros, cabeza, brazos y manos, donde cantan. Muere el 6 de septiembre de 1258. El papa Pío IX concede el 26 de septiembre de 1868 oficio y misa en su honor.

Común de Santos Varones

Oración. Dios nuestro, que llamaste al beato Liberato para que buscara tu Reino en este mundo por la práctica de la caridad y oración perfecta, concédenos que, fortalecidos por su intercesión, avancemos por el camino del amor con espíritu gozoso. Por nuestro Señor Jesu-cristo.


7 de Septiembre

                                Juan Bautista Righi de Fabriano (1469-1539)

El beato Juan Bautista nace en Fabriano (Marchas. Italia) hacia 1469; hijo de Nicolás y Catalina Righi, oriundos de Alemania. Después de leer la vida de San Francisco, decide seguirle e ingresa en el convento de Forano, cerca de Appignano, donde vivieron los beato s Pedro de Treya (1304) y Conrado de Offida (1306). Practica una devoción intensa a María, orando en el lugar dedicado a la Virgen de los Ángeles, donde se le apareció al beato Conrado. Después de completar los estudios eclesiásticos, es ordenado sacerdote y destinado a la fraternidad de Romita, cerca de Cupramontana en la provincia de Ancona (Las Marcas). El convento es un antiguo monasterio camaldulense, reformado por San Jaime de la Marca. Juan Bautista vive aquí toda la vida, unos cincuenta años, leyendo a los Padres de la Iglesia, orando y predicando en misiones populares para mantener la fe del pueblo de las Marcas. En el convento se encuentra una imagen de la Virgen flanqueada por Santiago el Mayor y San Francisco de Asís. Profundiza y ahonda su devoción a María, que le conduce, como a San Francisco, a seguir de cerca a Jesús pobre y crucificado. Muere el 11 de marzo de 1539. El papa San Pío X lo beatifica el 7 de septiembre de 1903.

Común de Santos Varones


Oración. Señor, Dios nuestro, fuente de todo bien, que anunciaste el Evangelio a tu pueblo por medio del beato Juan Bautista de Fabriano, haz que, por su intercesión, se difunda en tu Iglesia el amor a tu Hijo y a su Madre María. Por nuestro Señor Jesucristo.

"Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos".

       DOMINGO XXIII (B)


            Lectura del santo Evangelio según San Marcos 7,31-37

            En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le pidieron que le impusiera las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: ―Effetá (esto es, «ábrete). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.
            Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: -Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos.


           
1.-  La curación del sordomudo evoca las acciones que el Señor hizo al inicio del tiempo cuando expresó, al término de la creación, «que todo estaba bien hecho», y también dirá al final de los días que «todo lo hará nuevo» para desterrar el mal acumulado por nuestra acciones (Gén 1,31; Ap 21,1). Nosotros cooperamos con el Señor y participamos de la vida nueva que donará al final de la historia si somos capaces de verlo y escucharlo en la Eucaristía, en la lectura de la Escritura, que nos abren los ojos y oídos para ver y escuchar el caminar y el clamor de los emigrantes y exiliados que estamos observando en estos días desde Siria, Irak, etc., o en nuestra calle y barrio.

           
2.-  El milagro del sordomudo se inscribe en el ámbito de la declaración y defensa de Jesús de que todos los alimentos son puros: «Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina. (Con esto declaraba puros todos los alimentos)» (Mc 7,18-19). Y después camina por algunos lugares habitados por gentiles, superando las barreras que los separan de los judíos. Y, en otra perspectiva más amplia, este milagro se relaciona con el ciego de Betsaida, antes relatado (Mc 8,22-26); con las dos acciones, Jesús va curando la ceguera y sordera de los discípulos (Mc 8,21.33; 9,32; etc). Es responsabilidad de las comunidades creyentes, como seguidoras de Jesús, oir, ver al Señor en el corazón de los próximos y alejados para que se escuche su Palabra en todo el mundo (cf. Mc 16,15).


      3.-  El milagro del sordomudo es necesario que nos lo haga Jesús a cada uno de nosotros. Por lo general, seleccionamos los objetos y personas que queremos ver y oír. Y nos movemos en un mundo muy cómodo, porque la tendencia es excluir de nuestras relaciones aquellas situaciones y personas que nos molestan,…. hasta que nos afecta la desgracia o la enfermedad. Entonces, caemos en la cuenta de que los demás son necesarios para que podamos vivir con dignidad. Escuchar al Señor, viendo las desgracias, debe suscitar en nuestros corazones la necesidad de compadecernos del que está siendo apaleado por la vida, y no tiene capacidad para oír y hablar.



Domingo XXIII (B): "Todo lo ha hecho bien"

DOMINGO XXIII (B)



            Lectura del santo Evangelio según San Marcos 7,31-37

            En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le pidieron que le impusiera las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos, y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: ―Effetá (esto es, «ábrete). Y, al momento, se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.
            Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: -Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

           
1.- Texto.  La estructura del milagro es muy parecida a la del ciego de Betsaida (Mc 8,22-26). La gente le lleva a Jesús un sordo que, a la vez, tiene dificultades para hablar, cosa muy corriente en las personas que no pueden oír. Ante el ruego de los que han conducido al enfermo para que le transmita su energía salvadora por la imposición de las manos, Jesús «le metió los dedos en los oídos; después le tocó la lengua con saliva». Es habitual en los taumaturgos la práctica de tocar los miembros afectados por la enfermedad. Además, es opinión común que la sangre, el agua, el vino, el aceite y la saliva, que es aliento condensado, tiene efectos curativos pues transmite energía (como en el ciego de Betsaida, 8,23). También el dedo (de Dios) vehicula fuerza y potencia, como la imposición de las manos, aunque estamos muy lejos de los brebajes y otras jerigonzas que hacen los magos de la época. Jesús se dirige a Dios con la mirada, y el suspiro expresa la acción sobrehumana que va a realizar, junto a la compasión, gestos propios de los taumaturgos. Estos gestos, como los anteriores del dedo y la saliva, los acompaña con una palabra, posiblemente derivada de la lengua aramea, «effetá», y orientada al enfermo, más que a sus miembros atrofiados. Sucede igual con la curación de la hija de Jairo: «Talitha qum...: Chiquilla, te lo digo a ti, ¡levántate!» (Mc 5,41).

           
2.- Mensaje. Dios está obrando de nuevo como en el principio de la creación: «Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno» (Gén 1,31), como ahora en Jesús: «Estaban estupefactos y comentaban: Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc 7,37), un eco que aparece en los finales de los milagros. Es el cumplimiento del oráculo de Isaías sobre la salvación en los tiempos mesiánicos: «Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como ciervo el cojo, y la lengua del mudo cantará» (Is 35,5-6).Pero para que se dé la salvación es necesaria la fe, es decir, la confianza de que el Señor está actuando en la historia de maldad que iniciamos los hombres. El Señor sólo puede curar nuestra ceguera y nuestra sordera si abrimos nuestro corazón a su permanente invitación para vivir con salud, con salud física, afectiva, espiritual. Es dejarnos guiar por Jesús.

           
3.- Acción.  Una de las preguntas que hará Jesús al final de nuestra vida es si visitamos al enfermo (cf. Mt 25,36). Cualquier enfermedad nos separa de la vida social, máxime si es la ceguera o la sordera. Nos aislamos, y la soledad forzada es inhumana, puesto que nuestra identidad es pura relación con los demás, tanto en la familia, como en la sociedad y en la Iglesia.  Para que nuestra fe sea creíble es necesaria la cercanía y la compasión con los enfermos, puesto que en muchas enfermedades no pueden acercarse a los demás; somos nosotros, visitándolos, los que debemos darles vida.


                                  Leer a Francisco y Clara de Asís.
          Sus escritos. Introducción general e inducción metodológica.



                                                                Fernando Uribe

           
Por Francisco Henares
Instituto Teológico de Murcia OFM

          La base de este libro comenzó por un folleto (Santiago de Cali, 2006) y “sufrió serios percances en su proceso editorial”, nos dice el A/, franciscano, colombiano,  profesor en el Antonianum (Roma) y fallecido en julio pasado. Aquí, en el Teológico OFM, de Murcia se publicaron algunas obras suyas: Introducción a las hagiografías de S. Francisco y Sta. Clara de Asís (siglos XIII y XIV); y San Francisco. Letra y espíritu (2006).
            El citado folleto se ha convertido ahora en una obra en cinco capítulos, tres apéndices, y una extensa bibliografía. La pepita se hizo árbol, y aprovechó pedagogías y metodologías, “aplicadas con éxito a lo largo de la experiencia docente”, se nos anuncia. De ahí el subtítulo de la obra en lo tocante a inducción. Pregunta básica para empezar: “¿Cómo fueron compuestos los escritos?”. Son los aspectos histórico-críticos de los escritos de Francisco (capº. 1), a saber, autenticidad, destinatarios, transmisión, colecciones de manuscritos, clasificación, escritos perdidos, la famosa Oración por la paz y su autenticidad. Otra pregunta: ¿conviene llamar a todo esto opúsculos o escritos? Y dos apuntes ya admitidos hoy: no se puede decir que la oración Absorbeat y la de Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, figuren entre los textos de Francisco. Sin embargo, algo está claro: la inspiración franciscana de esta última. Dice el A/ que no se ha hecho todavía, y no sería tan difícil, un estudio profundo comparándola con el tema de la paz y las oraciones innegables de Francisco.
           
El  capº. segundo se centra en las características y contenido de los escritos de Francisco. Con buen criterio se busca al escritor Francisco, a su cultura en la época, a las fuentes posibles, y a la presencia de la Biblia, y de escritores eclesiásticos. De lo primero indicado no se ha llegado a conclusiones indiscutibles. Más bien, los rastreos trabajan de modo general en torno al siglo XIII, Italia, y su Centro y Norte. Se ha escrito bastante acerca de que Francisco se llame a sí mismo idiota. Puede ser equívoca tal palabra. De ahí que A. Mattioli escribiera (El Santo (1987), bajo interrogante: Idiota. Mancanza di culture o amore di ritiratezza? Nota di lessicografia francescana. Curiosamente, Uribe se detiene ante Francisco escritor con un interés que no suele verse en otros investigadores. Ha sido mayor en éstos pararse en las citas de la Escritura, dada su importancia.
           
Las páginas correspondientes al Francisco de los escritos (81- 111) son admirables acercamientos del A/, tanto al estilo cuanto a la fuerza y fervor puesta por Francisco. Sermo humilis,  accesible, pero elevado en contenidos y objetivos buscados. En el capº.  tercero entra Sta. Clara y nos movemos bajo una citada estructura de estudios, o sea, aspectos históricos y críticos de los escritos de aquélla. Puntos valiosos son los de la complementariedad entre los carismas de ella y Francisco; los influjos mutuos en el proceso vocacional de ambos; la dependencia parcial de los escritos de Clara respecto de Francisco. Todo lo demás revive el esquema del capº. primero (autenticidad, transmisión, etc.). El influjo mutuo es digno de reseñarse, porque podría peligrar una visión en la que Francisco se lleva toda la parte. Más que peligro. Escribe el A/ que tal relación no se redujo a la admiración de ella por él (que era evidente), sino que “se tradujo en la paulatina conformación de la forma de vida”, es decir, el femenino con una marca destacada en un mundo, el clerical, repleto de hombres que deciden casi todo oficialmente. Y esto a pesar de que Clara, por humildad, decía que las Pobres de San Damián eran obra de Francisco. No fue clérigo éste, hablando estrictamente. El femenino actuando tiene su punto álgido cuando Francisco titubea ante dedicarse en exclusiva a la oración o también a la predicación. La respuesta de ella es palmaria: no sólo vivir para sí mismo, sino para el servicio a los otros. Así, escuetamente dicho, no deslumbra, sin embargo, pero sí por lo más valioso, escondido: el acompañamiento femenino, una de las virtudes más propias de la vida espiritual de todos los cristianos. Acompañar para mejor discernir. He ahí la aportación de Clara.
           
El capº. cuarto se escribe con un guión ya mentado (cultura de Clara, fuentes, influjos, etc.) Muy práctico es el capº. quinto  y último. Se trata de un taller de lectura y análisis ante los textos franciscanos de Francisco y Clara. La hermenéutica es materia recia hoy y siempre en cualquier literatura. Cita el A/ a Lázaro Carreter y a E. Correa, muy conocidos ambos en I.E.S. y universidades españolas en punto a cómo se comenta un texto. No falta investigación franciscana ahora y metodología. Comentar un texto de hace 800 años se convierte en mirada pluridisciplinar obligadamente. Aprovecha el A/ para presentar los tres métodos clásicos que hoy brillan, y los tres modos de abordar un texto (diacrónico, sincrónico, y temático). Es un capítulo este que algunos lo miran con recelo (como si fuera sólo para profesores), pero aquí se presentan ejercicios y aplicaciones muy útiles, fruto de una larga experiencia en el aula del A/. Los Apéndices (tres muy indagadores) servirán mucho para leer con calma, puesto que lo banal no tiene aquí sitio. Culminar esta obra con tales páginas es una compenetración entre contenido y forma. Se alegrarán en ejercitarse franciscanos y no franciscanos.