lunes, 28 de abril de 2014

LOS SÍMBOLOS
II


                                                                 Alfredo Vera Boti
                                                           Academía Alfonso X el Sabio
                                                                            Murcia


UNOS EJEMPLOS COMPLEJOS

Vamos a recordar muy rápidamente tres casos muy distintos: el complejo de San Pedro del Vaticano, Sant’Ivo alla Sapienza y un ejemplo morfológico del JHS, no construido.
Es difícil afirmar hoy en día que el primer sepulcro de San Pedro fue un martyrium de planta centrada, porque los restos hallados en la zona del “muro rosso”, escavados en época de Pio XII, muestran otra cosa; luego cuando en época de Constantino se hizo el primitivo templo paleocristiano, se recurrió a una planta, que evoca a las soluciones en Tau contaminadas con el esquema basilical; sin embargo, en el Renacimiento, desde los primeros proyectos de Rossellino-Alberti y con seguridad con el primer diseño hecho por Bramante, el esquema seguido para la reconstrucción fue el de una planta centrada en cruz griega immissa quadrata; luego se impusieron las normas tridentinas y Maderno hubo de prolongar el templo, concluyéndolo en forma de cruz latina. Hasta aquí sólo estaríamos ante fases sucesivas en las que se venían utilizando modelos con referencias a símbolos sencillos. Pero al entrar en el Barroco, cuando se le planteó a Bernini la ejecución de la columnata oval que antecede a la basílica, las referencias culturales no fueron tan sencillas: para unos, como parece demostrar un dibujo procedente del taller de Bernini, la plaza representó el “abrazo” a los fieles que acudían al templo principal de la cristiandad, mientras que otros han querido leer en el complejo templo + plaza una interpretación simbólica de la “llave” de San Pedro, como portero del cielo y sobre cuya forma, nada excluye el que podamos hacer esas dos lecturas simultáneamente.




CROQUIS INTERPRETATIVO DE LA PLAZA DE SAN PEDRO Y EL SIMBOLISMO DE LA LLAVE

A la complejidad de este ejemplo que suma valores dobles, cabe contraponerle, otro con bastantes más superposiciones. Es el caso de la capilla que Borromini hizo en la Universidad de Sant’Ivo alla Sapienza de Roma, por encargo de los cardenales Antonio y Francesco Barberini, sobrinos de Urbano VIII. Una obra tan compleja como ésta no podía ser objeto de descuido en la búsqueda de referencias simbólicas, ya que además de la discutible de que el exágono sea una referencia “dulce” al panal de las tres abejas del stemma de los Barberini, aun tendríamos la estrella de seis puntas, la del rey Salomón, el monarca culto de la Biblia, y también la estrella del escudo de los abogados, cuyo santo patrón es precisamente San Ivo.

      
       PLANTA DE SANT’IVO      ESTRELLA DE SALOMON                STEMMA DE LOS ABOGADOS  

Los triángulos enlazados, por otra parte, hacen referencia a la Santísima Trinidad, y la espiral que envuelve exteriormente a la linterna se suele interpretar como una ascensión hacia el infinito, como una nueva Torre de Babel no fracasada que conduce al cielo con auxilio de otra referencia cruzada, ahora relativa a la luz culta del Faro de Alejandría. Estas referencias simbólicas y otras más, permite esta obra barroca, en donde a lo complejo de su forma es posible añadir interpretaciones “ambulantes” en el recordado proceso perceptor de M. Ficino.
Un caso muy distinto es de reducir la forma del edificio a un signo sin carácter simbólico, cualidad que adquiere sólo por asociación con otros. Johann David Steingruber (1702-87), en su Architectonisches Alphabeth (1773) ideó a nivel utópico unas arquitecturas de diseño monumental con las formas de las 26 letras del alfabeto.



 ALFABETO MORFOLÓGICO (J. D. Steingruber: Architectonisches Alphabeth, 1773)

Si no fuera por lo irrealizable de una ciudad a base exclusiva de monumentos, y si éstos no tuvieran el costo de convertir en locura, lo que no era más que un conato de juego, sería posible convertir, construir, un folio escrito con frases coherentes descriptivas de un suceso, en una ciudad ideal a base solo de monumentos aislados e inservibles (entre los que no hay ningún templo) que recorridos de izquierda a derecha y por líneas decrecientes, nos podrían enseñar, o mejor dicho, podríamos leer, lo que allí se había escrito de manera tan disparatada.
No obstante, hubo quien planteó aquella arquitectura morfológica con intencionalidad más reducida, como hizo otro arquitecto alemán, Anton Glonner (1723-1801), en 1774, para diseñar una secuencia de templos y capillas, con destino a Colegio e Iglesia, en las que estuviera implícito el monograma de Jesús, en el JHS paleocristiano, más tarde usado por San Bernardo, y luego adoptado por emblema de los jesuitas, o reinterpretado en Alemania como Jesus Heiland Seligmacher (Jesús Bendito Salvador). Es decir, que era la secuencia ordenada de signos la que conducía a la forma simbólica.


ARQUITECTURA MORFOLÓGICA (A. Glonner: Entwurf für ein Jesuitenkollegium, 1774)

No obstante, todas estas arquitecturas, construidas a partir de símbolos cristológicos no portaban ab initio valores sacros propios, ni esos símbolos eran condición ni necesaria ni suficiente para su utilización como edificios sagrados; la conversión en templos se producía después del complejo rito de bendición y consagración (que llevaba aparejado el traslado de reliquias y del sacramento, después de la dedicación, unción e incensación del templo y del altar, etc.), con las que el edificio se sacralizaba como “sitio especializado” en el que, sin ser exclusivo, si que se entendía predominantemente como el lugar más adecuados donde se podían hacer los “intercambios” entre las plegarias, oraciones y sacrificios por los “beneficios” que aportaban los sacramentos. El símbolo de la planta, per sé, con la evolución de los tiempos ya no tenía carácter mágico propio,  no era más que un valor añadido que había que completar con el rito.


Santos y Beatos: 28-30 abril


28  de abril

Luquesio de Poggibonsi  (1181-1260)

El  beato Luquesio, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Gaggiano, caserío del Chianti (Siena. Italia). Por vocación militar, pertenece al partido de los Güelfos. Después de participar en innumerables batallas, medio arruinado, se instala en Poggibonsi (Siena) y se dedica al comercio. Se hace rico, y alcanza, con su mujer Buonadonna, una fama de avaro por toda la región. Seguramente conocido de Pedro Bernardone, aloja a San Francisco en su casa. Impresionado por su espíritu de sencillez y pobreza, le pide seguirle desde su estado de casado y con hijos. Es cuando se refuerza la idea de la Orden Franciscana Seglar en San Francisco, les diseña un vestido de penitentes y más tarde les envía las normas para los seglares franciscanos definida como «médula del santo evangelio». Muere el 26 de abril de 1260 e Inocencio XII en 1694 concede el oficio y misa en su honor. Es el primer santo de la Orden Franciscana Seglar.

                                                        Común de Santos Varones

            Oración. Dios, rico en misericordia, que has distinguido al beato Luquesio en obras de piedad y limosna, después de llamarle a la conversión; concédenos, por su intercesión y ejemplo, hacer penitencia para abundar en frutos de caridad. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                               Lecturas

            «La fe si no tiene obras, está muerta por dentro»

Santiago se inserta en la línea medular de la fe cristiana: el amor operante; el amor activo que experimenta a Dios como Padre y a todos los seres creados como hermanos. Pablo, que hace tanto hincapié en la fe contra la ley judía, también coloca la caridad unida a la fe: «Porque si pertenecemos a Cristo Jesús, ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen eficacia, sino la fe, que actúa por la caridad» (Gál 5,6). Lo mismo piensa el autor de la carta de Juan: «No amemos de palabra ni de lengua, sino con obras y de verdad» (1Jn 3,18). Todo responde a la enseñanza de Jesús cuando decide la salvación a partir de los comportamientos con los hermanos más necesitados (cf. Mt 25,31-46).

Lectura de la carta del Apóstol Santiago                      2, 14-17

            Salmo responsorial                                                   Sal 111,2-3.4-5.6-7.8-9    
      
Dios siempre es fiel a su pueblo, a las personas que caminan en la vida, reconociendo que todos los bienes provienen del Señor. Por eso le dan gracias, le alaban y le bendicen, porque el creyente es consciente de que la mirada continua del Señor es la que da la vida y la impulsa hacia sus objetivos más nobles.

            V. Dichoso quien teme al Señor
            R. Dichoso quien teme al Señor

            Aleluya                                                                      Cfr Mt 19, 27-29

            Aleluya. Aleluya.
            «Vosotros que habéis dejado todo por el Evangelio,
Recibiréis ciento por uno
―dice el Señor― y heredareis el Reino de los cielos»
Aleluya.

            Evangelio

                        «Vende todo lo que tiene y compra el campo»

            La presencia de Dios en las palabras y hechos de Jesús que revelan el Reino entraña algo nuevo e inaudito para la creación. Es la nueva relación de amor que Dios establece con el hombre y que contiene todos los bienes salvadores que jamás se haya podido imaginar. Cuando se descubre, se sustituye por lo más preciado que se pueda tener en la vida. El riesgo de abandonar los fundamentos sobre lo que se construye la existencia, como son los bienes, el trabajo, la familia, etc., (cf. Mc 10,21; Mt 6,19-34), todo lo que un hombre es capaz de tener o acumular en su vida, no son comparables con la gran alegría que provoca el haber dado en la diana de lo que es la felicidad y el objetivo de la existencia: el Reino de Dios (cf. Mt 19,21; Lc 9,57.62). La clave de las dos parábolas es la decisión de adquirir, la decisión de seguir a Jesús para encontrar el Reino (cf. Mt 4,20.22; 8,22; etc.).

            Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13,44-46

Para meditar

            «Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, Padre santo (Jn 17,11) y justo, Señor rey del cielo y de la tierra (cf. Mt 11,25), por ti mismo te damos gracias, porque por tu santa voluntad y por tu único Hijo con el Espíritu Santo creaste todas las cosas espirituales y corporales, y a nosotros, hechos a tu imagen y semejanza, nos pusiste en el paraíso (cf. Gén 1,26; 2,15). Y nosotros caímos por nuestra culpa.
            Y te damos gracias porque, así como por tu Hijo nos creaste, así por tu santo amor, con que nos amaste (cf. Jn 17,26), hiciste que él, verdadero Dios y verdadero hombre, naciera de la gloriosa siempre Virgen beatísima Santa María, y quisiste que fuéramos redimidos nosotros cautivos por su cruz sangre y muerte.
            Y te damos gracias porque el mismo Hijo tuyo vendrá en la gloria de su majestad a enviar al fuego eterno a los malditos, que no hicieron penitencia y no te conocieron, y a decir a todos los que te conocieron y adoraron y te sirvieron en la penitencia: Venid, benditos de mi Padre, recibid el Reino, que os está preparado desde el origen del mundo (cf. Mt 25,34)» (San Francisco, RegNB 23,1-4).

                                                          

             30 de abril 



               Benito de Urbino (1560-1625)

 El beato Benito (Marcos Passionei), Franciscano Capuchino, nace en Urbino (Las Marcas. Italia) en 1560. Estudia Derecho civil y canónico en el Estudio Universitario de Perusa, donde se doctora el 28 de mayo de 1582. Un año después ingresa en los Capuchinos; profesa en el convento de Fano en 1584. Después de cursar los estudios eclesiásticos y ordenado sacerdote (1590), es enviado a Bohemia para predicar junto a San Lorenzo de Brindis a los husitas y luteranos(1600-1602). Poco después vuelve a Las Marcas. En la vida religiosa se identifica con el carisma franciscano: Seguimiento de Jesucristo pobre y crucificado en el marco de una vida de oración, de austeridad franciscana y de sensibilidad para con los pobres y los que sufren. Muere el 30 de abril del año 1625 en Fossombrone (Piceno). Es beatificado por el papa Pío IX el 10 de febrero de 1867.


 Común de Pastores o de Santos Varones

              
Oración. Padre santo, que has hecho grande al beato Benito por su encendido amor a la cruz y al misterio de la Palabra, concédenos seguir sus ejemplos, viviendo en este mundo con piedad, justicia y sobriedad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lecturas

               «¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la paz!»
           
La ciudad santa por antonomasia, que es Jerusalén, está destruida y asolada. La voz de un mensajero que anuncia la venida del Señor para liberarla de sus enemigos provoca la alegría del pueblo. Los vigías que avistan al enviado del Señor corren la noticia por las calles de Sión. El Señor le devuelve la esperanza de gozar de nuevo de la libertad para conducirse en esta vida bajo la mirada protectora de quien lo creo como pueblo y es su propiedad más querida (cf. Is 40,1-10; Ez 43,1-5; Rom 10,15; Mc 16,15-16).


Lectura del profeta Isaías                                               52,7-10

               Salmo responsorial                                                   125,1-2ab.2cd-3.4-5.6
            La vuelta del destierro de Babilonia a Palestina, a Jerusalén, no fue un camino de rosas ni un convencimiento e ilusión colectiva de los desterrados. Muchos ya se habían acoplado en la tierra extranjera. Sin embargo, leída desde la perspectiva de Dios, fue una liberación de la esclavitud para conquistar de nuevo la libertad a fin de servir mejor al Señor. Y esto lleva a la alabanza y a la admiración de todos.

            V. El Señor ha estado grande con nosotros
            R. El Señor ha estado grande con nosotros

           
Aleluya                                                                      Flp 2,15-16

Aleluya. Aleluya.
«Brilláis como lumbreras en el mundo,
mostrando una razón para vivir»
Aleluya.


            Evangelio
                               «Está cerca de vosotros el Reino de Dios»
Lucas presenta a Jesús enviando a los Doce a las ovejas descarriadas de Israel (cf. Lc 9,1-6; Mc 6,7-13) y al grupo mayoritario de discípulos a todas las gentes (cf. Lc 10,1-12). El mensaje de la presencia del Reino es tan apremiante que no deben llevar nada para el camino; y el contenido del mensaje es tan importante que deben andar a la intemperie. No necesitan de nada; lo primordial es anunciar a Dios y su salvación. La pobreza, como desapego del yo y de las cosas que se suelen poseer para afianzar la vida, aparece como una actitud básica para la credibilidad del anuncio, además de darle libertad al mensajero. El discípulo de Jesús ofrece el Evangelio, no lo impone a la fuerza. Por eso se acepta o se rechaza. En este caso, el hombre debe ser consciente de la autodestrucción que entraña el egoísmo, la soberbia, el quitarle la mirada al amor.

 Lectura del santo Evangelio según San Lucas                   10,1-12

Para meditar
            Francisco hace penitencia y renuncia a los bienes: «El Señor de esta manera me dio a mí, Hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia: porque, como estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo el ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo entre ellos e hice misericordia con ellos. Y apartándome de ellos, aquello que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo; y después me detuve un poco y salí del siglo». Renuncia que aconseja para ser un buen Hermano en la obediencia: «Dice el Señor en el Evangelio: El que no renunciare a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo (Lc 14,33); y: el que quisiere salvar su alma, la perderá (Lc 9,24). Aquel hombre deja todo lo que posee y pierde su cuerpo, que se ofrece a sí mismo todo entero a la obediencia en las manos del prelado». Y la renuncia a los bienes la establece en la Regla: «...díganles la palabra del santo Evangelio (cf. Mt 19,21par), que vayan y vendan todos sus cosas y procuren distribuirlas a los pobres» (San Francisco, Tes 1-3; Adm 3,1-3; RegB 2,5-6).

           
               30.1 de abril



                    José Benito de Cottolengo (1786-1842)

San José Benito, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Bra (Piamonte. Italia) el 3 de mayo de 1786; es hijo de Agustín Cottolengo y Benita Chiarotti. Cursa los Estudios Eclesiásticos en la Parroquia de San Andrés de Bra y es ordenado sacerdote en 1811. En 1818 es nombrado canónigo del Corpus Domini en Turín. Destaca por su sensibilidad y servicio a los pobres y enfermos, que empieza cuando asiste a la muerte de María Gonnet el 2 de setiembre de 1827; rodeada de sus hijos, le niegan los auxilios básicos para sobrevivir por ser pobre. José Benito vende lo que tiene y comienza su primera obra de misericordia: el hospital de la «Volta Rossa» (1828), que debe cerrar por una epidemia de cólera sufrida en Turín en 1831. A continuación funda la «Pequeña Casa de la Divina Providencia» en los suburbios de Turín, en la zona de Valdocco. Enfermo, se retira Chieri en 1842 a casa de su hermano Luis, donde muere el 30 de abril. El papa Benedicto XV lo beatifica el 29 de abril de 1917 y el papa Pío XI lo canoniza el 19 de marzo de 1934.
 Común de Santos Varones

Oración. Señor y Dios nuestro, derrama sobre nosotros tu Espíritu, para que nuestra mente comprenda y nuestro corazón sienta el amor a los enfermos que experimentó el  beato  José Benito. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lecturas

                                   «Todos se reunían con un mismo espíritu»

            Lucas ofrece un resumen de las actividades de los apóstoles y de la comunidad cristiana primitiva. Además de comprobar el aumento de los cristianos, relata las curaciones de los apóstoles al estilo como Jesús hizo en el primer viaje que llevó a cabo en su Galilea natal (cf. Mc 1,12-14par). Y tal es el éxito que no sólo traen a los enfermos de otras ciudades, sino que se contentan con que Pedro cubra con su sombra a los afligidos por la enfermedad o posesión diabólica. La curación es un signo de la presencia del Reino en la historia humana.

            Lectura de los Hechos de los Apóstoles                     5,12-16

Salmo responsorial                                                    Sal 40,2-5.11-13

            El creyente suplica al Señor para que le libre de las enfermedades y de los enemigos. Es la instancia superior que siempre tiene el justo cuando experimenta las contrariedades de la existencia terrena. Quien realmente le sostiene es el Señor. Y el Señor mantiene al que sufre por su relación de amor, se curen o no se curen las enfermedades.

            V. Dichoso el que cuida del pobre y desvalido.
            R. Dichoso el que cuida del pobre y desvalido.

            Aleluya                                                          Sal 118,34

            Aleluya. Aleluya.
            «Enséñame a cumplir tu voluntad, Señor, y a guardarla de todo corazón».
            Aleluya.

            Evangelio
           
                                   «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí»

            Jesús camina rodeado de los discípulos y de mucha gente. La voz de un ciego se hace oír con la expresión mesiánica de «Hijo de David». El ciego pide ver apelando a la compasión de Jesús, y Jesús le cura invocando su fe. La fe y el amor son las dos constantes del primer viaje que Jesús hace por los pueblecitos de su Galilea natal: es una confianza que lleva a los enfermos a adherirse a Jesús y seguirle después en su camino de predicación del Reino, como hace Bartimeo, que se incorpora a la comitiva.


            Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10,46-52

                                                            Para meditar

            «Francisco sufre un ataque de tracoma y se retira al convento de San Damián, donde está Clara de Asís con sus hermanas (cf. 1Cel 98). Era tal el dolor y la molestia, que ni soporta la luz del día ni la del fuego por la noche. Lo ocultan en una celda oscura, aislado, donde sufre fuertes dolores, además de la presencia, por el olor de la sangre de las llagas, de «tantos ratones en la casa y en la celdilla donde yace que con sus correrías encima de él y a su derredor no le dejan dormir» (LP 83). Cuando la naturaleza se le vuelve en contra y sus hermanos brillan por su ausencia, destruida su naturaleza y solo, Francisco «se centró, se concentró un momento y empezó a decir: Altísimo, Omnipotente, y buen Señor [...] Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas, especialmente el señor hermano Sol, el cual es día y alúmbrasnos por él [...]. Loado seas, mi Señor, por el hermano Fuego, por el cual iluminas la noche, y él es bello y jocundo y robusto y fuerte» (Ibíd.; Cántico 1.3.8). Francisco revalida su fe en el Creador. Aunque la naturaleza le golpee con tanta fuerza, no le hace perder la fe en Aquél que la ha creado buena y bella; no porque personalmente sienta el mal, abjura del bien que lo impregna todo».


           
            30.2 de abril


          Juan Forest (1471-1538)

El  beato Juan nace en 1471. A los 17 años viste el hábito franciscano en Greenwich (Inglaterra). Estudia en Oxford donde alcanza el doctorado en Teología. Es consejero de la reina Catalina de Aragón y se opone al divorcio que pretendía el rey Enrique VIII. Predica en Saint Paul’s Cross a favor del matrimonio de Catalina de Aragón y Enrique VIII; se enfrenta al canciller Cromwell. En 1532 comunica a sus hermanos que el Rey pretende suprimir la Orden en Inglaterra. Es encarcelado en Negate en 1533. Con la negación del Papa del divorcio del Rey, éste intensifica la persecución de los franciscanos y de nuestro  beato . Es trasladado a la cárcel de Londres en 1538. Aquí escribe un tratado contra Enrique VIII: De auctoritate Ecclesiae et Pontificis maximi y rechaza el juramento de fidelidad al Rey, manteniendo correspondencia con la reina Catalina recluida en el castillo  de Kimbolton. Es martirizado a fuego lento en Smithfield el 22 de mayo de 1538. El papa León XIII aprueba su culto el 9 de diciembre de 1886.

 Común de un Mártir

Oración. Dios de todo poder y misericordia, que infundiste tu fuerza al  beato Juan para que pudiera soportar el dolor del martirio, concede a los que hoy celebramos su victoria vivir defendidos de los  engaños del enemigo bajo tu protección amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                               Lecturas

                        «Sufro con gusto por temor a él»

Antíoco implanta la religión griega en el centro sagrado de Israel. El sacerdote Eliazar se le opone para salvaguardar la presencia de Dios en su pueblo elegido situada en la Ley y en el templo. No sacrifica carnes permitidas por la Ley, pero no las comunes de Israel. No pacta con los paganos para salvaguardar la pureza de la religión yawista y dar ejemplo al pueblo. Muere por los latigazos recibidos y su vida sigue siendo para el pueblo el ejemplo de tantos mártires que han dado su vida y la dan por defender sus creencias y libertad entre los hombres. La actitud de Eleazar se consolida en el NT con la afirmación de Jesús: «Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien…….» (Mt 5,11-12; 1Ped 3,14).

Lectura del libro de los Macabeos                               6,18.21.24-31

Salmo responsorial                                       Sal 102, 1-2.3-4.8-9.13-14.17-18.

               El creyente padece una grave enfermedad, que en la mentalidad del AT es fruto del pecado. Dios le cura y al curarle le perdona el pecado. Todo se debe a su misericordia, misericordia que actúa el amor y la ternura de Dios para con sus hijos. Porque la actitud permanente de Dios es el amor y hace todo lo posible para atraerlos a su seno. Y sus hijos le corresponden con la bendición y la acción de gracias.

V. Bendice, alma mía, al Señor
R. Bendice, alma mía, al Señor

Aleluya                                                                      Jn 15,4.5

Aleluya. Aleluya.
«Permaneced en mí y yo en vosotros, ―dice el Señor―;
el que permanece en mí da mucho fruto»

Evangelio

            «Quien quiera ser el primero, que sea el último y servidor de todos».

            Mientras Jesús enseña que su vida terminará en la cruz como expresión del servicio a los demás, los discípulos discuten sobre la actitud vital contraria: la del poder. Ante el poder, Jesús les presenta la figura humana más débil: la del niño. A través de la debilidad que entraña el amor es como la salvación, que procede del Padre, pasa a los hombres por medio del amor servicial de Jesús. Y esta actitud es la que deben tener todos los que quieran asumir responsabilidades en la comunidad cristiana (cf. Rom 12,3-19; 14,1-15), porque en ella no caben los engreídos o poderosos, ya que contradicen el sistema de relaciones que funda a la comunidad cristiana (cf. Sant 2,1-9).


Lectura del santo Evangelio según San Marcos       9,33-36


                          Guillermo Buccheri de Sicli  (1309-1404)
                                   (Sábado segunda semana de Pascua)


            El  beato Guillermo, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Noto (Sicilia. Italia). Pertenece por un tiempo a la corte de Federico II de Aragón, rey de Sicilia. Después de un accidente, se retira a un lugar solitario cerca de Noto llamado «La celda del Castillo». Al principio le acompaña San Conrado Canfalonieri de Piacenza; cuando éste se recluye en Pizzoni, nuestro  beato  se va a Sicli en 1345 donde construye un eremitorio junto a una iglesia dedicada a la Señora de la Piedad. Aquí se centra en la oración, llevando una vida de penitencia extrema y mostrando una fortaleza de ánimo inigualable. No obstante viva retirado y aislado de la gente, le visitan muchos creyentes para consultarle los problemas de sus vidas y recibir sus favores. Habita en este lugar durante 57 años. Muere el 4 de abril del 1404. Todo el pueblo de Sicli lo traslada a la iglesia de San Mateo en la que es sepultado en olor de santidad. El papa Pablo III aprueba su culto el 27 de junio de 1539.

                                    Común de santos Varones

Oración. Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, celebrando la memoria del  beato Guillermo Buccheri de Sicli y te pedimos que la Familia Franciscana permanezca fiel a su misión y firme en sus compromisos evangélicos. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                                    Lecturas

                «Él nos ha sacado de las tinieblas y nos ha llevado al Reino de su Hijo querido»

            La relación con el Señor que mantiene el creyente sale fortalecido para el cumplimiento de su voluntad que hace posible el paso del mundo de pecado y de muerte al mundo de la gracia y de la vida. Y no es nada fácil también mantenerse firme en la fe en la nueva vida que el Señor nos ofrece en Cristo Jesús. Por eso ora Pablo: para que las personas que ama se mantengan en la fe (cf. Rom 1,9-10; 1Cor 1,4) y no se desdigan de los compromisos que provienen del bautismo.


Lectura de la carta del Apóstol San Pablo los Colosenses             1,9-14

            Salmo responsorial                                       Sal 53,3-4.6.8

            El Señor sale en defensa de los creyentes que se sienten en peligro y no tienen la fortaleza para eludirlo. Dios es fuerte, es potente en amor, y con un amor poderoso libera a sus criaturas de la maldad que hiere a sus criaturas.

            V. Ved que Dios es mi auxilio.
            R. Ved que Dios es mi auxilio.

            Aleluya                                                                                  1Cor 15,1

            Aleluya. Aleluya.
            «Hermanos, quiero traeros a la memoria el Evangelio
 que os prediqué,
que habéis recibido y en el que permanecéis firmes».
            Aleluya.


            Evangelio

                                   «El que persevere hasta el fin se salvará»

            El Evangelista relata el fin de la ciudad de Jerusalén y la crisis sobre la fe en el Mesías. La destrucción de la ciudad santa por el ejército romano hace que huyan todos sus habitantes, se deslinde el judaísmo del judaísmo cristiano y comience una nueva era para los seguidores de Jesús, que se extiende con mucha libertad por todo el Imperio. La persecución hace al creyente firme en sus convicciones personales y y le lleva a confiar en el poder de la gracia divina, para resistir los ataques del diablo. La fortaleza, que está en la base de la perseverancia, es fundamental en los tiempos de cambios importantes, como sucede en la segunda generación cristiana.

             Lectura del santo Evangelio según San Marcos      13,5-13

                                                             Para meditar
            «Quiero describir el don de la fortaleza por parte del dante; y digo que lo da Dios que protege, Dios que redime y Dios que inhabita en el justo.- Digo que el don de fortaleza es dado en primer lugar por Dios que protege. Dios, en efecto, nos protege según la ordenación jerárquica, defendiéndonos por dentro y por fuera [...] La fortaleza dimana, como de principio sólido, sublime y fuerte, de Dios; y Dios eterno es el origen de la fortaleza en todas las cosas, porque nada es poderoso ni fuerte sino en virtud de la fortaleza del primer principio. Esta fortaleza desciende, pues, de Dios, que nos protege como de primer principio según las disposiciones jerárquicas; y esta fortaleza convierte a todo hombre en rico, y seguro, y poderoso, y confiado» (San Buenaventura, Los siete dones del Espíritu Santo, 5,5).