sábado, 8 de marzo de 2014

Familia. Franciscana. Misal 12-13.03. 2014

LECCIONARIO FRANCISCANO
                                   
          12 de marzo 

        Ángela Salawa (1881-1922)

           
La beata Ángela Salawa, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Siepraw (Cracovia. Polonia), el 9 de septiembre de 1881; es hija de Bartolomé Salawa y Eva Bochenek. En 1897 se traslada a Cracovia donde trabaja como empleada de hogar. Después de la muerte de su hermana Teresa trata de vivir la fe en la humildad y la pobreza. «Amo mi trabajo -decía- porque en él encuentro una excelente ocasión de sufrir mucho, de trabajar mucho y de orar mucho; y, fuera de esto, no deseo nada más en el mundo». En 1911 fallece su madre y la mujer a quien sirve. El 15 de marzo de 1912 ingresa en la Orden Franciscana Seglar, y hace su profesión el 6 de agosto de 1913. En la Primera Guerra Mundial ayuda al personal sanitario en los hospitales de Cracovia, asistiendo y confortando a los soldados heridos. Enferma en 1917; se le atiende en el hospital de Santa Zita por poco tiempo. Al fin se recluye en una pequeña habitación donde vive entregada a la oración y padeciendo horribles dolores durante cinco años. En octubre de 1920 participa en una peregrinación a Chestochowa para orar a la Virgen de Jasna Gora. Muere el 12 de marzo del año 1922 en Cracovia. El papa Juan Pablo II la beatifica el 13 de agosto de 1991.

                                                Común de Vírgenes
                       
            Oración. Padre bueno, concédenos el espíritu de humildad y amor con el que la beata Ángela se ofreció a sí misma como sacrificio vivo y santo agradable a tus ojos, y haz que, por su intercesión, progresemos en la novedad de la vida evangélica, para conformarnos así a Cristo, tu Hijo. Que vive y reina contigo.

                                               Lecturas

«Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas»

            Así comienza la oración de la Semá que es una de las más queridas de Israel. A lo largo de la historia se acentúa el monoteismo conforme se ahonda en la fe y en la Alianza del Sinaí (cf. Gén 6,18; 12,1). Israel ora y se relaciona con un Dios vivo y presente frente a los dioses falsos (cf. Dt 5,26). Y al ser un Dios vivo se le puede amar, entregarse uno por entero y se le recuerda en todo tiempo, en todo lugar. Jesús recoge esta oración como una parte de lo más importante de la Ley, y Pablo resume la Ley y los Profetas con la relación de amor con Dios concretada en la oración personal y comunitaria (cf. Mc 12,28-31; Rom 13,10; Gál 5,14).


Lectura del libro del Deuteronomio                 6,4-9


            Salmo responsorial                                       Sal 17,2-4.47.51

            La oración del salmista es crear, desarrollar, intensificar la relación de amor que se mantiene con Dios; una oración que descubre los beneficios que nos da cotidianamente y la grandeza de su ser, de su vida, de su persona, en la que se funda y se asienta la vida del creyente.

            V. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
            R. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.


            Aleluya                                                                      Rom 13,10

            Aleluya. Aleluya.
            «La caridad no hace mal al prójimo.
La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud»
            Aleluya.


            Evangelio

            «Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche? »

            Hay que orar siempre, en todo tiempo, en cualquier sitio. Hay que orar sin desfallecer (cf. Lc 11,5-8; Ap 6,9-11; Mt 8,10-11). La relación permanente con el Señor es la que da la vida a los cristianos; la relación continuada con el Señor es la que expresa dónde están nuestras raíces, dónde asentamos la vida. Como Pablo afirma una y otra vez (cf. Rom 1,10; 12,12; 1Tes 5,17), hay que «orar constantemente», con la convicción que Dios nos escucha, que está pendiente de nuestra vida, que la cuida y sostiene como un padre y una madre viven en razón de sus hijos. Y los cristianos no debemos cansarnos de orar.


Lectura del santo Evangelio según San Lucas        18,1-8

Para meditar

               «Sobre todo esté avisado el que se ama de verdad, que no se contente con el sabor que sentirá en los servicios que a Dios hace o en la gloria que espera; porque este sabor, aunque es bueno, no lo da Dios para que nos contentemos con él solo, sino que para con él vengamos a tomar sabor en la consideración del bien y gloria y señorío que Dios tiene, y para que con grande aliento le alabemos; porque no es otra cosa la hermosura y alabanza de Dios sino un gozarnos de contar al mundo todas las grandezas de nuestro Señor, como se escribe en el salterio y en toda la Santa Escritura y como se presenta en todas las cosas criadas [...].
            También el que se amare de verdadero amor, cuando sintiere haber recibido alguna merced de Dios, debe con todas entrañas darle gracias, no por ver a sí mismo más enriquecido, sino por verse con más fuerzas para que dél se pueda Dios más servir; como si un caballero se holgase de recibir alguna gran merced del rey porque con las mayores riquezas le podría hacer mayores servicios y placeres sin respeto de otras mercedes» (Alonso de Madrid, Arte para servir a Dios, 3,3).



13 de marzo

Agnelo de Pisa (1194-1236)

           
El  beato Agnelo conoce en Venecia a San Francisco, que le recibe en la Orden a los 17 años de edad. El mismo San Francisco le envía a Francia a los 23 años, para formar las primeras fraternidades en el país transalpino. En el Capítulo General de 1223, San Francisco le manda a Inglaterra con la misma misión que en Francia; desembarca en Dover con ocho hermanos el 10 de septiembre de 1224. De inmediato funda dos fraternidades: en Cornhill, junto a Londres, y en Oxford. Aquí invita a enseñar teología al mismo canciller de la Universidad, Roberto Groseteste. Franciscano humilde y sencillo, de honda doctrina y hábil conciliador en las controversias políticas, llega a ser consejero del rey Enrique III. Por obediencia aceptó la ordenación sacerdotal. Asiste al Capítulo de 1230 en Asís como Ministro Provincial de Inglaterra. Vuelto a Inglaterra se establece en Oxford donde fallece a la edad de 42 años en 1236. El papa León XIII aprueba su culto el 4 de septiembre de 1892.

                                                        Común de Pastores

            Oración. Señor, luz de tu pueblo y pastor de los hombres, que, dentro de la Iglesia, has confiado al beato Agnelo de Pisa la misión de apacentar a tu pueblo con su predicación y de iluminarlo con su vida y su ejemplo, concédenos, por su intercesión, guardar íntegro el don de la fe que nos legó su palabra y seguir el camino que nos marcó su ejemplo. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                           Lecturas

«Completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia»
Pablo recibe su ministerio como una tarea que Dios le ha confiado. No es algo que él merezca y menos que le pertenezca. Es un don recibido de Dios y puesto al servicio de la Iglesia. Su esperanza es que dé fruto. Lo que transmite es la Palabra de Dios que revela el misterio de salvación (cf. Rom 16,25-26; Ef 1,9-10); y la salvación, centrada en Cristo, permanece en la historia con la esperanza que sea plena al final de los tiempos, detrás de los días (cf. Ef 3,17; Col 3,4). El deseo del Apóstol es que la salvación sea efectiva; que incida en la madurez cristiana para beneficio de cada creyente y de la Iglesia, en cuanto comunidad que es testigo permanente de la Resurrección de Jesús.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses    1,24-29



Salmo responsorial                                                   Sal 109, 1.2.3.4

El sacerdocio de Jesucristo, expuesto en la Carta a los Hebreos, no es un sacerdocio que sacrifique aves y animales al Señor. Su sacerdocio proviene de su servicio amoroso, que no duda en dar la vida por sus hermanos. Es la mediación entre Dios y los hombres, porque es Dios y es hombre, que sólo es posible desde el amor de Dios. Por eso es eterno su sacerdocio.

V. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

            Aleluya                                                                      Mt 23, 9.10

Alleluya. alleluya.
«Uno solo es vuestro Padre,
El del cielo; uno solo es vuestro Maestro, Cristo».
Alleluya.


                                                           Evangelio

                              «El primero entre vosotros será vuestro servidor»

            Cuando los discípulos discuten quién es el mayor, Jesús enseña que el sistema de organización y preeminencia que existe en la sociedad solamente produce esclavos. Primero se pone a él como ejemplo: ha venido a servir, un servicio que le lleva hasta la misma muerte (cf. Mc 10,45). No duda en lavar los pies a los discípulos (cf. Jn 13,14-15). Esta sentencia se eleva a principio en todo el NT (cf. Flp 2,9): para ser cristiano hay que vaciarse de sí mismo y entregarse a los demás. Así no se esclaviza, sino se produce vida. Por eso los responsables de las comunidades deben seguir esta forma de gobierno: tratar a los demás como hermanos y situarse en el último lugar para servirlos. Son las consecuencias de una fe que sólo tiene como absoluto a Dios, que hace a todos hijos.


            Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23,8-12

Para meditar

            «Es la misión de los Apóstoles como aquí se refiere: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura (Mc 16,15). Se llama “mundo” por estar siempre en movimiento, pues no les es dado descanso alguno a sus elementos. El mundo se divide en cuatro partes: oriental, occidental, meridional y septentrional. Como el mundo consta de cuatro elementos, los antiguos dijeron que el hombre, un mundo en miniatura, consta de cuatro humores, mezclados en un solo temperamento. El pobre hombre, desde el principio de la vida hasta el final, está siempre en movimiento, nunca descansa hasta que no llegue a su centro: Dios. Así lo dice San Agustín. “Señor, mi corazón está inquieto hasta que llegue a ti” (Confesiones, 1,1). Fijó su morada en la paz (Sal 76,3). El centro del hombre es Dios; nunca hay paz fuera de Él, y por eso a Él hay que volver. Las partes de la vida del hombre son: el oriente del nacimiento, el occidente de la muerte, el mediodía de la prosperidad, el septentrión o aquilón de la adversidad. Debemos ir a este mundo: Id al mundo entero para que veáis lo que fuisteis en vuestro nacimiento y lo que seréis en la muerte; lo que sois cuando os sonríe la prosperidad y cuando embiste la adversidad, si aquélla levanta, si ésta postra. De estas cuatro consideraciones vienen cuatro frutos: desprecio de sí mismo, menosprecio del mundo, constancia para no engreírse y paciencia para no hundirse» (San Antonio de Padua, Sermones Dominicales y Festivos. «La Ascensión del Señor» 2,5).


13.1 de marzo

Dulce Lopes Pontes (1914-1992)

La beata Dulce Rita Lopes Pontes nace el 26 de mayo de 1914 en Salvador (Bahía. Brasil), hija de Augusto y Dulce María. De muy joven frecuenta las favelas o colonias de pobres de la ciudad. El sótano de su casa lo convierte en un lugar de asistencia a los necesitados de alimentos, ropa y medicinas. En el año 1932 profesa en la OFS. Y en 1933 ingresa en el Instituto de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios y emite los votos en agosto de 1934. Pone toda su atención en el seguimiento de Jesús por medio de pequeños actos de servicio a los marginados. Trabaja en hospital Español de Bahía de enfermera, sacristana y portera, imparte clases en el colegio de Santa Bernadete y colabora con obreros de Itapagipe. Funda las Hijas de María Siervas de los Pobres, además crea colegios para los niños, albergues para los pobres sin techo, el sindicato de los obreros de San Francisco en Bahía y una red de hospitales donde recoge a los enfermos. En el Hospital de San Antonio llega a asistir a 3.000 enfermos al día. Es candidata al Premio Nobel de la Paz en 1988. Tiene una especial devoción al Corazón de Jesús y a María Inmaculada. Fallece en Bahía el 13 de marzo de 1992. Es beatificada el 22 de mayo de 2011 durante el pontificado de Benedicto XVI.

                                               Común de Vírgenes

Oración. Señor, tú que te complaces en habitar en los limpios de corazón, concédenos, por intercesión de la beata Dulce Lopes, virgen, vivir, por tu gracia, de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lecturas
«En nombre de Jesucristo echa a andar»
            Los seguidores de Jesús, después de la experiencia de la Resurrección y la recepción del Espíritu en Pentecostés (cf. Hech 2,1-4), comienzan su misión de continuar en la historia la salvación que Dios inicia con Jesús. Los discípulos son meros mediadores de la salvación (cf. Hech 4,9.12). Ellos actúan en «nombre de Jesús», el Salvador (cf. Hech 5,31; 13,23), al que los nuevos cristianos se unen por el bautismo (cf. Hech 2,38; Rom 6,1-11). La salvación abarca toda la realidad creada (cf. Rom 8,19). Recuperar la salud es, pues, un signo de que la salvación incide decididamente en la vida humana.

            Lectura de los Hechos de los Apóstoles         3,1-10

            Salmo responsorial   143,1-2.9-10

            La vida humana nos somete a muchos peligros: peligros de la guerra, de la enfermedad, en definitiva, de la muerte con la que desparece la vida de la historia. El Señor, entonces, se presenta como un alcázar, como un escudo, como un médico: la roca sobre la que se asienta la vida. Él es el salvador, que vence al enemigo, a la enfermedad, a la muerte. Por eso se le alaba y se le alaba cantando.

            V. Bendito el Señor, mi roca.
            R. Bendito el Señor, mi roca.

Aleluya                                                                        Mt 9,12

            Aleluya. Aleluya.
            «No necesitan médico los que están sanos, sino los enfermos»
            Aleluya



            Evangelio

                        «Los que lo tocaban se ponían sanos»

            Marcos comienza su Evangelio con la proclamación de la filiación divina de Jesús y el anuncio del Reino (cf. Mc 1,1.15). La presencia salvadora de Dios en la historia la realiza por medio de signos, y uno de ellos es la curación de los enfermos. Por la curación, Jesús comunica que Dios actúa salvando, que no condenando. Ante ello, los creyentes buscan y se acercan a Jesús con sus enfermedades y miserias y encuentran al Hijo de Dios, que no sólo sana, sino también perdona y ofrece las condiciones fundamentales para conducirse con una existencia digna. 


            Lectura del santo Evangelio según San Marcos 6,53-56

           
                                                           Para meditar

            «Si alguno de los hermanos cayere en enfermedad, dondequiera estuviere, los otros hermanos no lo abandonen, sino que se asigne a uno de los hermanos o más, si fuere necesario, que le sirvan, como querrían ellos ser servidos (Mt 7,12); pero en una necesidad extrema, pueden dejarlo a alguna persona que deba satisfacer por su enfermedad.
            Y ruego al hermano enfermo que dé gracias de todo al Creador; y que desee estar tal cual le quiere el Señor, ya sano ya enfermo, porque a todos los que Dios predestinó a la vida eterna (Hech 13,48) los instruye con los aguijones de los azotes y enfermedades y con el espíritu de compunción, como dice el Señor: Yo a los que amo corrijo y castigo (Ap 3,19).
Y si alguno se turba o irrita, ya contra Dios ya contra los hermanos, o si por casualidad exigiere con inquietud medicinas, anhelando en demasía liberar la carne que en seguida morirá, que es enemiga del alma, del malo le viene esto y es carnal, y no parece ser de los hermanos, porque ama más al cuerpo que al alma» (San Francisco, RegNB, 10,1-4).