martes, 8 de abril de 2014

Beatos Franciscanos 8-10 de abril

                                                              8 de abril 

Julián de San Agustín  (1553ca.-1606)

           El  beato Julián de San Agustín nace en Medinaceli (Soria. España) entre los años 1550 y 1553, hijo de Julián Martinet y Catalina Gutiérrez. Ingresa en el convento de Santa María de La Salceda (Segovia). Es tal la vida de penitencia que lleva, que los superiores le invitan a dejar el convento. Acompaña al padre Francisco de Torres, vestido de peregrino, en sus predicaciones. Ingresa de nuevo en la Orden en la fraternidad de La Salceda, y por las penitencias tan exageradas se le invita a dejar otra vez la vida franciscana. Se retira como ermitaño a lo alto de un monte cercano. Come con los pobres en la puerta del convento y pide limosna para el mantenimiento de los religiosos. Y, por tercera vez, lo admiten en la Orden. Hace el noviciado y acompaña al P. Torres en sus predicaciones, residiendo en Alcalá de Henares. Y aquí permanece el resto de sus días salvo una breve estancia en el convento de Nuestra Señora de la Esperanza de Ocaña (Toledo). Muere el 8 de abril de 1606 y el papa León XII lo beatifica el 23 de mayo de 1825.

                                                Común de Santos Varones

            Oración. Señor, tú que infundiste al  beato Julián de San Agustín el espíritu de perseverancia en la vida franciscana, haz que nosotros, practicando las obras de caridad, merezcamos encontrarnos en día entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
           
Lecturas

                                   «Nos gloriamos en las tribulaciones»

            Que seamos salvados por la fe en Cristo, origina la paz interior de sabernos aceptados por la bondad divina. Pero la vida es tozuda en las cruces. No hay historia personal y colectiva que no tenga sus tribulaciones. Es entonces cuando se prueba la constancia y la perseverancia de la fe, pues las aflicciones purifican la fe y favorecen la fidelidad a la respuesta que debemos dar a Dios por medio de su relación con Cristo Jesús. Esta fidelidad termina en la esperanza cristiana, que la sostiene y funda el amor de Dios, origen de todos los bienes.


            Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos                        5,1-5

Salmo responsorial                                                   Sal 118,1.27.30.34-35.44

            El justo camina seguro en su vida personal, en sus relaciones familiares y sociales, porque va de la mano de Dios en el país de la vida. No teme a nada ni a nadie. Es la seguridad que da el cumplimiento de la Ley como expresión de la voluntad divina.

            V. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
            R. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

Aleluya                                                                                    Heb 6,12

            Aleluya. Aleluya.
            «No seáis indolentes; imitad más bien a quienes, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas».
            Aleluya.


            Evangelio

            «La tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la Palabra»

            La parábola de la semilla traza el panorama de la gente que seguía a Jesús. No todos iban con un corazón abierto y limpio para aceptar el Reino. Las tensiones con el reino del mal se evidencia en la Palabra de Dios que es arrancada de los corazones de los creyentes, o impiden su crecimiento, o simplemente es una cosa más en la vida humana que no tiene especial importancia. Sin embargo, siempre hay creyentes que responden al Señor con una vida de amor que hace fructificar los dones recibidos para bien de los demás. Son los que perseveran en el bien.


            Lectura del santo Evangelio según San Lucas  8,11-15

                                               Para meditar

           
«No promete el Señor la corona a los que de legítimo matrimonio nacieron, sino a los que legítimamente pelearon, y en tal caso diremos que legítimamente pelea el que en las virtudes tiene constancia y a las tentaciones hace resistencia; por manera que, como hijo legítimo, le pertenece la corona y mayorazgo. Damasceno, sobre estas palabras, dice: No promete Cristo su reino al que toma no más del bautismo, ni aún al que hace algunas obras de cristiano, sino al que permanece en su servicio hasta el cabo, porque la corona del triunfo no la dan al que va a la guerra, sino al que alcanza la victoria. Poco aprovecha el labrador que are ni siembre la tierra si después no la siega y trilla de pereza; como sea verdad que el corazón del labrador no descansa cuando derrama el pan por el campo, sino cuando lo encierra en su silo. [...] José, hijo de Jacob, gran constancia tuvo en no querer pecar con la mujer de su amo ella se lo rogando y él lo resistiendo; para darnos a entender que es menester muy mayor corazón para resistir a los vicios aparejados que no a los enemigos aparcebidos» (Antonio de Guevara, Oratorio de Religiosos, 55).


                                                           9 de abril

Tomás de Tolentino  (1260ca.-1321)

           
El  beato  Tomás de Tolentino, mártir, nace en Tolentino (Las Marcas. Italia) hacia el año 1260. En torno a los 15 años entra en la Orden. Pertenece a los llamados franciscanos «espirituales», como Ángel Clareno (1247-1337), Ubertino de Casale (1259-1328) y Pedro Juan Olivi (1248-1298), que rechazan el estudio de Aristóteles, exigen la pobreza personal y comunitaria absoluta y el seguimiento al pie de la letra de la «Regla» y del «Testamento» de San Francisco; tampoco admiten las dispensas pontificias sobre ciertos aspectos del voto de pobreza. Por esto es recluido en un eremitorio de las Marcas, y después dos veces encarcelado, hasta su liberación en 1289. En 1290 marcha como misionero a Armenia. Intercede ante el papa Nicolás V y los reyes de Francia e Inglaterra en nombre del rey Aitón II, para que le ayuden ante la amenaza de los sarracenos. Lo mismo hace con el general Juan de Morrovalle sobre la controversia interna de la Orden y con el papa Clemente V sobre las misiones franciscanas en China. Marcha a China en 1320 con los hermanos Santiago de Padua, Pedro de Siena y Demetrio de Tiflis. Desembarcan en la isla de Salsette, cerca de Bombay. Después pasan a Thana donde dominan los musulmanes, y después de defender la fe cristiana los martirizan. El papa León XIII aprueba su culto el 23 de julio de 1894.

                                                            Común de Mártires

            Oración. Dios de misericordia, te rogamos humildemente que así como infundiste la fidelidad a tu Hijo en el corazón de los pueblos por la predicación del  beato Tomás de Tolentino, les concedas también arraigar con firmeza en la fe recibida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas

                        « Los recibió como sacrificio de holocausto»
            El libro de la Sabiduría se une al coro humano de protesta e incomprensión del sufrimiento de los justos. Poco a poco la Escritura trata de buscarle un sentido. Una línea de comprensión es que Dios los somete a pequeñas correcciones, pero la recompensa que les dará será enorme (cf. Rom 8,18; 2Cor 4,17). La clave está en la fidelidad, la fe en Dios como confianza. Si los justos permanecen fieles al Señor, Él al final de sus vidas les recompensará; no les fallará, y les dará la vida eterna, o la resurrección de entre los muertos.

Lectura del libro de la Sabiduría                                                     3,1-9

Salmo responsorial                                                              Sal 33,2-3.16-7.18-19

            El justo vive pendiente del Señor. Cuando el justo es perseguido o lo pasa mal por cualquier causa, invoca el nombre del Señor y éste viene en su auxilio. Es la experiencia cotidiana que se da en Israel. La crisis vendrá cuando se comprueba que no siempre es así y los injustos les va mejor que a los justos en esta vida.


            V. Bendigo al Señor en todo momento.
            R. Bendigo al Señor en todo momento.

            Aleluya                                                                      Mt 5,10

            Aleluya. Aleluya.
            «Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos».
            Aleluya.


            Evangelio

                        «Los pelos de vuestra cabeza están contados»

            Jesús crea hermanos y amigos en su ministerio por Galilea. Y les comunica sus planes del Reino, sus inquietudes, sus sentimientos, sus objetivos (cf. Jn 15,14-15). Los discípulos que recorren con él los pueblecitos de Galilea comparten el mismo destino, destino de gloria, que se lo dará el Padre del cielo (cf. Mc 10,35-40), y destino de sufrimientos y de muerte (cf. Jn 15,18-21; 1Jn 3,13). Él no le ha fallado a sus discípulos, y éstos, después de la Resurrección, deben serle fiel en todas las circunstancias de la vida, porque ésta está mirada con benevolencia permanentemente con el Padre.


            Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12,4-7

Para meditar

            «A vosotros a mis amigos os digo (Lc 12,4-7). En primer lugar [Jesús enseña a sus discípulos] a no temer a sus asesinos o martirizadores por tres razones. La primera es porque solamente tienen poder contra el cuerpo, y esto sólo por el tiempo de esta vida. La segunda es porque hay que temer más bien al juicio de Dios y a su suplicio del infierno, en el que incurriría uno negando la fe por temor de la muerte temporal. La tercera es por la infalibilidad de la reparación final y total de los martirizados. Lo dice en el texto: No se venden cinco gorriones...? Y el sentido es que, si Dios tiene cuidado pleno y diligente de los gorriones sin olvidarse de ellos, aunque valen tan poco que cinco gorriones se venden por dos ases o por un óbolo, que vale dos ases, mucho más cuidará de vosotros que morís por Él, ya que vosotros valéis incomparablemente más que los gorriones. Por eso os digo que no sólo vuestros miembros están contados en la presciencia de Dios para repararlos, sino también todos vuestros cabellos» (Pedro Juan Olivi, Lectura super Lucam, 12,4-7).

           
                                                           10 de abril

Marcos de Bolonia (1405-1479)

           
El  beato Marcos nace en Bolonia (Emilia Romaña. Italia) el año 1405, hijo de Bartolomé y Lisa Fantuzzi. Después de cursar los estudios en la Universidad, ingresa en la Orden guiado por el  beato  Jaime Primaticci. Profesa el 25 de abril de 1431. Se dedica al estudio de la teología, profundizando en la fe con las «Homilías» de San Juan Crisóstomo y de San León Magno. Después de ordenado sacerdote, se relaciona con San Bernardino de Siena, San Juan de Capistrano y San Jaime de la Marca, que le enseñan el apostolado de la predicación. Comienza a predicar en los pueblecitos de Italia, después en las grandes ciudades, y más tarde lo hace en Austria, Alemania, Polonia y Rusia. Visita Tierra Santa en 1463 como peregrino. El 27 de abril de 1452 es elegido en Aquila Vicario General de la Orden, cargo que repite en 1464. Evita la reunificación de las familias franciscanas que intenta el papa Sixto IV. Lema de su vida y de su predicación es la pacificación de las almas, de los pueblos y de la Orden. Muere en Piacenza el 10 de abril de 1479. Su cuerpo, a partir de 1626, es venerado en la basílica de Santa María de Campaña. El papa Pío IX aprueba su culto el 5 de marzo de 1868.

                                          Común de Pastores o Santos Varones

               Oración. Dios y Señor, creador del mundo, bajo cuyo gobierno se desarrolla la marcha de la historia; atiende nuestras súplicas por intercesión del beato Marcos de Bolonia y concede la paz a nuestros tiempos, para que nos gocemos incesantemente en la alabanza de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo.
                                               Lecturas


            «Pero si tenéis el corazón amargado por la envidia y el egoísmo, no andéis gloriándoos»

            No todo transcurre en las primeras comunidades cristianas como relata Lucas en los Hechos (2,24); también hay tensiones de todo tipo (cf. 1Cor 1,10; 2Cor 12,20; Flp 1,17), que provienen del egoísmo y la soberbia. Éstas anidan en los corazones de los fieles que no desarrollan con fortaleza el amor y la paz provenientes de la experiencia creyente. Cuando la fe anida en el corazón es entonces cuando se descubre el mundo nuevo del Dios de Jesús que se visibiliza en la misericordia, paz, comprensión, etc. Y es el mundo del Señor el que debe prevalecer en las comunidades cristianas (cf. Mt 5,9; Flp 1,11).

Lectura de la carta del Apóstol Santiago                                          3,13-18

            Salmo responsorial               Sal 71,1-4.7-8.12-13.17

            La oración se dirige directamente a Dios para que el rey que gobierna a Israel cumpla la justicia y la paz debida a la promesa contenida en la alianza. Es Dios quien da la fuerza y la fortaleza, como a la vez la sabiduría a aquellos que tienen la obligación de promover la paz y el entendimiento entre las gentes y los pueblos. Es decir, favorecer la vida creada por Dios.

            V. Que en sus días florezca la justicia y la paz.
            R. Que en sus días florezca la justicia y la paz.

            Aleluya                                                          Jn 14,27

            Aleluya. Aleluya.
            «La paz os dejo —dice el Señor—, mi paz os doy».
            Aleluya.


            Evangelio

            «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo»

            Jesús resucitado saluda a los discípulos con el mensaje de paz que les mandó dar a los pueblos de Galilea cuando les envió a Evangelizar (cf. Mc 16,15); era el deseo permanente que se daban los israelitas: que se tenga paz con Dios, con la familia, con la sociedad, consigo mismo. Y para que esto sea una realidad, amplía el mandato con la donación de la capacidad de perdonar los pecados, es decir, de abrir las puertas a los corazones para que puedan establecer relaciones personales de amor con Dios, con los demás y con la creación. Dios, por tanto, es el verdadero donador de la paz al infundir el amor que crea y recrea la vida, porque es capaz de perdonar.


            Lectura del santo Evangelio según San Juan 20,19-23

                                               Para meditar

               Cuenta la Leyenda de Perusa cómo Francisco reconcilia al obispo Guido y el podestá de Asís. En el año 1225 el obispo excomulga al podestá, y éste prohíbe vender cualquier cosa al obispo estableciéndose un fuerte odio entre los dos. Francisco al tener noticia de la lucha, compone la estrofa del Cántico: «Loado seas tú, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor». Manda reunir a todos en la plaza del obispado, un hermano canta el verso y el podestá dice: «En verdad os digo que no sólo perdono al señor obispo, al que debo reconocer como mi señor, sino que perdonaría al asesino de mi hermano o de mi hijo [...] El obispo le tendió las manos y le levantó, diciendo: “Mi cargo exige en mí humildad, pero tengo un carácter pronto a la cólera; te pido me perdones”. Los dos se abrazaron y besaron con gran ternura y afecto» (Leyenda de Perusa, 84).