sábado, 11 de julio de 2015

Santos y Beatos, de 14 al 19 de julio

                            14 de julio
      Francisco Solano (1549-1610)
San Francisco Solano nace en Montilla (Córdoba. España) el 10 de marzo del año 1549; es hijo de Mateo Sánchez Solano y Ana Jiménez. Después de comenzar su educación con los jesuitas, ingresa en la Orden en 1569. Cursa los estudios eclesiásticos en Loreto (Sevilla. España) y se ordena sacerdote en 1576. En 1581 es maestro de novicios en la Arruzafa (Córdoba). Parte para América en 1589. Desembarca en Perú y marcha a Tucumán (Argentina) con ocho franciscanos, donde reside hasta el año 1595. Explora las pampas y el Chaco Paraguayo y Uruguay. Posee don de lenguas y predicaba a los nativos con un crucifijo en la mano. Misiona además por el Río de la Plata, Santa Fe y Córdoba de Argentina. Después de catorce años es nombrado responsable de la Recolección franciscana (Convento de los Descalzos), que acababa de fundarse a las afueras de la ciudad de Lima (Perú), en la que se había iniciado la evangelización en 1531 por dominicos y franciscanos. Entregado a la oración y después de llevar una vida de austeridad y penitencia, muere el 14 de julio de 1610. El papa Clemente X lo beatifica en 1675 y Benedicto XIII lo proclama santo en 1726. En su tiempo vivieron en Lima Santo Toribio de Mogrovejo, Santa Rosa, San Martín de Porres y San Juan Macías.
Común de Pastores o Santos Varones

Oración. Señor, Dios nuestro, que, por medio de San Francisco Solano, llevaste al seno de tu Iglesia a muchos hombres de Hispanoamérica, por su intercesión y sus méritos llena nuestros corazones de tu amor y conduce a todos los que te ignoran al conocimiento del misterio de Cristo. Por nuestro Señor Jesucristo.

                        14.1 de julio
Angelina de Montegiove (1377-1435)
La beata Angelina nace en Montegiove (Orvieto. Italia) en 1377. Fundadora de las Hermanas Terciarias Franciscanas Regulares. A los 15 años de edad se casa con Juan de Terni, Conde de Civitella. Dos años después, Angelina queda viuda y dueña del castillo y las tierras de Civitella del Tronto. Ingresa en la Orden Franciscana Seglar. Rodeada de otras franciscanas transforma su casa en una comunidad. Recorre la comarca dando testimonio de Jesús crucificado y asistiendo a los pobres y enfermos. Es acusada de hechicería. Ladislao, rey de Nápoles, la procesa en Castelnuovo y la declara inocente, pero la echa de su reino. En 1397 dedica su casa/con-vento a Santa Ana. Es el primer convento de terciarias regulares con votos y clausura. En 1399, Angelina funda en Foligno el convento de Santa Inés y más tarde, los de Espoleto, Asís y Viterbo. En vida de la beata se crean once más. Muere a los 58 años de edad. El papa León XII aprueba su culto el 8 de marzo de 1825.

Común de Santa Mujeres
Oración. Dios, fuente de amor, que otorgaste a la beata Angelina el don de una especial humildad y caridad, concédenos seguir su ejemplo y conseguir la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
                    15 de julio
Buenaventura de Bagnoreggio (1217-1274)

San Buenaventura –Juan de Fidanza– nace en Bagnoreggio (Viterbo. Italia). Ingresa en la Orden seducido por la sencillez y sabiduría de San Francisco y sus seguidores. Estudia en la Universidad de París, donde es discípulo de Alejandro de Hales, Juan de la Rochela y Odón Rigaldo. Enseña durante 10 años en París, y el 2 de febrero de 1257 es elegido General de la Orden, cargo que ejerce durante 18 años. Celebra capítulos generales y provinciales. Excluye de la Orden el rigorismo y la relajación, marcando las pautas de lo que será la vida franciscana de entonces. El papa Gregorio X (1271-1276) lo nombra cardenal y lo consagra obispo de Albano. Prepara el segundo concilio ecuménico de Lyón, en el que se realiza la unión de los griegos disidentes de la Iglesia de Roma. Muere el 15 de julio de 1274. El Papa mandó que todos los sacerdotes del mundo dijeran una misa por su alma. Escribe el Comentario a las Sentencias, las Cuestiones disputadas, el Breviloquio, El Itinerario de la mente a Dios, Sermones, etc., etc. Relaciona el agustinismo y la vida y el mensaje de Jesucristo, centro de la creación, y logra la síntesis más completa de la mística cristiana. El papa Sixto IV lo canoniza el año 1482. En 1588 lo proclama doctor de la Iglesia Sixto V, asignándole el título de Doctor Seráfico; León XIII lo declara príncipe de la mística, y Pío XII exhorta a los cultivadores de las ciencias eclesiásticas con palabras de San Buenaventura a unir el estudio con la práctica y la unción espiritual.
                                               Común Pastores o Doctore

Oración. Señor Dios, concede a cuantos hoy celebramos la fiesta de tu obispo San Buenaventura la gracia de aprovechar su admirable doctrina e imitar los ejemplos de su ardiente caridad. Por nuestro Señor Jesucristo.
                                 16 de julio
         Nuestra Señora del Carmen
Advocación de María, la Madre del Señor, cuyo escapulario, dado a San Simón Stock en el siglo XII, concede muchas gracias divinas a quien lo lleva. La fiesta está unida a la Orden Carmelitana. La Virgen del Carmen es Patrona de los hombres que trabajan en el mar.
Común de Santa María Virgen
Oración. Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Él, que vive y reina contigo.


              16.1 de julio
María Magdalena Postel (1756-1846)
Santa María Magdalena Postel nace en Barfleur (Normandía. Francia). Mueren sus padres siendo ella muy joven. Estudia en la abadía benedictina de Valognes. Durante la Revolución, en la que se persigue a los sacerdotes, se dedica a fundar escuelas para la educación y formación cristiana de las jóvenes pobres. Se le encarga administrar el Pan Eucarístico y guardar los vasos y ornamentos sagrados. Recoge a los sacerdotes perseguidos por la Revolución. En 1798 ingresa en la Orden Franciscana Seglar. En 1807 funda en Cherburgo situada en la Manche, en la región de Baja Normandía, la Congregación de las Hijas de la Misericordia, para la formación de las jóvenes pobres. Muere el 16 de julio de 1846. El papa Pío XI la canoniza el 24 de mayo de 1926.
Común de Vírgenes
Oración. Señor, tú que te complaces en habitar en los limpios de corazón, concédenos, por intercesión de Santa María Magdalena Postel, virgen, mostrar el camino de Jesucristo a los jóvenes, y que por tu gracia merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.


                            18 de julio
Simón de Lipnica (1440ca-1482)
San Simón nace en Lipnica Murowana (Polonia), entre los años 1435-1440. Estudia en 1454 en la Academia Jaguellónica de Cracovia (Polonia). Después de la predicación de San Juan de Capistrano, San Simón, con otros diez compañeros, ingresa en el convento de Stradom en 1457. Es ordenado sacerdote en 1460. Proclama la Palabra en Tarnów, donde es Guardián, y en Stradom (Cracovia). Extiende la devoción al Nombre de Jesús como San Bernardino de Siena y San Juan de Capistrano,. En 1463, primero entre los Frailes Menores, ocupa el oficio de predicador en la catedral de Wawel. Peregrina a Tierra Santa y a Roma. Armoniza la predicación evangélica con el testimonio de la caridad. En los años 1482 y 1483 una epidemia asola Cracovia. La fraternidad del convento de San Bernardino se entrega al servicio de los apestados, por lo que muere el 18 de julio de 1482. El papa Benedicto XVI lo canoniza el 16 de diciembre de 2006.
Común de Pastores o de Santos Varones
Oración. Señor, luz de tu pueblo y pastor de los hombres, que, dentro de la Iglesia, has confiado a San Simón la misión de apacentar a tu pueblo con su predicación y de iluminarlo con su vida y su ejemplo, concédenos, por su intercesión, guardar íntegro el don de la fe que nos legó su palabra y seguir el camino que nos marcó su ejemplo. Por nuestro Señor Jesucristo.


19 de julio
Juan de Dukla (1414-1484)

San Juan de Dukla nace en el año 1414 en Dukla (Polonia), cerca de las fronteras de Eslovaquia y de Ucrania. Entra en la Custodia de los Frailes Menores de Rusia (Rutenio). Ordenado sacerdote, evangeliza los territorios de las actuales repúblicas de Ucrania, Moldavia y Bielorrusia. Evangeliza siguiendo a Jesucristo pobre y crucificado. En la homilía de su canonización afirma Juan Pablo II: «Juan se ganó la fama de sabio predicador y de celoso confesor. Acudían a él en gran número las personas sedientas de sana doctrina de Dios, para escuchar sus predicaciones o para buscar consuelo y consejo en el confesonario. Se hizo famoso como guía de almas y prudente consejero de muchos». Además de la tarea pastoral, ejerce responsabilidades dentro de la Orden. Es superior de la fraternidad de Krosno, y de la custodia de Leópoli. Se queda ciego al final de su vida. Muere el 29 de septiembre de 1484 en Leópoli (hoy, Lvov, Ucrania). Es enterrado en el convento franciscano Dukla. El papa Clemente XII aprueba su culto el 21 de enero de 1733, y lo proclama copatrono de Polonia y del gran ducado de Lituania el 5 de septiembre de 1739. El papa Juan Pablo II lo canoniza en Krosno (Polonia) el 10 de junio de 1997.
Común de Santos Varones
Oración. Señor, tú que otorgaste a San Juan de Dukla la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por su intercesión, la gracia de vivir fielmente nuestra vocación, para que así tendamos a la perfección que tú nos has propuesto en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.


                  19.1 de julio
Pedro Crisci de Foligno (1243ca.-1323)
El beato Pedro Crisci, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Foligno (Perugia. Italia) hacia el año 1243. A los 30 años vende todos sus bienes, los distribuye entre los pobres y se entrega a Jesucristo pobre y crucificado (cf. Mc 10,17-30). Peregrina a Roma y Tierra Santa. Se refugia en el campanario de la catedral de Foligno llevando una vida de oración y penitencia al estilo de la beata Ángela de Foligno y Santa Clara de Montefalco. Muere en Foligno el 19 de julio de 1323. Juan Gorini de San Geminiano OP escribe una vida del beato Pedro. Es enterrado en la catedral de Foligno. Se le dedica una capilla en 1385. El papa Bonifacio IX aprueba su culto en 1400.
Común de Santos Varones
Oración. Señor, tú que otorgaste al beato Pedro Crisci la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por su intercesión, la gracia de vivir fielmente nuestra vocación, para que así tendamos a la perfección que tú nos has propuesto en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.


W. Kasper. La Iglesia Católica

                                                Iglesia Católica. Esencia, realidad, misión.


            Walter Kasper


Bernardo Pérez Andreo
Instituto Teológico OFM
Pontificia Universidad Antonianum

El Cardenal Kasper ha completado su labor teológica iniciada con Jesús el Cristo y El Dios de Jesucristo con esta eclesiología que viene a culminar el proceso teológico que desemboca en la reflexión sobre la Iglesia tras la reflexión sobre Jesús y Dios. Sin embargo, no se trata de una eclesiología al uso, antes bien, es bastante especial. En primer lugar porque dedica más de 50 páginas a contar su periplo en el Iglesia, desde su formación juvenil en las filas de la  Liga Nueva Alemania, hasta su misión episcopal, poniendo el acento en lo mucho y bueno que la ha vivido en la Iglesia y con la Iglesia, de ahí su amor por ella, amor que resulta imprescindible para realizar una eclesiología que no sea solamente una sociología aséptica, científica, que dé los resultados de un devenir histórico. La historia es muy importante, pero la Iglesia no es sólo historia, hay una esencia sin la cual es imposible comprenderla adecuadamente; esta esencia es el amor que Dios mismo pone en ella y el que el eclesiólogo debe sentir para captar con profundidad la dimensión real de la Iglesia.
Tampoco es una eclesiología al uso porque ha pasado por los jalones de la eclesiología del siglo XX, el siglo de la Iglesia, y es capaz de hacer una eclesiología para el siglo XXI, para el tercer milenio. Asume la eclesiología Conciliar, especialmente tras el Sínodo de 1985, que presidió Kasper y en el que se propuso la eclesiología de comunión como el corazón de la eclesiología Conciliar. Asume también las corrientes críticas y aperturistas que, entre otros el mismo Kasper propició como obispo y Cardenal. Asume, al fin, la gran tradición que la Escuela de Tubinga, donde se formó, la Nouvelle Théologie y las propuestas posconciliares de Von Balthasar o De Lubac, todo ello unido a una labor de trabajo ecuménico llevado a cabo en Roma y a su amplia preocupación por el diálogo con el mundo moderno. Se trata, por tanto, de una eclesiología que ha hecho de la crisis de la Iglesia el centro de su preocupación. Esta crisis no es algo venido de fuera, sino, como el propio Cardenal indica, es una crisis íntima, forma parte del ser eclesial en el siglo XX y XXI y se manifiesta en la reducción evidente y alarmante de la asistencia al culto dominical, el acceso a los sacramentos y las vocaciones, todo ello debido, en buena medida, a la debilitación de la familia como lugar de transmisión de la fe.
Muchos han creído que la crisis de la Iglesia católica se podría solucionar abriendo ciertas normas que estarían constriñendo su vida interna, como podría ser la cuestión del celibato sacerdotal o el sacerdocio femenino. Sin embargo, iglesias evangélicas que permiten la consagración sacerdotal de mujeres y no tienen el celibato obligatorio, no están mejor que la Iglesia católica. El problema debe estar en otro lugar, aunque en estos temas sea necesario tomar medidas distintas a las actuales y en la línea de la Tradición.
Otros, por el contrario, piensan que la solución a los problemas de la Iglesia en la época actual está en volver a lo que piensan que son las esencias eternas de la Iglesia. Es decir, retraernos a la situación previa al Concilio. Esto no es más que un suicidio a cámara lenta. El constantinismo ha llegado a su fin y quien no quiera verlo está gravemente lastrado por la peor de las patologías posibles: la añoranza del pasado y el miedo neurótico al futuro. Como una especie de coincidentia oppositorum, tanto los posmodernos como los ultramontanos acaban por negar la esencia de la Iglesia: ser la presencia sacramental del amor salvífico divino en el mundo. Sea porque se amuralle la Iglesia, sea porque se diluya en lo social, el resultado es el mismo: la pérdida de su esencia, de su realidad y de su misión, las tres características que hacen de esta eclesiología una reflexión católica.
La propuesta de Kasper en este libro es exponer los rasgos básicos de la Iglesia católica y meditar sobre su esencia, la realidad y la misión a un tiempo. La Iglesia es puesta a la luz de la cuestión de Dios y del mensaje del Reino de Dios. Sólo así la Iglesia será el instrumento eficaz para la salvación del mundo. No se trata de mirarse al ombligo ni de negar lo esencial. El Cardenal Kasper se propone contribuir a la renovación de la Iglesia, pues “sólo por la vía de la purificación y la renovación, puede la crisis volverse kairós, y sólo así cabe que se haga realidad un Pentecostés renovado” (p.64), como creemos que estamos viviendo con el Papa Francisco, quien está aplicando a la Iglesia muchas de las propuestas que Kasper ha planteado en su ministerio y que se pueden encontrar en esta obra.
La segunda parte de la obra, tras el periplo que hemos descrito, pretende exponer los rasgos fundamentales de la eclesiología católica. Par ello, se divide en siete capítulos. Los dos primeros son de consideraciones previas y contextualización de la Iglesia en la historia de salvación. Es imposible entender la Iglesia católica sin situarla dentro del plan salvífico divino, dentro del proyecto del Reino de Dios. Es fundamental situar a la Iglesia a nivel de lo instrumental, no de las realidades finales, como lo hizo la eclesiología constantiniana de cristiandad. El proyecto del Reino es el centro sobre el que gira el ser eclesial, asentado esto, puede pasarse al tercer capítulo, La esencia de la Iglesia, donde se propone la triada conciliar: Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu, y concluye con la realidad de María como modelo de Iglesia, tal como hace Lumen Gentium. El capítulo cuarto propone las Notas esenciales de la Iglesia de Jesucristo, a saber, unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad, pero lo hace desde la perspectiva ecuménica que atraviesa toda la obra.
El capítulo cinco aborda la figura concreta de la comunión eclesial: sacerdocio común, misión de los laicos, el puesto de la mujer en la Iglesia, los ministerios como servicios de comunión, el ministerio petrino, la colegialidad, la relación de la Iglesia y las iglesias y, por fin, el monacato y las órdenes religiosas. Con esto se llega al sexto capítulo, Iglesia misionera y dialógica, donde se establece la misión como un diálogo con los hermanos separados, las otras religiones y el mundo actual. La misión de la Iglesia no es hacer católicos, convertir al mundo, es que la salvación de Dios se extienda por el mundo, que el Reino se construya y esto se logra mediante el amor de Dios y su extensión en el diálogo, una expresión concreta de aquél amor. Esta es la propuesta del séptimo y último capítulo, ¿A dónde conduce el camino de la Iglesia? Conduce, claro está, a la esperanza de un renovado pentecostés. La reflexión del Cardenal Kasper se hace en el camino de una Iglesia peregrina. Esta concepción peregrinante de la Iglesia, que para algunos es la nota esencial que el Concilio propuso para la Iglesia, es la clave para comprender su ser instrumento de Dios para la salvación del mundo. La Iglesia se sabe en manos de Dios porque ella no es el fin último, el fin es la salvación expresada en el concepto del Reino de Dios, esta es la esencia de la Iglesia, la realidad vivida y la misión que tiene como tarea.


Ediciones Sígueme, Salamanca 2013, 519 pp, 15 x 23,5 cm.