lunes, 3 de marzo de 2014

Familia Franciscana. Leccionario

LECCIONARIO FRANCISCANO

              Semana a semana iremos presentando las biografías de los Santo/as y Beato/as de la Familia Franciscana. Proponemos, a la vez, unas lecturas que relacionen sus valores con la Palabra revelada del Señor. Es así como se cumple la lógica de la Encarnación en los hijos más preclaros de la Familia Franciscana. «La Palabra se hace carne» en la vida de los franciscanos y franciscanas. Por último, ofrecemos unas meditaciones acordes con la biografía reseñada; meditaciones tomadas de los escritos de los pensadores y místicos franciscanos. Esta selección la he llevado a cabo el P. Pedro Riquelme Oliva.


2 de marzo

                              Inés de Praga  (1211-1282)


              Santa Inés, de la Orden de las Clarisas, nace en Praga (Chequia) en el año 1211; es hija de Premysl Otakar I, rey de Bohemia, y de la reina Constancia, hermana de Andrés I, rey de Hungría. Es educada por Santa Eduvigis en el monasterio cisterciense de Trzebnica y en el premonstratense de Doksany (Praga). En 1220 es prometida en matrimonio a Enrique VII, hijo del emperador Federico II. Vive en la corte del duque de Austria hasta el año 1225. Rescinde el pacto de matrimonio, regresa a Praga y se entrega a la oración y a los pobres. El papa Gregorio IX admite su propósito de virginidad. Funda en Praga entre 1232 y 1233 el hospital de San Francisco, el instituto de los Crucíferos y el monasterio de San Francisco para las «Hermanas Pobres» o «Damianitas», donde ingresa el día de Pentecostés de 1234. Profesa los votos de castidad, pobreza y obediencia. Es abadesa del monasterio de por vida y ayuda a Santa Clara en la defensa de la vida de pobreza y en la aprobación de la Regla. Santa Clara de Asís le escribe varias cartas para animarla a seguir en el camino de Cristo pobre y crucificado. Nace así una amistad espiritual que dura casi veinte años, aunque las dos mujeres no llegan a conocerse. Muere el 2 de marzo de 1282. El papa Pío IX aprueba su culto el 28 de noviembre de 1874, y Juan Pablo II la declara santa el 12 de noviembre de 1989.

                                                        Común de Vírgenes

Lecturas

              «Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás»

              En el tiempo de la espera de la manifestación gloriosa del Hijo de Dios, el Espíritu se derrama sobre los creyentes y los llena de amor, que es Él (cf. Rom 5,5; 8,15). El amor, entonces, es el que estructura la fraternidad, es fuente de todas las gracias, comunica la ciencia divina y se desarrolla por medio del servicio silencioso y humilde. El cristiano, pues, no se puede apropiar ni los valores personales ni los de sus hermanos; simplemente transmite a los demás los dones que nacen de la presencia del Espíritu, del Amor, en nuestra vida, como, a la vez, disfruta como un regalo los valores de sus hermanos en la fe.


              Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 4,7-11

             
Salmo responsorial                                                             Sal 95,10.11-12a.12b-13


              Israel anhela la presencia del Señor en la historia para que se imponga su verdad y su justicia, además de su preeminencia sobre todos los pueblos de la tierra. Es la esperanza de tantos pueblos, de tanta gente, que sólo confía en el Señor para vivir y vivir humanamente, por las injusticias que reciben de sus responsables sociales y políticos.

              V. Llega el Señor a regir la tierra.
              R. Llega el Señor a regir la tierra.

             

Aleluya                                                                                      1Jn 2,5

              Aleluya. Aleluya.
              «Quien guarda la palabra de Cristo, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud».
              Aleluya.


              Evangelio

                                           «Yo y el Padre somos uno»

              El texto manifiesta dos ideas fundamentales de la vida cristiana. La primera es la relación y conocimiento mutuo entre Jesús y su rebaño; entre la comunidad cristiana y su pastor; entre el cuerpo y la cabeza. Esta comunión de vida sólo es posible si se experimenta por el amor. La segunda es que dicha unión en el amor, o en un mismo estilo de vida la hace posible sólo Dios, y no se origina y la mantiene el esfuerzo humano exclusivamente. Puesto que Jesús está unido filialmente al Padre, formando una unidad de ser y de vida (cf. Jn 5,19; 8,16; 10,15; Rom 8,34-39), él sirve dicha vida divina en las relaciones que mantiene con los hombres en la tierra, haciéndolos hermanos suyos e hijos del Padre.


              Lectura del santo Evangelio según San Juan 10,27-30

OraciónSeñor, Dios nuestro, que inspiraste la renuncia a los falsos placeres de este mundo a Santa Inés de Praga y la condujiste por el camino de la cruz hacia la meta de la perfección; te suplicamos que, siguiendo su ejemplo, antepongamos los valores eternos a los caducos. Por nuestro Señor Jesucristo.

Para meditar

Carta Santa Clara a Santa Inés: «Cuando hubierais podido gozar más que nadie del fausto y de los honores y dignidades mundanas, estando en vuestra mano desposaros legítimamente con el ínclito emperador, con todo el esplendor de gloria que convenía a vuestra excelsa posición y a la suya, habéis rechazado todo eso y habéis preferido abrazar, con toda el alma y todo el ardor de vuestro corazón, la santísima pobreza y las privaciones del cuerpo, para entregaros a un esposo de más noble alcurnia, el Señor Jesucristo, encomendándole la guarda de vuestra virginidad íntegra e incontaminada.
              Por lo tanto, hermana carísima, o mejor, señora digna de toda veneración, ya que sois esposa, madre y hermana (cf. 2Cor 11,2; Mt 12,50) de mi Señor Jesucristo, y lleváis en alto la enseña resplandeciente de la virginidad inviolable y de la santísima pobreza: Cobrad ánimo en el santo servicio que habéis emprendido anhelando ardientemente seguir al Crucificado pobre, el cual soportó el tormento de la cruz (Heb 12,12), librándonos del poder del príncipe de las tinieblas (Col 1,13) que nos tenía encadenados a causa del pecado del primer padre, y nos reconcilió con Dios Padre» (Carta I de Santa Clara a Santa Inés de Praga, 3-7.12-14).

                                                                       3 de marzo 

Mártires de Etiopía ( 1716)

              Liberato Weiss nace el 4 de enero de 1675 en Konnesreuth (Baviera. Alemania); ingresa en la Provincia Franciscana de San Bernardino de Austria el 17 de octubre de 1693 y es ordenado sacerdote en 1698. Samuel Marzorati nace el 10 de septiembre de 1670 en Biumo Inferiore (Varese. Italia); entra al convento franciscano de los llamados "Reformados", de Lugano (Suiza), a los 22 años. Miguel Pío Fasoli, nace en Zerbo (Pavía. Italia) el 3 de mayo de 1676; pertenece a la Provincia de San Diego de la Región de Insubria (Milán. Italia); misionero apostólico por la Sagrada Congregación de «Propaganda Fide» el 21 de enero de 1704. La Congregación los envía a Etiopía en 1711. Llegan a Gondar, capital de Etiopía, en julio de 1712. El rey Justos (el Negus) los acoge con gusto y les ruega que no discutan con los coptos y no se declaren romanos. La Fraternidad lleva una vida de oración, trabajo y servicio a la gente pobre y desamparada, evitando la relevancia social de su evangelización. No obstante, el rey Justos, para evitar males mayores, envía a los franciscanos a la provincia de Tigré. Muerto el Rey, le sucede David, rey perteneciente a otra dinastía y muy favorable a los coptos. Los misioneros son enviados a Gondar para ser procesados. En el juicio son condenados a muerte por herejía contra la Iglesia Copta de Etiopía. Son trasladados a un lugar llamado Amba-Abo, donde son lapidados el 3 de marzo de 1716. El papa Juan Pablo II los beatifica el 20 de noviembre de 1988.

                                                          Común de Mártires

Lecturas

                                                         «Te basta mi gracia»

              Después de contar el rapto místico, Pablo narra las tribulaciones sufridas para anunciar el Evangelio. Los éxitos en las relaciones con Dios y en las relaciones con los hermanos los compensa con su debilidad personal, con sus fracasos y sus enfermedades, o con la persecución de sus hermanos. Es el «aguijón de la carne». Más allá de los éxitos y de los fracasos, Pablo introduce los motivos para vivir en Dios por medio de Jesús. Adentrándose en la vida de Jesús, en su pasión y muerte, experimenta que todo es gracia, que toda potencia amorosa que sirve y ofrece es un don divino, una gracia que él sólo debe transmitir. Lo propio es la debilidad.


              Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios  12,7-10

             

Salmo responsorial                                               Sal 33,8-9.10-11.12-13

              El creyente, como Pablo, concluye que Dios no falla, después de experimentar cuantiosos fracasos en la vida. Dios protege, defiende, cobija, preserva del mal a sus fieles. Éstos sólo deben dejarse guiar por Él apartándose de aquellos que viven confiados en sus bienes y en sus fuerzas exclusivamente.

              V. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
            R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

             
              Aleluya                                                                                    Lc 8,15

            Aleluya. Aleluya.
            «Dichosos los que con un corazón noble y generoso guardan la palabra de Dios, y dan fruto perseverando».
            Aleluya.


                                                                       Evangelio

                                           «No he venido a sembrar paz, sino espadas»

              La Palabra de Jesús que revela el inicio del Reinado de Dios en la historia y su presencia de salvación, se compara a la Palabra afilada, tajante de Dios, que separa el bien del mal y que motiva las reacciones del mundo aceptándola o rechazándola (cf. Is 49,2; Heb 4,12). Jesús concreta el discernimiento de su palabra y las reacciones a favor o en contra en el seno de la familia. Y para su seguimiento, hay que dar preferencia a la salvación, salvación que se debe anunciar con urgencia. Esto es prioritario a la creación de la familia que asegura la vida en la tierra. Es una cuestión de preferencias, que no de odios o amores antropológicos.


              Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10,34-39

              Oración. Concédenos, Señor, que nuestras oraciones nos sirvan de alegría y ayuda, para que al celebrar la fiesta anual de los mártires de Etiopía,  beatos Liberato, Samuel y Miguel Pío, imitemos su fidelidad a Cristo crucificado. Por nuestro Señor Jesucristo.

              Para meditar

«La segunda causa por que Cristo padeció fue por mostrarnos el grandísimo amor que nos tenía, en cuya comparación toda su Pasión fue poca, porque no es sino muestra y pequeña señal del inmenso amor que nos tuvo. Empero, porque ninguno puede mostrar más el amor en otra cosa que en morir por su amigo, quiso Cristo padecer tal muerte para que la obra fuese manifiesta señal de amor, aunque totalmente no lo pueda notificar por ser inmenso, lo cual quiso sentir San Agustín cuando dijo: “Si Cristo, hijo de María Virgen, tuviera tantos miembros como hay estrellas en el cielo, cada miembro tuviera proprio cuerpo, primero enclavara todos los miembros en la cruz que dejara por redimir una ánima, en cuanto a lo que él tocaba, porque no quiso que de su parte quedase algo.
              No solamente nos mostró Cristo, padeciendo, el gran amor que siempre nos tuvo, mas quísonos forzar a que lo amásemos robando justamente nuestro amor, porque la cosa que más mueve el amor y lo que con más eficacia los despierta es el mismo amor, porque, queramos o no queramos, dificultoso es dejar de amar a quien verdaderamente nos ama; y aún me parece casi imposible, viendo que somos amados, dejar de amar. Así que, por nos constreñir a su amor, padeció Cristo, cuya caridad nos hace fuerza [apremia], según dice el Apóstol (cf. 2Cor 5,14)» (Francisco de Osuna, Primer Abecedario Espiritual, I,4).


5 de marzo

Cristóbal Maccasoli de Milán (1400?-1485)

              El  beato Cristóbal Macassoli nace en Milán (Lombardía. Italia) a comienzos del siglo XV. Ingresa en la Orden hacia los 20 años. Se integra en el movimiento de reforma de San Bernardino de Siena, acentuando la conversión, la penitencia y la pobreza para redescubrir la vida de San Francisco. Después de la ordenación sacerdotal, recorre Italia predicando al pueblo la vuelta al Evangelio y la reforma de las costumbres. Funda el convento de Santa María de las Gracias en Vigevano con el  beato  Pacífico Ramati de Cerano, cuya iglesia fue construida por Galeazzo Sforza y consagrada en 1476. Pasa en esta comunidad el resto de su vida. No obstante su edad, recibe y atiende a muchos cristianos que le visitan para recabar sus consejos y ayuda en todos los órdenes de la vida. Muere el 5 de marzo de 1485. Es sepultado en la iglesia de Santa María de las Gracias, en la capilla de San Bernardino. En 1810 se trasladan sus reliquias a la catedral de Vigevano. En el cuadro del altar de Santa María de las Gracias, de 1653, se representa al  beato  y a San Bernardino a un lado de la Virgen. El papa León XIII aprueba su culto el 25 de julio de 1890.

                                          Común de Pastores o de Santos Varones

Lecturas

                                           «El Espíritu del Señor está sobre mí»
              El Señor unge a sus elegidos. Ungir significa consagrar a la persona que va a realizar una misión especial por parte de Dios. Y el consagrado por antonomasia es el Mesías (cf. Sal 2,2), que recibe el Espíritu para proclamar el año de gracia del Señor, por el que va a rescatar a los pobres, a los que sufren. La comunidad cristiana aplicó muy pronto este título mesiánico a Jesús (cf. Mc 8,29; Hech 2,36) y Lucas lo cita en la presentación que hace Jesús de sí mismo en la sinagoga de su pueblo, Nazaret (cf. Lc 4,18-19).

              Lectura del libro de Isaías                                  61,1-3

Salmo responsorial                                               Sal 12,4-5.6

              El hombre siempre tiene al Señor como la última instancia para su salvación; puede confiar en su amor para liberarle de todos sus enemigos; por eso la ley de Dios no es otra sino la del amor que le protege y defiende de todos sus enemigos.

              V. Yo confío, Señor, en tu misericordia.
              R. Yo confío, Señor, en tu misericordia.

              Aleluya                                                                                                   Jn 10,14
              Aleluya. Aleluya.
              «Yo soy el buen Pastor ―dice el Señor―,
que conozco a mis ovejas y las mías me conocen».
              Aleluya.

                                                                       Evangelio

                            «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»

              El Dios que ha revelado Jesús es un Dios universal; es el Dios no sólo de Israel, sino de todos los hombres. Su templo es la creación, porque reina en ella por ser su creador, su conservador, su salvador. Y los discípulos, enviados por Jesús, deben proseguir esta misión en todo el mundo y que él sólo anuncia a la casa de Israel. Los discípulos, después de la Resurrección y Ascensión, marchan por todo el mundo, dando testimonio de esta revelación de Jesús, que permanece en la historia por medio de su Espíritu, Espíritu que comunica a los discípulos la palabra adecuada y da el poder para hacer los signos necesarios para ratificar la veracidad del mensaje (cf. Mt 28,18-20; Hech 28,3-6).

Lectura del santo Evangelio según San Marcos      16,15-20

              Oración: Dios y Señor nuestro, que por tu amor hacia los hombres has querido que el  beato  Cristóbal de Milán predicara la conversión a tu Reino; concédenos, por su intercesión, crecer en la práctica de las virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo.

              Para meditar

«La quinta consideración es que el alma considere aquella infinita benignidad y misericordia de Dios, en cuanto que Él está siempre preparado con los brazos abiertos a recibir al alma que quiere volver a Él por medio de la confesión y penitencia, olvidando todas las injurias y ofensas que ha recibido de ella (cf. Ez 18,21-22). ¿Quién es, en efecto, el pecador tan nefando, que al ver tanta benignidad, la que Dios le ofrece al quererlo acoger en su misericordia, no quiera convertirse a Dios? Por eso, aprende, que no ha existido nunca un pecador tan colmado de todo tipo de iniquidad que Dios no lo acoja con misericordia, si se convierte de sus pecados y quiere volver a hacer penitencia.
              ¡Oh carísimo hermano, oh carísima hermana en la caridad de Cristo Jesús, considera, te ruego, un poco por tu inteligencia, cuánta es la benignidad del Señor para quererte recibir con misericordia, y, si estás preparado, para querer convertirte a Él! Y para que puedas entender mejor todo esto, considera los innumerables beneficios que de Él has recibido; pues dejando a un lado el beneficio de la creación y los otros incontables beneficios recibidos y que cada día recibes, solamente el excesivo beneficio de la Redención humana debería inflamar el corazón de cada uno en amor hacia su Redentor y extirpar del todo cualquier amor o deseo del alma y el apego a lo terreno» (San Bernardino de Siena, Renovamini, 5).


5.1 de marzo

                                 Juan José de la Cruz (1654-1734)

              San Juan José de la Cruz nace el 15 de agosto de 1654 en Isquia (Nápoles. Italia); es hijo de José Calosinto y Laura Garguilo. Por la predicación y el testimonio de Juan de San Bernardo, franciscano descalzo de la reforma de San Pedro de Alcántara, ingresa en el convento de Santa Lucía del Monte (Nápoles). En 1674 participa con otros religiosos en la fundación de la fraternidad alcantarina en Piedimonte de Afila, junto a los montes Apeninos. El 18 de setiembre de 1677 es ordenado sacerdote a los 23 años, y a los 27 es nombrado Maestro de Novicios y poco más tarde Guardián. En el año 1690 es elegido Definidor de la Orden y de nuevo dirige a los Novicios por cuatro años  en Nápoles y en Piedimonte. En 1702 asume la Reforma Alcantarina en Italia siendo elegido Ministro Provincial. Organiza las comunidades, los centros de formación y los estudios. El arzobispo de Nápoles, Card. Francisco Pignatelli, le encarga la dirección de setenta monasterios y retiros napolitanos, y el Card. Innico Caracciolo le da la misma misión para su diócesis de Aversa. Después de una vida contemplativa y de extrema austeridad siguiendo el ejemplo de San Pedro de Alcántara, muere el 5 de marzo de 1734 en Nápoles, en el convento de Santa Lucía del Monte, y es sepultado en su iglesia. El 4 de octubre de 1779, en la iglesia franciscana de Santa María de Aracoeli en Roma, Pío VI proclama la heroicidad de sus virtudes y lo declara  beato  en la Basílica de San Pedro del Vaticano el 24 de mayo de 1789. El papa Gregorio XVI lo canoniza el 26 de mayo de 1839.

                                           Común de Pastores o Santos Varones

                                                                       Lecturas

                            «¡Alégrate y goza, hija de Sión!, que yo vengo a habitar dentro de ti ¡»

              El Señor olvida su cólera sobre Jerusalén y vuelve de nuevo sus ojos de benevolencia sobre su ciudad (cf. Za 1,16). Con el reinado de Darío el pueblo espera disfrutar su libertad Jerusalén y alabar a su Dios en su templo. Jerusalén puede regocijarse, porque el Señor viene de nuevo a vivir en ella, a darle una vida nueva, a reconstruirla desde sus cimientos, y con Israel también llama el Señor a todos los pueblos de la tierra. La nueva posibilidad de vida que procede del Señor acarreará reformas de las costumbres y una conversión sincera a la voluntad divina.


Lectura del profeta Zacarías                 2,1-5.10-11

           
Salmo responsorial                                Jer 31,10-13

              El creyente responde con alegría y júbilo la promesa del Señor de que librará a Israel de sus enemigos. Porque el Señor es más poderoso que todos los males de la tierra. Israel necesita confiar de nuevo en Él para verse liberado de aquello que le impide alabar al Señor y gozar de su presencia.


              V. El Señor nos guardará, como pastor a su rebaño.
            R. El Señor nos guardará, como pastor a su rebaño.

             
Aleluya                                                                                    Hech 16,14

            Aleluya. Aleluya.
            «Ábrenos el corazón, Señor, para que aceptemos las palabras de tu Hijo».
            Aleluya.


                                                                       Evangelio

                                           «Nadie echa vino nuevo en odres viejos»

              La propuesta que hace Jesús con la revelación del Reino no encaja en la religiosidad de Israel. Es un mundo nuevo que revela a un Dios amoroso y misericordioso muy distinto al que presenta la Ley; es un mundo nuevo en el que se da la relación personal con Dios, porque es una persona viva y cercana, muy distinto al de la Ley: lejano, trascendente y silencioso. Por eso no conectan el mundo de Jesús y el mundo de la Ley. Para ello hay que cambiar de mentalidad, de corazón, de costumbres y dejar instruirse directamente por Aquel que es el origen y dueño de todo cuanto existe (cf. Jer 31,31-33).


              Lectura del santo Evangelio según San Marcos      2,18-22

Oración. Señor y Dios nuestro, que hiciste resplandecer a San Juan José de la Cruz por su vida de austeridad y de contemplación, concédenos, por sus méritos, que caminando con una vida penitente alcancemos más fácilmente los bienes del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

Para meditar

«El domingo. Este día pensarás en los beneficios divinos, para dar gracias al Señor por ellos y encenderte más en el amor de quien tanto bien te hizo. Y aunque estos beneficios sean innumerables, mas puedes tú, a lo menos, considerar estos cinco principales: conviene saber, de la creación, gobernación, redención, vocación, con otros beneficios particulares y ocultos.
              [...] Cuanto al beneficio de la redención puedes considerar dos cosas: la primera, cuántos y cuán grandes hayan sido los bienes que nos dio, mediante el beneficio de la redención; y la segunda cuántos y cuán grandes hayan sido los males que padeció en su cuerpo y alma santísima para ganarnos esos bienes. Y para sentir más lo que debes a este Señor, por lo que por ti padeció, puedes considerar estas cuatro principales circunstancias en el misterio de su sagrada pasión, conviene saber: quién padece, qué es lo que padece, por quién padece y por qué causa lo padece.
              ¿Quién padece? Dios. ¿Qué padece? Los mayores tormentos y deshonras que jamás se padecieron. ¿Por quién padece? Por criaturas infernales y abominables y semejantes a los mismos demonios en sus obras. ¿Por qué causa padece? No por su provecho, ni por nuestro merecimiento, sino por las entrañas de su infinita caridad y misericordia» (San Pedro de Alcántara, Tratado de la Oración y Meditación, 2).





Familia Franciscana. Misal Marzo

LECCIONARIO FRANCISCANO

                                           

              Semana a semana iremos presentando las biografías de los Santo/as y Beato/as de la Familia Franciscana. Proponemos, a la vez, unas lecturas que relacionen sus valores con la Palabra revelada del Señor. Es así como se cumple la lógica de la Encarnación en los hijos más preclaros de la Familia Franciscana. «La Palabra se hace carne» en la vida de los franciscanos y franciscanas. Por último, ofrecemos unas meditaciones acordes con la biografía reseñada; meditaciones tomadas de los escritos de los pensadores y místicos franciscanos. Esta selección la he llevado a cabo el P. Pedro Riquelme Oliva.


      

                                               3 de marzo

                                   Inés de Praga  (1211-1282)



              Santa Inés, de la Orden de las Clarisas, nace en Praga (Chequia) en el año 1211; es hija de Premysl Otakar I, rey de Bohemia, y de la reina Constancia, hermana de Andrés I, rey de Hungría. Es educada por Santa Eduvigis en el monasterio cisterciense de Trzebnica y en el premonstratense de Doksany (Praga). En 1220 es prometida en matrimonio a Enrique VII, hijo del emperador Federico II. Vive en la corte del duque de Austria hasta el año 1225. Rescinde el pacto de matrimonio, regresa a Praga y se entrega a la oración y a los pobres. El papa Gregorio IX admite su propósito de virginidad. Funda en Praga entre 1232 y 1233 el hospital de San Francisco, el instituto de los Crucíferos y el monasterio de San Francisco para las «Hermanas Pobres» o «Damianitas», donde ingresa el día de Pentecostés de 1234. Profesa los votos de castidad, pobreza y obediencia. Es abadesa del monasterio de por vida y ayuda a Santa Clara en la defensa de la vida de pobreza y en la aprobación de la Regla. Santa Clara de Asís le escribe varias cartas para animarla a seguir en el camino de Cristo pobre y crucificado. Nace así una amistad espiritual que dura casi veinte años, aunque las dos mujeres no llegan a conocerse. Muere el 2 de marzo de 1282. El papa Pío IX aprueba su culto el 28 de noviembre de 1874, y Juan Pablo II la declara santa el 12 de noviembre de 1989.

                                                        Común de Vírgenes

Lecturas

              «Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás»

              En el tiempo de la espera de la manifestación gloriosa del Hijo de Dios, el Espíritu se derrama sobre los creyentes y los llena de amor, que es Él (cf. Rom 5,5; 8,15). El amor, entonces, es el que estructura la fraternidad, es fuente de todas las gracias, comunica la ciencia divina y se desarrolla por medio del servicio silencioso y humilde. El cristiano, pues, no se puede apropiar ni los valores personales ni los de sus hermanos; simplemente transmite a los demás los dones que nacen de la presencia del Espíritu, del Amor, en nuestra vida, como, a la vez, disfruta como un regalo los valores de sus hermanos en la fe.


              Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 4,7-11

             
Salmo responsorial                                                             Sal 95,10.11-12a.12b-13


              Israel anhela la presencia del Señor en la historia para que se imponga su verdad y su justicia, además de su preeminencia sobre todos los pueblos de la tierra. Es la esperanza de tantos pueblos, de tanta gente, que sólo confía en el Señor para vivir y vivir humanamente, por las injusticias que reciben de sus responsables sociales y políticos.

              V. Llega el Señor a regir la tierra.
              R. Llega el Señor a regir la tierra.

          Aleluya                                                                                      1Jn 2,5

              Aleluya. Aleluya.
              «Quien guarda la palabra de Cristo, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud».
              Aleluya.


              Evangelio

                                           «Yo y el Padre somos uno»

              El texto manifiesta dos ideas fundamentales de la vida cristiana. La primera es la relación y conocimiento mutuo entre Jesús y su rebaño; entre la comunidad cristiana y su pastor; entre el cuerpo y la cabeza. Esta comunión de vida sólo es posible si se experimenta por el amor. La segunda es que dicha unión en el amor, o en un mismo estilo de vida la hace posible sólo Dios, y no se origina y la mantiene el esfuerzo humano exclusivamente. Puesto que Jesús está unido filialmente al Padre, formando una unidad de ser y de vida (cf. Jn 5,19; 8,16; 10,15; Rom 8,34-39), él sirve dicha vida divina en las relaciones que mantiene con los hombres en la tierra, haciéndolos hermanos suyos e hijos del Padre.


              Lectura del santo Evangelio según San Juan 10,27-30

OraciónSeñor, Dios nuestro, que inspiraste la renuncia a los falsos placeres de este mundo a Santa Inés de Praga y la condujiste por el camino de la cruz hacia la meta de la perfección; te suplicamos que, siguiendo su ejemplo, antepongamos los valores eternos a los caducos. Por nuestro Señor Jesucristo.

Para meditar

Carta Santa Clara a Santa Inés: «Cuando hubierais podido gozar más que nadie del fausto y de los honores y dignidades mundanas, estando en vuestra mano desposaros legítimamente con el ínclito emperador, con todo el esplendor de gloria que convenía a vuestra excelsa posición y a la suya, habéis rechazado todo eso y habéis preferido abrazar, con toda el alma y todo el ardor de vuestro corazón, la santísima pobreza y las privaciones del cuerpo, para entregaros a un esposo de más noble alcurnia, el Señor Jesucristo, encomendándole la guarda de vuestra virginidad íntegra e incontaminada.
              Por lo tanto, hermana carísima, o mejor, señora digna de toda veneración, ya que sois esposa, madre y hermana (cf. 2Cor 11,2; Mt 12,50) de mi Señor Jesucristo, y lleváis en alto la enseña resplandeciente de la virginidad inviolable y de la santísima pobreza: Cobrad ánimo en el santo servicio que habéis emprendido anhelando ardientemente seguir al Crucificado pobre, el cual soportó el tormento de la cruz (Heb 12,12), librándonos del poder del príncipe de las tinieblas (Col 1,13) que nos tenía encadenados a causa del pecado del primer padre, y nos reconcilió con Dios Padre» (Carta I de Santa Clara a Santa Inés de Praga, 3-7.12-14).

                                                                       3 de marzo 

Mártires de Etiopía ( 1716)


              Liberato Weiss nace el 4 de enero de 1675 en Konnesreuth (Baviera. Alemania); ingresa en la Provincia Franciscana de San Bernardino de Austria el 17 de octubre de 1693 y es ordenado sacerdote en 1698. Samuel Marzorati nace el 10 de septiembre de 1670 en Biumo Inferiore (Varese. Italia); entra al convento franciscano de los llamados "Reformados", de Lugano (Suiza), a los 22 años. Miguel Pío Fasoli, nace en Zerbo (Pavía. Italia) el 3 de mayo de 1676; pertenece a la Provincia de San Diego de la Región de Insubria (Milán. Italia); misionero apostólico por la Sagrada Congregación de «Propaganda Fide» el 21 de enero de 1704. La Congregación los envía a Etiopía en 1711. Llegan a Gondar, capital de Etiopía, en julio de 1712. El rey Justos (el Negus) los acoge con gusto y les ruega que no discutan con los coptos y no se declaren romanos. La Fraternidad lleva una vida de oración, trabajo y servicio a la gente pobre y desamparada, evitando la relevancia social de su evangelización. No obstante, el rey Justos, para evitar males mayores, envía a los franciscanos a la provincia de Tigré. Muerto el Rey, le sucede David, rey perteneciente a otra dinastía y muy favorable a los coptos. Los misioneros son enviados a Gondar para ser procesados. En el juicio son condenados a muerte por herejía contra la Iglesia Copta de Etiopía. Son trasladados a un lugar llamado Amba-Abo, donde son lapidados el 3 de marzo de 1716. El papa Juan Pablo II los beatifica el 20 de noviembre de 1988.

                                                          Común de Mártires

Lecturas

                                                         «Te basta mi gracia»

              Después de contar el rapto místico, Pablo narra las tribulaciones sufridas para anunciar el Evangelio. Los éxitos en las relaciones con Dios y en las relaciones con los hermanos los compensa con su debilidad personal, con sus fracasos y sus enfermedades, o con la persecución de sus hermanos. Es el «aguijón de la carne». Más allá de los éxitos y de los fracasos, Pablo introduce los motivos para vivir en Dios por medio de Jesús. Adentrándose en la vida de Jesús, en su pasión y muerte, experimenta que todo es gracia, que toda potencia amorosa que sirve y ofrece es un don divino, una gracia que él sólo debe transmitir. Lo propio es la debilidad.


              Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios  12,7-10

             

Salmo responsorial                                               Sal 33,8-9.10-11.12-13

              El creyente, como Pablo, concluye que Dios no falla, después de experimentar cuantiosos fracasos en la vida. Dios protege, defiende, cobija, preserva del mal a sus fieles. Éstos sólo deben dejarse guiar por Él apartándose de aquellos que viven confiados en sus bienes y en sus fuerzas exclusivamente.

              V. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
            R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

             
              Aleluya                                                                                    Lc 8,15

            Aleluya. Aleluya.
            «Dichosos los que con un corazón noble y generoso guardan la palabra de Dios, y dan fruto perseverando».
            Aleluya.


                                                                       Evangelio

                                           «No he venido a sembrar paz, sino espadas»

              La Palabra de Jesús que revela el inicio del Reinado de Dios en la historia y su presencia de salvación, se compara a la Palabra afilada, tajante de Dios, que separa el bien del mal y que motiva las reacciones del mundo aceptándola o rechazándola (cf. Is 49,2; Heb 4,12). Jesús concreta el discernimiento de su palabra y las reacciones a favor o en contra en el seno de la familia. Y para su seguimiento, hay que dar preferencia a la salvación, salvación que se debe anunciar con urgencia. Esto es prioritario a la creación de la familia que asegura la vida en la tierra. Es una cuestión de preferencias, que no de odios o amores antropológicos.


              Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10,34-39

              Oración. Concédenos, Señor, que nuestras oraciones nos sirvan de alegría y ayuda, para que al celebrar la fiesta anual de los mártires de Etiopía,  beatos Liberato, Samuel y Miguel Pío, imitemos su fidelidad a Cristo crucificado. Por nuestro Señor Jesucristo.

              Para meditar

«La segunda causa por que Cristo padeció fue por mostrarnos el grandísimo amor que nos tenía, en cuya comparación toda su Pasión fue poca, porque no es sino muestra y pequeña señal del inmenso amor que nos tuvo. Empero, porque ninguno puede mostrar más el amor en otra cosa que en morir por su amigo, quiso Cristo padecer tal muerte para que la obra fuese manifiesta señal de amor, aunque totalmente no lo pueda notificar por ser inmenso, lo cual quiso sentir San Agustín cuando dijo: “Si Cristo, hijo de María Virgen, tuviera tantos miembros como hay estrellas en el cielo, cada miembro tuviera proprio cuerpo, primero enclavara todos los miembros en la cruz que dejara por redimir una ánima, en cuanto a lo que él tocaba, porque no quiso que de su parte quedase algo.
              No solamente nos mostró Cristo, padeciendo, el gran amor que siempre nos tuvo, mas quísonos forzar a que lo amásemos robando justamente nuestro amor, porque la cosa que más mueve el amor y lo que con más eficacia los despierta es el mismo amor, porque, queramos o no queramos, dificultoso es dejar de amar a quien verdaderamente nos ama; y aún me parece casi imposible, viendo que somos amados, dejar de amar. Así que, por nos constreñir a su amor, padeció Cristo, cuya caridad nos hace fuerza [apremia], según dice el Apóstol (cf. 2Cor 5,14)» (Francisco de Osuna, Primer Abecedario Espiritual, I,4).


5 de marzo

Cristóbal Maccasoli de Milán (1400?-1485)

              El  beato Cristóbal Macassoli nace en Milán (Lombardía. Italia) a comienzos del siglo XV. Ingresa en la Orden hacia los 20 años. Se integra en el movimiento de reforma de San Bernardino de Siena, acentuando la conversión, la penitencia y la pobreza para redescubrir la vida de San Francisco. Después de la ordenación sacerdotal, recorre Italia predicando al pueblo la vuelta al Evangelio y la reforma de las costumbres. Funda el convento de Santa María de las Gracias en Vigevano con el  beato  Pacífico Ramati de Cerano, cuya iglesia fue construida por Galeazzo Sforza y consagrada en 1476. Pasa en esta comunidad el resto de su vida. No obstante su edad, recibe y atiende a muchos cristianos que le visitan para recabar sus consejos y ayuda en todos los órdenes de la vida. Muere el 5 de marzo de 1485. Es sepultado en la iglesia de Santa María de las Gracias, en la capilla de San Bernardino. En 1810 se trasladan sus reliquias a la catedral de Vigevano. En el cuadro del altar de Santa María de las Gracias, de 1653, se representa al  beato  y a San Bernardino a un lado de la Virgen. El papa León XIII aprueba su culto el 25 de julio de 1890.

                                          Común de Pastores o de Santos Varones

Lecturas

                                          «El Espíritu del Señor está sobre mí»
              El Señor unge a sus elegidos. Ungir significa consagrar a la persona que va a realizar una misión especial por parte de Dios. Y el consagrado por antonomasia es el Mesías (cf. Sal 2,2), que recibe el Espíritu para proclamar el año de gracia del Señor, por el que va a rescatar a los pobres, a los que sufren. La comunidad cristiana aplicó muy pronto este título mesiánico a Jesús (cf. Mc 8,29; Hech 2,36) y Lucas lo cita en la presentación que hace Jesús de sí mismo en la sinagoga de su pueblo, Nazaret (cf. Lc 4,18-19).

              Lectura del libro de Isaías                                  61,1-3

Salmo responsorial                                               Sal 12,4-5.6

              El hombre siempre tiene al Señor como la última instancia para su salvación; puede confiar en su amor para liberarle de todos sus enemigos; por eso la ley de Dios no es otra sino la del amor que le protege y defiende de todos sus enemigos.
              V. Yo confío, Señor, en tu misericordia.
              R. Yo confío, Señor, en tu misericordia.

              Aleluya                                                                                                  Jn 10,14
              Aleluya. Aleluya.
              «Yo soy el buen Pastor ―dice el Señor―,
que conozco a mis ovejas y las mías me conocen».
              Aleluya.

                                                                       Evangelio

                            «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»
              El Dios que ha revelado Jesús es un Dios universal; es el Dios no sólo de Israel, sino de todos los hombres. Su templo es la creación, porque reina en ella por ser su creador, su conservador, su salvador. Y los discípulos, enviados por Jesús, deben proseguir esta misión en todo el mundo y que él sólo anuncia a la casa de Israel. Los discípulos, después de la Resurrección y Ascensión, marchan por todo el mundo, dando testimonio de esta revelación de Jesús, que permanece en la historia por medio de su Espíritu, Espíritu que comunica a los discípulos la palabra adecuada y da el poder para hacer los signos necesarios para ratificar la veracidad del mensaje (cf. Mt 28,18-20; Hech 28,3-6).

Lectura del santo Evangelio según San Marcos      16,15-20

              Oración: Dios y Señor nuestro, que por tu amor hacia los hombres has querido que el  beato  Cristóbal de Milán predicara la conversión a tu Reino; concédenos, por su intercesión, crecer en la práctica de las virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo.

              Para meditar

«La quinta consideración es que el alma considere aquella infinita benignidad y misericordia de Dios, en cuanto que Él está siempre preparado con los brazos abiertos a recibir al alma que quiere volver a Él por medio de la confesión y penitencia, olvidando todas las injurias y ofensas que ha recibido de ella (cf. Ez 18,21-22). ¿Quién es, en efecto, el pecador tan nefando, que al ver tanta benignidad, la que Dios le ofrece al quererlo acoger en su misericordia, no quiera convertirse a Dios? Por eso, aprende, que no ha existido nunca un pecador tan colmado de todo tipo de iniquidad que Dios no lo acoja con misericordia, si se convierte de sus pecados y quiere volver a hacer penitencia.
              ¡Oh carísimo hermano, oh carísima hermana en la caridad de Cristo Jesús, considera, te ruego, un poco por tu inteligencia, cuánta es la benignidad del Señor para quererte recibir con misericordia, y, si estás preparado, para querer convertirte a Él! Y para que puedas entender mejor todo esto, considera los innumerables beneficios que de Él has recibido; pues dejando a un lado el beneficio de la creación y los otros incontables beneficios recibidos y que cada día recibes, solamente el excesivo beneficio de la Redención humana debería inflamar el corazón de cada uno en amor hacia su Redentor y extirpar del todo cualquier amor o deseo del alma y el apego a lo terreno» (San Bernardino de Siena, Renovamini, 5).


5.1 de marzo

                                 Juan José de la Cruz (1654-1734)


              San Juan José de la Cruz nace el 15 de agosto de 1654 en Isquia (Nápoles. Italia); es hijo de José Calosinto y Laura Garguilo. Por la predicación y el testimonio de Juan de San Bernardo, franciscano descalzo de la reforma de San Pedro de Alcántara, ingresa en el convento de Santa Lucía del Monte (Nápoles). En 1674 participa con otros religiosos en la fundación de la fraternidad alcantarina en Piedimonte de Afila, junto a los montes Apeninos. El 18 de setiembre de 1677 es ordenado sacerdote a los 23 años, y a los 27 es nombrado Maestro de Novicios y poco más tarde Guardián. En el año 1690 es elegido Definidor de la Orden y de nuevo dirige a los Novicios por cuatro años  en Nápoles y en Piedimonte. En 1702 asume la Reforma Alcantarina en Italia siendo elegido Ministro Provincial. Organiza las comunidades, los centros de formación y los estudios. El arzobispo de Nápoles, Card. Francisco Pignatelli, le encarga la dirección de setenta monasterios y retiros napolitanos, y el Card. Innico Caracciolo le da la misma misión para su diócesis de Aversa. Después de una vida contemplativa y de extrema austeridad siguiendo el ejemplo de San Pedro de Alcántara, muere el 5 de marzo de 1734 en Nápoles, en el convento de Santa Lucía del Monte, y es sepultado en su iglesia. El 4 de octubre de 1779, en la iglesia franciscana de Santa María de Aracoeli en Roma, Pío VI proclama la heroicidad de sus virtudes y lo declara  beato  en la Basílica de San Pedro del Vaticano el 24 de mayo de 1789. El papa Gregorio XVI lo canoniza el 26 de mayo de 1839.

                                           Común de Pastores o Santos Varones

                                                                       Lecturas

                            «¡Alégrate y goza, hija de Sión!, que yo vengo a habitar dentro de ti ¡»

              El Señor olvida su cólera sobre Jerusalén y vuelve de nuevo sus ojos de benevolencia sobre su ciudad (cf. Za 1,16). Con el reinado de Darío el pueblo espera disfrutar su libertad Jerusalén y alabar a su Dios en su templo. Jerusalén puede regocijarse, porque el Señor viene de nuevo a vivir en ella, a darle una vida nueva, a reconstruirla desde sus cimientos, y con Israel también llama el Señor a todos los pueblos de la tierra. La nueva posibilidad de vida que procede del Señor acarreará reformas de las costumbres y una conversión sincera a la voluntad divina.


Lectura del profeta Zacarías                 2,1-5.10-11

           
Salmo responsorial                                Jer 31,10-13

              El creyente responde con alegría y júbilo la promesa del Señor de que librará a Israel de sus enemigos. Porque el Señor es más poderoso que todos los males de la tierra. Israel necesita confiar de nuevo en Él para verse liberado de aquello que le impide alabar al Señor y gozar de su presencia.


              V. El Señor nos guardará, como pastor a su rebaño.
            R. El Señor nos guardará, como pastor a su rebaño.

             
Aleluya                                                                                    Hech 16,14

            Aleluya. Aleluya.
            «Ábrenos el corazón, Señor, para que aceptemos las palabras de tu Hijo».
            Aleluya.
  
                                                                       Evangelio

                                           «Nadie echa vino nuevo en odres viejos»

              La propuesta que hace Jesús con la revelación del Reino no encaja en la religiosidad de Israel. Es un mundo nuevo que revela a un Dios amoroso y misericordioso muy distinto al que presenta la Ley; es un mundo nuevo en el que se da la relación personal con Dios, porque es una persona viva y cercana, muy distinto al de la Ley: lejano, trascendente y silencioso. Por eso no conectan el mundo de Jesús y el mundo de la Ley. Para ello hay que cambiar de mentalidad, de corazón, de costumbres y dejar instruirse directamente por Aquel que es el origen y dueño de todo cuanto existe (cf. Jer 31,31-33).


              Lectura del santo Evangelio según San Marcos      2,18-22

Oración. Señor y Dios nuestro, que hiciste resplandecer a San Juan José de la Cruz por su vida de austeridad y de contemplación, concédenos, por sus méritos, que caminando con una vida penitente alcancemos más fácilmente los bienes del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

Para meditar

«El domingo. Este día pensarás en los beneficios divinos, para dar gracias al Señor por ellos y encenderte más en el amor de quien tanto bien te hizo. Y aunque estos beneficios sean innumerables, mas puedes tú, a lo menos, considerar estos cinco principales: conviene saber, de la creación, gobernación, redención, vocación, con otros beneficios particulares y ocultos.
              [...] Cuanto al beneficio de la redención puedes considerar dos cosas: la primera, cuántos y cuán grandes hayan sido los bienes que nos dio, mediante el beneficio de la redención; y la segunda cuántos y cuán grandes hayan sido los males que padeció en su cuerpo y alma santísima para ganarnos esos bienes. Y para sentir más lo que debes a este Señor, por lo que por ti padeció, puedes considerar estas cuatro principales circunstancias en el misterio de su sagrada pasión, conviene saber: quién padece, qué es lo que padece, por quién padece y por qué causa lo padece.
              ¿Quién padece? Dios. ¿Qué padece? Los mayores tormentos y deshonras que jamás se padecieron. ¿Por quién padece? Por criaturas infernales y abominables y semejantes a los mismos demonios en sus obras. ¿Por qué causa padece? No por su provecho, ni por nuestro merecimiento, sino por las entrañas de su infinita caridad y misericordia» (San Pedro de Alcántara, Tratado de la Oración y Meditación, 2).