domingo, 1 de febrero de 2015

Escritos de San Francisco 2.

                               Edición crítica de los Escritos de San Francisco



                                                             Carlos Paolazzi OFM

                                                                          II

                                                                             Por Rafael Sanz Valdivieso OFM
                                                                             Instituto Teológico de Murcia OFM
                                                                             Pontificia Universidad Antonianum

           
La anterior edición del P. Esser había tenido una recepción notable, como indica no sólo la reedición del texto en la obra titulada Fontes Franciscani[1], sino también las ediciones bilingües, que retomaron básicamente el mismo texto del P. Esser: con traducción francesa en la colección Sources Chrétiennes (1981)[2]; la edición con traducción italiana, Gli Scritti di san Francesco d’Assisi[3]. La edición española, Los Escritos de San Francisco de Asís. Traducción española y comentario filológico, por Isidoro Rodríguez Herrera y Alfonso Ortega Carmona, del año 1985, reeditada y revisada en la edición de 2003[4]. La revisión que se planteaba el P. Paolazzi en 2004 ha resultado en realidad una edición nueva, como indican los estudios previos, que investigaban la autenticidad y el vocabulario de los escritos de san Francisco, publicados por el autor en varias revistas, sobre todo en Archivum Franciscanum Historicum, en la que ha publicado también la edición previa de algunos de los textos, indicando las dificultades que se habían ido detectando en la edición del P. Esser, y que han servido para esta edición crítica[5]
           
Es verdad que el resultado, en su mayoría, es plenamente coincidente con la edición del P. Esser, y que el texto de una y otra son sustancialmente idénticos, aunque se destacan los matices propios de los puntos en que divergen, como indica detalladamente el aparato crítico del texto latino, para mantener la coherencia de los resultados según los manuscritos. Sobre todo la diferencia más evidente es la organización del corpus de los Escritos en tres grandes apartados, y la elección del título, “Escritos” frente al título opuscula aplicado en aquella edición.
En la que llama “guía de lectura” (p. XXI-XXII) la presente edición propone los criterios que le han guiado: la introducción general pertenece al cuerpo del texto que contiene los Escritos de Francisco, el texto latino y la traducción, agrupados en tres secciones, lo que supone una de las grandes novedades respecto de la edición del P. Esser de 1989, que contenía veintiocho capítulos en la segunda parte y que agrupaba las Oraciones con diez escritos; las Cartas, con once escritos incluyendo las dobles redacciones; los Avisos espirituales, con las Admoniciones y el De vera et perfecta laetitia (éste último texto  incluido en cap. XXVIII, Opuscula dictata, cf. pp. 459s); los Textos legislativos, con cuatro escritos, sin los fragmentos de la otra redacción de la Rnb y sin la exhortación Audite poverelle a santa Clara; y, por último, las Últimas recomendaciones, con cinco escritos, entre ellos el citado Última voluntad a Santa Clara, la bendición a Fray Bernardo, y la Exhortación cantada a Santa Clara, o Audite poverelle, en la edición revisada de 1989.
                 
La disposición del conjunto ahora en la nueva edición es muy diferente, ya que después de la introducción general agrupa en las tres secciones indicadas todo el cuerpo de los Escritos: Oraciones y alabanzas, con doce escritos, que propone en una secuencia lo más ajustada posible a un orden cronológico (pp. 23-127*); Cartas, que reúne 11 escritos incluyendo las dos redacciones de Carta a los Clérigos I-II, y de Carta a los Fieles I-II, también se ha procurado seguir un orden cronológico lo más cercano a la redacción de las cartas (pp. 129-221); Reglas y exhortaciones, con nueve escritos, porque agrupa después de la Rnb los Fragmenta de otra redacción de la misma Rnb, y ha incluido en esta sección, además de la Rb, las Admoniciones, los escritos a las Damas pobres, la Forma de vida para Santa Clara, la Última voluntad a Clara y hermanas y el Testamento; la disposición cronológica se sigue en lo posible, según indica el perfil biográfico y la cronología de los escritos indicada en pp. XII-XVII  (pp. 223-405), es decir, ésta tercera sección contiene la parte más consistente de los Escritos de Francisco.
         
P. Isidoro
Además, incluye dos Apéndices, que en la edición del P. Esser se incluían en el indicado cap. XXVIII, titulado Opuscula dictata
[6], con los mismos tres textos que ahora se contienen en el apéndice I, Dichos (cf. pp. 409-421), por este orden, La verdadera y perfecta alegría, el Testamento de Siena y la Bendición a Fray Bernardo que dispone en orden cronológico, sin entrar en la cuestión de otros dichos que pueden ser auténticos, pues ya L. Wadding había reunido más de doscientos en su edición de los Opuscula (Amberes 1623). El segundo apéndice se refiere a las cartas perdidas o dudosas (pp. 422-433), que en la edición del P. Esser se consideraban dentro de los opuscula no auténticos, aunque se mencionaban entre los opuscula dictata[7]; hay datos para creer que son textos escritos por Francisco y que ahora se retoman en número de cinco, Carta a Hugolino, Carta a los Frailes de Francia, Carta a los ciudadanos de Bolonia, Carta a Clara y hermanas, Carta a Fray Jacoba, y la Bendición a Clara y alas hermanas, siempre según las fuentes franciscanas, Celano, Tomás de Eccleston, Escritos de santa Clara, Legenda perusina y los Actus Beati Francisci.





[1] Fontes Franciscani edizione a cura di E. Menestò e S. Brufani, di G. Cremascoli, E. Paoli, L. Pellegrini, Stanislao da Campagnola. Apparati di G. Boccali. Edizioni Porziun-cola, Santa Maria degli Angeli (Assisi), 1995.
[2] François d'Assise, Écrits, texte latin de l'édition K. Esser, introduction, traduction par T. Desbonnet, T. Matura, J-F. Godet, D. Vorreux, col. Sources chrétiennes, Éditions du Cerf, París, 1981.
[3] K. Esser, Gli Scritti di s. Francesco d’Assisi. Nuova edizione critica e versione italiana di A. Bizzotto e S. Cattazzo. Ed. Messaggero, Padua 1982; con el mismo texto latino fue reeditada en Francesco d’Assisi, Scritti. Testo latino e traduzione italiana, EFR, Edizioni Francescane, Padua 2002.
[4] Isidoro Rodrígeuez Herrera (†), Alfonso Ortega Carmona, Los escritos de San Francisco de Asís. Introducción de Juan Meseguer Fernández (†). 2ª edición revisada por Juan Ortín García. Editorial Espigas, Murcia 2003.
[5] Cf. los estudios sobre los escritos y sus autenticidad, C. Paolazzi, “Per gli autografi di frate Francesco: dubbi, verifiche e riconferme”, en AFH 93 (2000) 3-28; Id., “Gli scritti di Francesco e i suoi scrivani: un nodo da sciogliere”, en Antonianum 75 (2000) 481-497; Id., “Per l’autenticità degli scritti di Francesco alle ‘pauperes dominae’”, en Clara claris praeclara. Atti del convegno internazionale. Assisi 20-22 novembre 2003. Ed. Porziuncola, Santa Maria degli Angeli, 2004, 307-337; Id., “Per l’autenticità della Admonitio XXVII e il lessico di Frate Francesco. Una risposta a Jan Hoeberichts”, en Collectanea Franciscana 76 (2006) 475-504. A estos estudios se añaden las ediciones parciales de textos de san Francisco, C. Paolazzi, “La ‘Regula non bullata’ dei Frati Minori (1221): dallo stemma codicum al testo critico”, en AFH 100 (2007) 5-148. Id., “Le Epistole maggiori di Frate Francesco. Edizione critica ed emendamenti ai testi minori”, en AFH 101 (2008) 3-154. Id., “Le Admonitiones di Frate Francesco. Testo critico”, en AFH 102 (2009) 3-88.
[6] Esser, Die Opuscula, 451-452; 458-461
[7] Ibíd., 452-458.

Dios se revela en la conciencia de Jesús

                              LA REVELACIÓN DE DIOS EN SU HIJO
      
                                                          IV 


           La revelación de Dios en la revelación de la conciencia humana de Jesús                           


                                                   Marta Garre Garre
                                                Instituto Teológico OFM
                                         Pontificia Universidad Antonianum


El misterio íntimo, personal de Dios, absolutamente trascendente, se nos desvela a los hombres en el Hombre-Dios Jesucristo. Se produce esto por la inmanencia de la visión de Dios en el entendimiento porque la visión no es algo sobreañadido o ajeno al hombre, sino la culminación de todas sus aspiraciones: como ser que se experimenta  a sí mismo como inacabado, la imposibilidad que experimenta de detenerse en las distintas conquistas de la ciencia, del arte…, porque en ninguna de ellas encuentra la satisfacción de sus apetencias más secretas, la tensión inapagable del dinamismo cognoscitivo-volitivo del hombre sólo en la visión alcanzará su término definitivamente último. La inmanencia de la visión es, por tanto, la afinidad del  espíritu humano a ser plenificado de un modo total y definitivo en la inmediatez del misterio escondido desde los siglos en Dios, Creador  de todas las cosas (Ef. 3,9; Rom 16,25). Entre la visión de Dios y las estructuras ontológicas del hombre que lo capacitan para ella, no hay un salto en el vacío sino continuidad real que se nos concede por pura gracia (Ef. 2,5).
Pues bien, la posibilidad de la encarnación está ligada a la posibilidad de la visión: Es la inmanencia de la visión la que permite comprender la inmanencia de la encarnación. Si la naturaleza humana está capacitada para recibir la autocomunicación divina, en caso de que Dios se lo conceda, también lo estará para la encarnación, que es la máxima autocomunicación de Dios a una  naturaleza humana. Es posible la encarnación porque es posible la visión de Dios por parte del hombre, en cuanto que posee (por la creación) las estructuras ontológicas adecuadas.
             Pero, ¿por qué la revelación de la conciencia humana de Jesús es revelación de Dios?       
Es necesario que hagamos en este punto una breve aclaración terminológica. Hay que distinguir entre “revelación increada" absolutamente trascendente, que es la autoexpresión eterna del Padre en su Verbo, fundamento y causa de la unión hipostática (identificada con ella) y “revelación creada” que es la expresión creada de la encarnación, el Verbo encarnado. Esta revelación increada es la posibilidad vital de la presencia personal del Verbo en la espiritualidad humana  de Jesús.
Dicho esto, podemos decir que la función de revelador del Padre deriva en Cristo de su misma condición de Verbo encarnado. El Verbo es la revelación del Padre, su palabra eterna, su imagen increada. Dios padre, principio sin principio, se autoexpresa personalmente en el Verbo que es su revelación increada en una naturaleza humana, en Jesús de Nazaret.
 El modo como lo hace es a través de su propia  conciencia. Pero ¿cómo se manifiesta en la conciencia humana de Jesús esta revelación increada presente hipostáticamente en él? Por la experiencia de su filiación divina: Cristo es constitutivamente el revelador del Padre porque sólo él es el Hijo de Dios encarnado.            
En esta experiencia conciencial, el hombre Jesús se autopercibe como no subsistiendo personalmente en sí mismo o, dicho de otro modo, se experimenta como subsistiendo en el Verbo. Jesús poseyó verdadera conciencia humana, en la cual el yo se autoposee a sí mismo. Ahora bien, el “yo divino” no puede ser alcanzado sin más por la conciencia humana, puesto que en ese caso, se pondría en peligro la trascendencia divina. Para llegar hasta la persona increada del Verbo (y en ella a la del Padre) la conciencia humana de Cristo debe desembocar y consumarse en la visión de Dios. De manera que la visión del Verbo es un complemento de la conciencia humana de Cristo, un complemento necesario para que su conciencia no sea un contrasentido. Yo diría que es la condición necesaria para que la conciencia humana de Jesús sea a la vez conciencia divina.
La noción joánica de visión: la permanente comunión de vida de Cristo con el Padre” que debe ser interpretada en el sentido de un conocimiento inmediato de Dios, que excluye toda interposición entre Cristo y su Padre. Esta inmediatez es la que, en última instancia, diferencia cualitativamente la experiencia de revelación de Jesús y la que tuvieron los profetas .

En consecuencia, Cristo  es constitutivamente el revelador de Dios, porque es el hijo que conoce al Padre (cf. Mt 11,27) (motivo de la filiación divina) y se autoexperimenta como el Hijo en su conciencia (la experiencia del Verbo como el personalizador último de su existencia humana). Esta experiencia conciencial como Verbo de Dios es, naturalmente, una explicación teológica del dato de la experiencia filial o de la visión del Padre de los evangelios. Y la automanifestación de la conciencia de Jesús sea de forma permanente (y no transeúntemente, como en el caso de los profetas) revelación de Dios, más aún, la revelación definitiva, insuperable, escatológica de Dios. 

Santos y Beatos: 1 al 7 de febrero

FEBRERO

1 de febrero
Veridiana de Castelfiorentino (1182-1242)

            La beata Veridiana, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Castelfiorentino (Toscana. Italia) en 1182. De familia noble dedica todos sus bienes a los pobres. Después inicia varias peregrinaciones: a la tumba del apóstol Santiago en Compostela; visita en Roma las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo y las de los mártires en las catacumbas. Regresa a su pueblo Castelfiorentino. A orillas del río Elsa existe un oratorio dedicado a San Antonio Abad. Allí hace construir una celda donde se recluye, llevando una vida de silencio, oración y penitencia. La pequeña habitación, contigua al oratorio, le permite participar en la Misa por medio de una ventanilla, desde donde habla también con los visitantes y recibe la escasa comida con que se alimenta. Sin embargo, no pierde el significado de su nombre: del latín «Viridis», «verde, fresco, juvenil». Mucha gente acude a ella para recibir sus consejos y rehacer su vida. Entre los visitantes se encuentra San Francisco de Asís, y la acoge en la Orden de los Hermanos y las Hermanas de Penitencia que ha fundado. Permanece recluida 34 años hasta la fecha de su muerte a primeros de febrero del año 1242. Clemente VII aprueba su oficio y misa el 20 de septiembre de 1533.

                                               Común de Santas Mujeres

            Oración. Señor, Dios nuestro, tú que llamaste a la beata Veridiana para que te sirviera en la soledad y en la oración, concédenos, por su intercesión, que en medio de las vicisitudes de este mundo vivamos entregados siempre a ti. Por Jesucristo nuestro Señor.


1.1  de febrero
Andrés de Conti (1240-1302)

            El beato Andrés de Conti nace en Anagni (Frosinone. Italia) en 1240, de la noble familia de los Conti de Segni. De joven ingresa en el convento de San Lorenzo de Anagni, fundado por San Francisco. Más tarde se retira al convento eremitorio de Piglio, junto al monte Scalambra, en las laderas de los Apeninos. En este lugar lleva una vida eremítica: oración, estudio y trabajo, acentuando el estilo franciscano de austeridad y penitencia extremas, forma de vivir a que San Francisco invita a sus hermanos, y a la que él tiende permanentemente. Una vez —tal es la pasión por retirarse a la vida contemplativa— consulta a dos hermanos de Las Cárceles para ver si seguía evangelizando o se dedicaba a la oración. Sólo después decide continuar su misión entre los hombres (cf. LM 12,2; Flor 16,1). No obstante esto, nos cuenta Celano que poco antes de morir «le hubiera gustado, como en tiempos pasados, apartarse de las relaciones con los hombres y marcharse a lugares muy retirados, para que, libre de todo cuidado y abandonada toda preocupación por los demás, no hubiera otro muro que le separara de Dios sino el de su propia carne» (1Cel 103). Es lo que hace de por vida el beato Andrés, no sin las tentaciones propias de abandonar este estilo de vida y seguir las invitaciones de su familia. De hecho, rechaza el cardenalato que le ofrece su tío el papa Alejandro IV. Más tarde hace lo mismo a su sobrino Bonifacio VIII. Muere el 1 de febrero de 1302, a los 62 años de edad. El papa Inocencio XIII confirma su culto el 15 de febrero de 1724.

                                   Común de Pastores o Santos Varones

            Oración. Señor y Dios nuestro, que llamaste a la vida eremítica al beato Andrés de Conti, para que te sirviera con una vida santa, concédenos por su intercesión que sepamos negarnos a nosotros mismos para amarte a ti sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.

           
1.2  de febrero
Luisa Albertoni (1474-1533)

            La beata Luisa nace en Roma el año 1474, de la noble familia de los Albertoni. Contrae matrimonio con Jacobo de Cithara con el que tiene tres hijas. En 1506 enviuda. Ingresa en la Orden Franciscana Seglar, viste el hábito franciscano, y se dedica a la educación de sus hijas. A la vez, se consagra a la oración —el Señor le concede el don de los éxtasis místicos—, y a las obras de misericordia, sobre todo a visitar a los enfermos en cuyos lechos les da de comer, cura las heridas y conforta cristianamente. Con ocasión de una peste, vende su palacio y distribuye el dinero entre los necesitados. De ayudar a los pobres pasa a ser una pobre más. Muere en Roma el 31 de enero de 1533. El papa Clemente X aprueba su culto el 28 de enero de 1671. Su cuerpo se conserva en un sepulcro situado en la iglesia franciscana de San Francisco a Ripa, en Roma, sepulcro mandado construir por su tío el cardenal Paluzzo Albertoni Altieri. Bernini lo esculpe tres años después del “Éxtasis de Santa Teresa”. En el sepulcro se representa a la beata , no difunta, sino reclinada en el éxtasis místico en que murió. En su rostro se reflejan la gloria y la cruz, símbolos de la felicidad y sufrimiento que experimenta en su vida.

                                               Común de Santas Mujeres

            Oración. Señor Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a la beata Luisa Albertoni, para mostrar a tu Iglesia y a tu Familia Franciscana el camino de la contemplación y la misericordia, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

1.3  de febrero
Andrés Carlos Ferrari (1850-1921)

            El beato Andrés Ferrari, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Lalatta (Parma. Italia) el 13 de agosto de 1850. Se ordena sacerdote el 20 de diciembre de 1873. Es destinado como vice párroco a Mariano y Fornovo Taro. En 1877 es Rector del Seminario. En 1890 es elegido obispo de Guastalla y al año siguiente ocupa la sede de Como. En 1894 es creado cardenal y arzobispo de Milán. En honor de San Carlos Borromeo añade a su nombre Andrés el de Carlos. Visita la Diócesis cinco veces, celebra tres sínodos diocesanos, en 1906 convoca un concilio de jóvenes y en 1895 organiza el Congreso Eucarístico Nacional. Impulsa las obras sociales según las directrices de la encíclica «Rerum Novarum» de León XIII. Durante la primera guerra mundial sirve sin des-canso a los afectados: huérfanos, viudas, prisioneros. Ayuda al P. Agustín Gemelli en la fundación de la Universidad Católica de Milán. Muere el 2 de febrero de 1921. El papa Juan Pablo II lo beatifica el 10 de mayo de 1987.

                                               Común de Pastores

            Oración. Señor, Dios nuestro, que infundiste en el obispo Andrés Carlos Ferrari espíritu de verdad y de amor para apacentar a tu pueblo, concede a cuantos celebramos su memoria crecer en santidad, imitando su ejemplo, y recibir el auxilio de su intercesión poderosa. Por Jesucristo nuestro Señor.


2       de febrero


Presentación del Señor

            Según la ley de Moisés (cf. Lev 12,2-4), la mujer debe purificarse a los cuarenta días después del parto. Con esta ocasión también se puede presentar al niño al Señor (cf. Núm 18,15), costumbre que practican las familias piadosas (cf. 1Sam 1,24-28). Del relato de Lucas (2,22-38) nace esta fiesta, que está unida al ciclo litúrgico de Navidad y Epifanía. A los cuarenta días de la fiesta de Navidad, la Iglesia de Jerusalén celebra la Presentación del Señor en el siglo IV. Es un dato que aporta la peregrina Eteria. De Jerusalén se extiende la celebración por toda la Iglesia, y en Roma se con-creta la fecha actual del 2 de febrero. Al principio se llama «La fiesta del Encuentro»: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo. En Occidente, y a partir del siglo X, se conoce con el nombre de «Purificación de María». En el calendario romano, revisado en 1969, se cambia el nombre por el de «La Presentación del Señor». La bendición de las candelas antes de la misa y la procesión con las velas encendidas permanecen en la celebración actual. En este día se aclama a Jesús como «luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel» (Lc 2,32).

            Oración. Dios eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo.

3       de febrero


Juana de Valois (1464-1505)

Santa Juana de Valois, de la Orden Franciscana Seglar, nace el 23 de abril de 1464 en Nogent-le-Roi (Eure y Loir. Francia); es hija del rey de Francia Luis XI y la reina Carlota de Saboya. De pequeña es recluida por su padre en el castillo de Liniéres, siendo dirigida espiritualmente por el franciscano Juan de la Fontaine. Es aquí donde desarrolla su devoción a María, identificándose con su vida humilde y silenciosa puesta al servicio de su Hijo. Es dada en matrimonio a Luis, duque de Orleans. El matrimonio se celebra el 8 de setiembre de 1476 en la capilla de Montrichard. Cuando su esposo llega a ser rey, con el nombre de Luis XII, consigue la anulación del matrimonio. Juana se retira al castillo de Bourges con el título de duquesa de Berry. Como esposa y reina repudiada, sufre la afrenta en silencio siguiendo el ejemplo de María. Con la ayuda del P. Gabriel Nicolás, también franciscano, funda la Orden de Santa Anunciata dedicada a imitar las virtudes de María. Esta Orden es aprobada por Alejandro VI el 15 de febrero de 1501. Profesa el 26 de mayo del año 1504 y fallece el 4 de febrero del año 1505. En 1514, León X permite a las Anunciatas honrarla con un oficio especial. En 1742 Benedicto XIV la declara beata y aprueba el culto público. Es canonizada por Pío XII el 28 de mayo de 1950.

                                               Común de Santas Mujeres

            Oración. Señor Dios nuestro, que hiciste de Santa Juana de Valois un modelo admirable de imitación de la Virgen María, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo su ejemplo, seamos nosotros fiel reflejo de su devoción mariana entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo.


4.1 de febrero
José de Leonisa (1556-1612)

            San José de Leonisa, Franciscano Capuchino, nace el 8 de enero de 1556 en Leonisa (Rieti. Italia), hijo de Juan Desideri y Francisca Paolinia. Hace el noviciado en el convento de Carcerelle (Asís). Ordenado sacerdote en 1581, se dedica a la predicación. Es enviado a Constantinopla en 1587 para fundar un convento con la misión de liberar a los cristianos que están sometidos a la esclavitud. En este tiempo asiste a los creyentes, libera cautivos y mantiene diálogos con los pensadores y las autoridades del Islam. Se propone exponer la fe al sultán, Amurat III, introduciéndose en su palacio, como San Francisco hizo con el sultán (cf. LM 9,8). La primera vez lo expulsan, pero en al segundo intento lo cogen preso y lo castigan clavándole una mano y un pie en un palo, y exponiéndolo en una plaza. Al tercer día lo expulsan del país y retoma sus predicaciones en Italia, donde lo escucha multitud de gente que sigue enfervorizada sus predicaciones sobre la vida de Jesús y las devociones a María y a los Santos. Promueve obras sociales como los Montes de Piedad y hospitales para los enfermos pobres. Poco antes de morir, como San Francisco, viaja a su pueblo, y lo bendice cuando regresa a su convento de Amatrice (cf. LP 5; EP 124), donde muere el 4 de febrero de 1612. El papa Benedicto XIV lo canoniza el 29 de junio de 1746.

                                               Común de Pastores

            Oración. Te rogamos, Señor, que, a ejemplo de San José de Leonisa, predicador de tu Evangelio, animados por su mismo entusiasmo, nos entreguemos a la salvación de los hombres y te sirvamos con fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

4.2 de febrero
María Doménica Mantovani (1862-1934)

            La beata María Doménica es hija de Juan Bautista y de Prudencia. Nace en Castelletto de Brenzone (Verona. Italia), el 12 de noviembre de 1862. De una familia muy religiosa, se fortalece su formación con la escuela y la catequesis de su parroquia hasta los 30 años. La dirige el beato José Nascimbeni, que reside en su pueblo, primero como maestro y cooperador y luego como párroco. Enseña el catecismo a los niños y asiste a los pobres y a los enfermos. Sobresale por su devoción a María. De hecho en la fiesta de María Inmaculada del año 1886 emite el voto de virginidad ante el beato José Nascimbeni, con quien colabora en la fundación de la Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia (6 de noviembre de 1892), de la que es Cofundadora y primera Superiora general. Las Constituciones se inspiran en la Regla de la Tercera Orden Regular de San Francisco. El Instituto se extiende rápidamente por Italia, Suiza, Albania, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y por varias naciones de África. Sobresale en la virtud de la humildad, en la devoción a la Madre del Señor y en el apostolado entre los pobres. Muere el 2 de febrero de 1934. El papa Juan Pablo II la beatifica el 27 de abril del año 2003.

                                               Común de Vírgenes


            Oración. Oh Dios, uno y trino, que has concedido a tu sierva, la beata María Doménica Mantovani, consumir su vida en la oración, en el trabajo y en el sacrificio, como María, José y Jesús en Nazaret, y la has colmado con el celo por tu gloria y la caridad hacia los necesitados, haz que imitemos sus virtudes buscándote a ti sobre todas las cosas y sirviendo al prójimo con simplicidad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.


5       de febrero
Águeda (250ca.)

            Santa Águeda, mártir del siglo III en la persecución de Decio. Quintiano manda que le corten los senos. Es la patrona de las enfermeras.

                                               Común de un Mártir

            Oración. Te rogamos, Señor, que la virgen Santa Águeda nos alcance tu perdón, pues ella fue agradable a tus ojos por la fortaleza que mostró en su martirio y por el mérito de su castidad. Por nuestro Señor Jesucristo.


6       de febrero
Pedro Bautista y compañeros, Mártires de Japón (1597)

Un grupo de Franciscanos viajan a Japón en 1593 enviados por el Gobernador español de Filipinas; marchan como embajadores de Felipe II ante el emperador Taikosama. Se establecen en Meaco y más tarde en Nagasa. Recrean la Iglesia en Japón, prohibida desde el año 1587, y edifican iglesias y hospitales. En 1596, por discusiones políticas con Portugal, el Emperador del Japón es aleccionado en contra de los intereses de la corona de España. Taikosama decide quedarse con las haciendas de los frailes españoles y condena a los cristianos a que mueran crucificados. Entre escarnios del pueblo los trasladan a Nagasaki, y allí los crucifican. Son: PEDRO BAUTISTA BLÁZQUEZ (1542-1597), de San Este-ban del Valle (Ávila. España). Viste el hábito franciscano en 1567. Misionero desde 1584 (México y Filipinas). Es Custodio y Guardián de Manila.Fue crucificado en Nagasaki el 5 de febrero de 1597. FELIPE DE JESÚS (1574-1597), primer santo franciscano nacido en México. Emite sus votos religiosos en la Provincia de San Gregorio el año 1594. Es ordenado sacerdote y enviado a Filipinas y Japón en 1584. Arrestado el 9 de diciembre de 1596. FRANCISCO BLANCO (1567-1597) nace en el pueblo de Monterrey (Lugo. España). Ingresa en la Provincia Franciscana de Santiago. Termina sus estudios teológicos en Churubusco (México) y se ordena de sacerdote. Misionero en Filipinas y Japón. Se integra en la expedición que dirige San Pedro Bautista. FRANCISCO DE SAN MIGUEL (1545-1597) nace en La Parrilla (Valladolid. España). Se incorpora a la Provincia de San José fundada por San Pedro de Alcántara. Acompaña a San Pedro Bautista a México para, después, seguirle hasta Filipinas y Japón. GONZALO GARCÍA (1557-1597) nace en Basein, Indias Orientales, de padre portugués y madre india. Vive un tiempo en Japón como comerciante. Se incorpora a la Orden en Filipinas. Se traslada con los misioneros franciscanos a Japón en 1580. Sirve de traductor. Es Patrono de la Iglesia de la India. MARTÍN DE LA ASCENSIÓN (1542-1597) nace en Vergara (Guipúzcoa. España). Ingresa en la Provincia franciscana de San José en 1585. Enseña en el convento de Churubusco (México) y de Luzón (Filipinas). En 1595 es trasladado a Japón junto a Francisco Blanco. El papa Urbano VIII beatifica a los mártires el 14 de septiembre de 1627 y Pío IX los canoniza el 8 de junio de 1862.

                                               Común de varios Mártires

            Oración. Oh Dios, fortaleza de los santos, que has llamado a San Pedro Bautista, y a sus compañeros a la vida eterna por medio de la cruz, concédenos, por su intercesión, mantener con vigor, hasta la muerte, la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo.

6.1  de febrero
Mártires de Nagasaki de la OFS ( 1597)

Entre los mártires de Nagasaki, se cuentan 17 seglares pertenecientes a la Orden Franciscana Seglar. Sus nombres son: ANTONIO DE NAGASAKI (de 13 años de edad); BUENAVENTURA DE MIYAKO; COSME TAKEYA; FRANCISCO FAHELANTE DE MIYAKO; FRANCISCO, MÉDICO DE MIYAKO; GABRIEL DE IZE O DUISCO; JOAQUÍN SAKAKIBARA DE OSAKA; JUAN KINUYA DE MIYAKO; LEÓN KASASUMARA; LUIS IBARAKI (de 12 años de edad); MATÍAS DE MIYAKO; MIGUEL KOSAKI, PADRE DE TOMÁS KOZAKI; PABLO IBARAKI, TÍO DE LUIS IBARAKI; PABLO SUZUKI; PEDRO SUKEJIRO DE MIYAKO; TOMÁS IDAUKI DE MIYAKOODE IZE; TOMÁS KOSAKI (de 14 años), hijo de Miguel Kosaki. Son crucificados, además, el jesuita PABLO MIKI y dos catequistas: DIEGO KISAI Y JUAN DE GOTO. La función de estos seglares franciscanos es, además de santificar su trabajo, ayudar a los pobres y enfermos, extender el cristianismo entre la población, desarrollar la labor catequética para la preparación al bautismo y profundizar y conservar la fe entre las nacientes comunidades cristianas

                                   Común de varios Mártires

Oración. Concédenos, Señor, llenarnos de alegría, al celebrar al fiesta de tus mártires de Nagasaki, que murieron con muerte gloriosa y derramaron su sangre con valentía por confesar la muerte y resurrección de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo.

6.2. de febrero

María Teresa Bonzel (1830-1905)

            La beata María Teresa (Regina Cristina) Bonzel nace el 17 de septiembre de 1830 en Olpe (Westfalia. Alemania). Su formación y práctica cristiana se centra en la Eucaristía. Y de su relación con Cristo se entrega a los niños desamparados que provoca la crisis económica y social que se da en Alemania a mitad del siglo XIX. A ellos les dedica todas sus fuerzas y las de las mujeres que se les une en esta hermosa tarea. Animada por el obispo Konrad Martin, funda una Comunidad con esta finalidad. Es aprobada el 20 de julio de 1863 como la Congregación de las Hermanas de San Francisco de la Adoración Perpetua. En el año 1875 funda en Estados Unidos, y después se extiende la Congregación por Brasil y Filipinas. Fallece el 6 de febrero de 1905 y es beatificada el 10 de noviembre del año 2013 en Paderborn durante el pontificado del papa Francisco.

                                               Común de Vírgenes

            Oración. Señor, tú que te complaces en habitar en los limpios de corazón, concédenos, por intercesión de la beata María Teresa, virgen, vivir, por tu gracia, de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

7       de febrero

Ricerio de Muccia (1236)

El beato Ricerio nace en Muccia (Marca de Ancona. Italia). Estudia Derecho con el beato Peregrino de Falerone en Bolonia (cf. infra, 7 setiembre). En una visita que San Francisco hace a Bolonia el día de la Ascensión de 1222 (Tomás de Spalato, Historia Salonitanorum) se encuentra con dos jóvenes estudiantes, que le siguen, aceptando su forma de vida evangélica. Cuentan las Florecillas (cap. 27) que a Peregrino le predijo que sería un Hermano humilde. Sobre nuestro beato escriben: «El hermano Ricerio sirvió a los hermanos con devoción y fidelidad, viviendo en gran santidad y humildad; gozó de gran familiaridad con San Francisco, quien le confió muchos secretos. Habiendo sido nombrado Ministro de la Provincia de la Marca de Ancona, la gobernó durante mucho tiempo con grandísima paz y discreción». Sufre por mucho tiempo una tentación muy fuerte. La misericordia y el perdón divino lo recibirá si San Francisco, enfermo y residente en el palacio de Obispo de Asís, le recibe con cordialidad. Y así lo hace, enviando primero a León y Maseo, y más tarde le muestra su amor, le hace la señal de la cruz y le dice: «Hijo carísimo, Dios ha permitido te sobreviniera esta tentación para que fuese para ti fuente de grandes merecimientos; pero, si tú quieres renunciar a esta ganancia, no la tengas» (cf. 1Cel 49; 2Cel 44; LM 11,9; LP 73). Muere el 7 de febrero de 1236. Los últimos años de su vida los había pasado en un eremitorio de Muccia. Y fue sepultado en la iglesia de Santiago de esta ciudad. Aprueba su culto Gregorio XVI el 14 de diciembre de 1838.

                                               Común de Santos Varones

            Oración. Señor, Dios nuestro, que fortaleciste al beato Ricerio de Muccia contra las insidias del diablo; concédenos, por su intercesión, vernos libres de toda tentación y alcanzar de tu misericordia el premio prometido a los que te son fieles. Por Jesucristo nuestro Señor.

7.1  de febrero

Coleta de Corbie (1381–1447)

            Santa Nicolette Boylet, llamada Coleta, nace en Corbie (Picardía. Francia), el 13 de enero de 1381, hija de Roberto y Catalina Boylet. Después de ensayar la vida religiosa entre las Beguinas de Corbie y las Clarisas de Moncel, aconsejada por el franciscano Juan Pinet, guardián de Hesdin, se recluye junto a la iglesia de Notre Dame de su pueblo. A los 25 años, influenciada por el P. Enrique de Baume, vuelve a las Clarisas. Viaja a Niza en 1406, habla con el papa Benedicto XIII, y emprende la restauración de las hijas de Santa Clara según su espíritu y Regla. Renueva y funda varias fraternidades. Visita el convento de los franciscanos de Dole, y los incorpora a su reforma. De este modo se inicia la rama de los Frailes de la Reforma de Santa Coleta, que se unirá con los Observantes 1517. La clave de la renovación es volver al espíritu que animó a San Francisco y a Santa Clara a seguir a Jesucristo: seguir el Evangelio sin glosa, destacar la vida de pobreza, intensificar la oración personal y comunitaria, y rezar por la unidad de la Iglesia dividida en este tiempo por el Cisma de Occidente. La reforma es aprobada por el Ministro General en 1434 y por Pío II en 1458. Muere en el monasterio de Gante (Bélgica) el 6 de marzo de 1447. Es beatificada por el papa Sixto IV, y Urbano VIII aprueba la celebración de su fiesta en los conventos franciscanos. Es canonizada el 24 de mayo de 1807 por el papa Pío VII.


                                               Común de Vírgenes
Oración. Señor, Dios nuestro, que has elegido a Santa Coleta como modelo de vírgenes en el seguimiento de los consejos evangélicos, concédenos caminar por la senda de la vida franciscana, que ella impulsó con su ejemplo y doctrina, y avanzar seguros por ese camino. Por nuestro Señor Jesucristo.

7.2  de febrero
Antonio de Stroncone (1381-1461)

            El beato Antonio de Stroncone nace en Terni (Umbría. Italia) en 1381, hijo de Luis e Isabel Vici, de la Orden Franciscana Seglar, y sobrino del P. Juan Vici, franciscano, que es su maestro de novicios en el convento de San Francisco de Fiésole. Aquí le guía espiritualmente el beato Tomás de Florencia. Los dos religiosos polemizan contra la corriente franciscana llamada de los «Fratricelos». Después de estar un tiempo en Córcega, fija su residencia en el eremitorio de las Cárceles, lugar donde se retiraba San Francisco para dedicarse a la contemplación. Más tarde, en el siglo XV, San Bernardino de Siena construye un pequeño convento, muy sencillo, en el que el beato Antonio desempeña el oficio de limosnero durante treinta años, alternándolo con la oración y contemplación y demás oficios propios de la Fraternidad Franciscana. El último año de su vida habita en San Damián, lugar lleno de recuerdos del nacimiento del Franciscanismo, imbuido por la presencia espiritual de San Francisco y de Santa Clara. El 8 de febrero de 1461, muere a la edad de 80 años. Aprueba su culto Inocencio XI el 28 de junio de 1687.

                                               Común de Santos Varones

            Oración. Señor, Dios nuestro, creador del universo, que has impuesto la ley del trabajo a todos los hombres, concédenos que, siguiendo el ejemplo del beato Antonio de Stroncone, realicemos las obras que nos encomiendas y consigamos los premios que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo.


7.3  de febrero
Gil María de San José (1729-1812)

            San Gil María de San José nace Tarento (Apulia. Italia) el 16 noviembre 1729. Es recibido en los Alcantarinos de la Provincia de Lecce en 1754 y emite los votos religiosos en 1755 en el convento de Galatone (Lecce). Es destinado de cocinero al convento de Squinzano (Lecce) hasta el año 1759. Después de una breve estancia en Capurso (Bari), se traslada a la fraternidad de Chiaia en Nápoles, donde vive hasta su muerte. Está, pues, 53 años en la histórica ciudad. Aquí lleva la vida de un verdadero fraile menor, desempeñando los oficios de cocinero, portero, limosnero, visitando enfermos y ayudando a los pobres y a los que sufren. Se le llama «el consolador de Nápoles». Y las devociones que más practica son las tradicionales de la Orden: La Eucaristía, el amor a la Virgen María y el misterio de la Encarnación, manifestado en la oración del «Angelus». En el momento de su rezo, al mediodía del 7 de febrero del año 1812, fallece en la ciudad en la que transcurre la mayor parte de su vida. El papa Pío IX declara la heroicidad de su virtudes el 24 de febrero de 1868; León XIII lo beatifica el 5 de febrero de 1888 y Juan Pablo II lo canoniza el 2 de junio de 1996.

                                               Común de Santos Varones

            Oración. Oh Dios, que has llamado a San Gil María de San José para que buscase tu Reino por el camino de la consolación del pobre y del afligido, concédenos que, fortalecidos por su intercesión, avancemos con espíritu de alegría en el camino del amor. Por nuestro Señor Jesucristo.


7.4  de febrero
 Juan de Triora (1760-1816)

            San Juan de Triora nace el 15 de marzo de 1760 en Triora (Liguria. Italia). Toma el hábito franciscano el 15 de mayo de 1777 en la Provincia Franciscana de Roma. Ordenado sacerdote, es profesor de Filosofía en Tívoli y de Teología en Tarquinia. Pide ir a misiones y se le destina a China. Después de hacer escala en Macao, recorre las provincias de Hunan y Chensi durante dieciséis años. Fortalece la presencia cristiana en estas vastas regiones cuya fe en Cristo está a punto de desaparecer. En 1812 es acusado ante los mandarines y vive en la clandestinidad durante tres años; no obstante sigue fortaleciendo las comunidades cristianas y extendiendo la fe en las poblaciones que puede recorrer. En 1815 lo detienen y lo someten a toda clase de torturas en la cárcel de Ciansi (Hunan) durante siete meses. Es sentenciado a muerte. Perdona a sus enemigos y a los verdugos, y muere estrangulado el 7 de febrero de 1816. Su cuerpo se lleva al convento de Aracoeli, donde ingresó en la Orden, y se entierra en su Basílica. El papa León XIII lo beatifica con otros 76 mártires de China y Anan, el 27 de mayo de 1900. Y Juan Pablo II lo canoniza, junto con otros 119 mártires de China, el 1 de octubre del año 2000.

                                                           Común de un Mártir

            Oración. Oh Dios, que has llamado a San Juan de Triora a la vida eterna por medio del martirio; concédenos, por su intercesión, mantener con vigor, hasta la muerte, la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo.

7.5  de febrero

Pío IX (1792-1878)

            El papa Pío IX nace en Senigallia (Marca de Ancona. Italia) el 13 de mayo de 1792, hijo del conde Jerónimo Mastai Ferretti y de su esposa Caterina Sollazzi. Estudia Teología en Roma y es ordenado sacerdote el 19 de abril de 1819. Ingresa en la Orden Franciscana Seglar en 1821 en San Buenaventura (Palatino). Arzobispo de Espoleto e Imola; nombrado Cardenal en 1840 y Papa el 16 de junio de 1846. Proclama el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854. Convoca el Concilio Vaticano I (18691870), interrumpido por la guerra franco-prusiana. En él se define la infalibilidad del Papa cuando habla «ex cathedra». Con la constitución apostólica «Pastor aeternus», del 18 de julio de 1870, fortalece el Primado Romano. En el gobierno de los Estados Pontificios favorece a los pobres, a los presos políticos y deshace los ghetos judíos; sufre la progresiva unificación de Italia, recluyéndose cada vez más en La Ciudad del Vaticano. Crea la Secretaría de Estado y la Congregación de las Iglesias Orientales. Impulsa las misiones entre infieles y organiza el movimiento de los laicos para las funciones eclesiales y sociales. Muere el 7 de febrero de 1878. Sus restos reposan en la basílica romana de San Lorenzo extramuros. El papa Juan Pablo II le proclama beato el 3 de septiembre de 2000.

                                                           Común de Pastores


            Oración. Señor y Dios nuestro, que pusiste al papa Pío IX al frente de tu pueblo, para que con su ejemplo y su palabra lo ayudara a crecer en santidad, protege, por su intercesión, a los pastores de la Iglesia y al rebaño que les has confiado, para que siempre caminen por las sendas de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.