domingo, 4 de mayo de 2014

Santos y Beatos 5-11 de mayo

5 de mayo

                                                       
                           Bienvenido de Recanati  († 1289)

            El beato Bienvenido nace en Recanati (Macerata. Italia) en torno al año 1200. Ingresa en la Orden de joven y se le destina a la cocina del convento de su pueblo natal. Refleja la forma de santidad que se traza en los primeros años de la Orden: penitencia extrema, oración constante, devoción a Jesús crucificado y a la Virgen María. Es famoso por sus frecuentes éxtasis que le mantienen durante horas ante el Santísimo Sacramento. No obstante la vida contemplativa que lleva, se muestra con suma caridad en sus relaciones fraternas y la atención constante a los pobres que se acercan al convento para pedir limosna y comida. Muere santamente en Recanati el 5 de mayo del año 1289. El papa Pío VI aprueba su culto el 17 de setiembre de 1796.

                       Común de Santos Varones

           Oración. Señor, tú que otorgaste al beato Bienvenido la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a  nosotros, por su intercesión, la gracia de vivir fielmente nuestra vocación, para que así tendamos a la perfección que tú nos has propuesto en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.

Lecturas

                       «Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos»

           El cristiano sólo tiene como punto de mira a Jesús. Así se desliga de los dioses que construimos los hombres, bien como proyecciones de nuestros deseos y aspiraciones, bien como iconos de nuestros intereses más ocultos. Jesús nos inicia en la fe en el Señor, porque es el Logos que se hace hombre y ha puesto a nuestro alcance el verdadero rostro del Señor. Y él es el que consuma nuestra fe, pues nos conduce a la salvación definitiva en la gloria del Padre. Desde el comienzo y hasta el fin salvador, también Jesús es nuestro camino (cf. Jn 14,6), pues ha señalado con su vida la que nosotros debemos recorrer: vivir para servir a todos los hombres, mostrando el amor extremo que nos tiene como hermanos, pues ha subido a la cruz por todos. Pero su vida termina en las manos del Padre, en la Resurrección, como terminará la nuestra (cf. Filp 2,9-11).

Lectura de la carta a los Hebreos                                                     Carta a los Hebreos 12,1-4
  
Salmo responsorial                                                   Salmo responsorial                           Sal 21,26-27.28.30. 31-32

           No obstante los sufrimientos y luchas que mantenemos a lo largo de la vida, los cristianos vivimos de la esperanza de que el Señor triunfará al final de los días, al cual le deberán rendir la alabanza y acción de gracias debidas por su grandeza y magnanimidad.

           V. Te alabarán, Señor, los que te buscan.
           R. Te alabarán, Señor, los que te buscan.

           Aleluya                                                                      Jn 14,6

           Aleluya. Aleluya.
           «Yo soy el camino y la verdad y la vida —dice el Señor—; nadie va al Padre, sino por mí».
           Aleluya.


           Evangelio

           «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer»

La vida es amor según la doctrina y vida de Jesús. Y el sacramento del amor es el servicio. Jesús, obediente al Padre, sólo cumple su voluntad. Es su vocación como Hijo. También nosotros debemos comportarnos de la misma manera. Amar a Dios y amar al prójimo entraña la obediencia al Señor y poner la vida a disposición de los demás. Y este estilo de vida es el que indica nuestra identidad como cristianos. Y con esta perspectiva, debería ser lo más natural del mundo.


Lectura del santo Evangelio según San Lucas          17,7-10

Para meditar

«Todos los que aman al Señor con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente, con todas las fuerzas, y aman a sus prójimos como a sí mismos (cf. Mt 22,37.39; Mc 12,30), y odian a sus cuerpos con sus vicios y pecados, y reciben el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, y hacen frutos dignos de penitencia: ¡Oh cuán bienaventurados y benditos son ellos y ellas, mientras hacen tales cosas y en tales cosas perseveran!, porque descansará sobre ellos el espíritu del Señor (cf. Is 11,2) y hará en ellos habitación y morada (cf. Jn 14,23), y son hijos del Padre celestial (cf. Mt 5,45), cuyas obras hacen, y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo (cf. Mt 12,50). Somos esposos cuando, por el Espíritu Santo, el alma fiel se une a nuestro Señor Jesucristo. Somos para él hermanos cuando hacemos la voluntad del Padre que está en los cielos (Mt 12,50); madres, cuando lo llevamos en nuestro corazón y en nuestro cuerpo (cf. 1 Cor 6,20), por el amor divino y por una conciencia pura y sincera; y lo damos a luz por medio de obras santas, que deben iluminar a los otros como ejemplo (cf. Mt 5,16). ¡Oh cuán glorioso, santo y grande es tener un Padre en los cielos! ¡Oh cuán santo, consolador, bello y admirable, tener un tal esposo! ¡Oh cuán santo y cuán amado, placentero, humilde, pacífico, dulce, amable y sobre todas las cosas deseable, tener un tal hermano y un tal hijo: Nuestro Señor Jesucristo!, quien dio la vida por sus ovejas (cf. Jn 10,15)».  (1CtaM, 2-13)

                   6 de mayo



María, Medianera de la Gracia

Desde tiempo inmemorial se celebra la devoción a María como Medianera de la gracia de la salvación. Pero es Benedicto XV quien instituye oficialmente esta fiesta en la Iglesia en el año 1921. El Concilio Vaticano II precisa el sentido de la mediación de María: su «influjo salvador nace, no de alguna necesidad objetiva, sino del beneplácito divino y deriva de la superabundancia de los méritos de Cristo; se apoya en la mediación de él» (LG 60). La Sagrada Congregación para el Culto Divino aprueba la Misa con el título: La Virgen María, Madre y Medianera de la gracia.

Común de Santa María Virgen

Oración. Señor, Dios nuestro, que, por el misterioso designio de tu providencia, nos has dado a tu Hijo Jesucristo, único Mediador ante ti, por medio de la Virgen María, y la has asociado a la obra de la redención humana, concédenos que ella nos alcance de tu Hijo la abundancia de la gracia y nos lleve al puerto de la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                              Lecturas

           «¿Cómo podré ver la desgracia que se echa sobre mi pueblo?»

           La situación de Israel es extremadamente delicada por el decreto exterminador de Amán. Ester suplica al rey Asuero; viene a ser una oración de súplica al Señor para que salve al pueblo del exterminio. La actitud de fondo es la debilidad e impotencia del hombre para resolver las situaciones de maldad en la que se ve envuelto. Dios, pleno de amor y justo, siempre sale en defensa de sus hijos más débiles (cf. Sab 11,21-26; 1Cor 3,23). María, como Ester, por medio de su hijo Jesús, ruega al Señor para la salvación de sus hijos, hermanos de su Hijo, quien se los confió en su mismo lecho de muerte: la cruz (cf. Jn 19,26).

           Lectura del libro de Ester                       8,3-8.16-17
          
           Salmo responsorial                           Sal 66,2-3.4-5.6-7

           Para que el creyente pueda dirigirse al Señor, el Señor debe revelarse previamente. De esta forma se puede anunciar a todas las gentes el rostro y la voluntad salvadora de quien es el Creador y Providente.

           V. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
           R. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

                      
           Aleluya

           Aleluya. Aleluya
           Dichosa eres, santa Virgen María,
madre de la gracia y reina de misericordia;
e ti nació Cristo, nuestro Mediador y Salvador.
           Aleluya

           Evangelio

                       «La madre de Jesús le dijo: “No les queda vino”»

           María aparece en las bodas de Caná como intercesora de las necesidades humanas ante su hijo Jesús. Él resuelve la situación a la que había abocado la fiesta: un fracaso al acabarse la fuente de la alegría y el gozo en los encuentros festivos judíos. Jesús comienza a derramar los bienes mesiánicos al convertir el agua el vino; aunque la hora de la manifestación de esos bienes aún no ha llegado en plenitud; simplemente ha sido un signo de la plenitud que comenzará con la muerte y exaltación de Jesús y cuando el Señor se manifieste a sus hijos al final de los tiempos, o cuando venga en gloria y majestad.

           Lectura del santo evangelio según San Juan             2,1-11

Para meditar

María, Mediadora

Y esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia, desde el momento en que prestó fiel asentimiento en la Anunciación, y lo mantuvo sin vacilación al pie de la Cruz, hasta la consumación perfecta de todos los elegidos. Pues una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la eterna salvación. Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso, la Santísima Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, sin embargo, se entiende de manera que nada quite ni agregue a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador. Porque ninguna criatura puede compararse jamás con el Verbo Encarnado nuestro Redentor; pero así como el sacerdocio de Cristo es participado de varias maneras tanto por los ministros como por el pueblo fiel, y así como la única bondad de Dios se difunde realmente en formas distintas en las criaturas, así también la única mediación del Redentor no excluye, sino que suscita en sus criaturas una múltiple cooperación que participa de la fuente única. La Iglesia no duda en atribuir a María un tal oficio subordinado: lo experimenta continuamente y lo recomienda al corazón de los fieles para que, apoyados en esta protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador. (Lumen gentium, 62).


                   6.1 de mayo




Bartolomé Pucci de Montepulciano ( 1330)


             El beato Bartolomé nace en Montepulciano (Siena. Italia), hijo de Puccio di Francesco. Se desposa con Milla, hija del capitán Tomás de Pécora, de la que tiene cuatro hijos. Ingresa en la Orden en 1290 cuando cumple los 45 años. Distribuye todos sus bienes a su mujer e hijos y se entrega por completo a la vida de oración y penitencia. Después de estudiar filosofía y teología es ordenado sacerdote. Se da a los pobres en su ministerio, además de fomentar la devoción a la Virgen María y a la Eucaristía. Muere el 6 de mayo de 1330. El papa León XIII aprueba su culto el 24 de junio de 1880.

                                               Común de Santos Varones

           Oración. Señor Dios, tú nos has revelado que toda la ley se compendia en el amor a ti y al prójimo; concédenos que, imitando la caridad del beato Bartolomé, podamos ser un día contados entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                              Lecturas

«Él los ha constituido ministros para edificación del cuerpo de Cristo»

La unidad es una de las obsesiones de la fragmentada comunidad primitiva, porque se transfieren al movimiento cristiano las diversas compresiones del mesianismo judío y de su relación con Jesús. Por eso Pablo apela al Espíritu como principal artífice de la relación con Dios y con Jesús, y así constituirse en el vínculo de amor entre los cristianos (cf. Rom 5,5) y el impulsor de todas aquellas virtudes que deben florecer en los bautizados: humildad, amabilidad, comprensión, etc. Son actitudes que chocan de frente con aquellas que dividen y enfrentan a los hombres y que no están fuera también de los corazones creyentes. Por eso hay que llevar mucho cuidado en las relaciones mutuas.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios    4, 1-7.11-13

Salmo responsorial                                                             Sal 23, 1-2.3-4.5-6

           Dios es el que crea el universo; es su dueño. Pero habita especialmente en el templo de Jerusalén. Por eso los israelitas que lo visitan reciben todos sus bienes. Para ello se necesita adentrarse en su recinto con una vida sana, justa, intachable. Es la familia de Dios que Jesús reunirá en su rededor para escuchar la voluntad del Señor y cumplirla.

           V. Este es el grupo, Señor, que busca tu presencia.
           R. Este es el grupo, Señor, que busca tu presencia.



Aleluya                                                                                             Mt 6, 19-20

Aleluya. Aleluya.
«No atesoréis tesoros en la tierra […]
Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla y carcoma
que los roen, ni ladrones, ni ladrones que abren boquetes y roban»
Aleluya.

           Evangelio

                           «Vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino»                                     

           La relación íntima con el Señor hace posponer cosas y personas que distraen la vida de sus verdaderos fundamentos: caminar bajo la mirada atenta del Señor y fiarse de su providencia y cuidado. Jesús da en la clave de lo que debe ser la existencia entregada, servida y dada a los demás. Y sus seguidores anónimos, silenciosos, forman el rebaño en el que Dios va a poner su morada en la relación de amor que constituye su vida silenciosa, sencilla y humilde, como la de María (cf. Mc 9,33-36).

          
Lectura del santo evangelio según San Lucas          12, 32-34


Para meditar

«Acogeos mutuamente como Cristo nos acogió a nosotros para gloria de Dios (Rom 15,7). Como Cristo recibió a los ciegos para restituirles la vista, a los cojos para hacerles andar, a los leprosos para limpiarlos, a los sordos para devolverles el oído, a los muertos para resucitarlos, a los pobres para evangelizarlos, así debemos nosotros acogernos unos a otros. Si tu prójimo es ciego por la soberbia, en cuanto te sea posible ilumina sus ojos con el ejemplo de humildad; si está cojo por la hipocresía, enderézalo con las obras de la verdad; si está leproso por la lujuria, límpialo con la palabra y el ejemplo de la castidad; si está sordo por la avaricia, proponle el ejemplo de la pobreza del Señor; si está muerto por la gula y la embriaguez, resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia. A los pobres, en cambio, anúnciales la vida de Cristo» (San Antonio de Padua, Sermones Dominicales y Festivos. «Segundo Domingo de Adviento», 2,15).


          6.2 de mayo


                                                         
María Catalina Troiani (1813-1887)

            La beata María Catalina Troiani, de nombre de pila Constanza, nace en Giuliano di Roma (Frosinone. Italia) en 1813. Huérfana a los 6 años, ingresa en el convento de Santa Clara de Ferentino en 1829. Su espiritualidad, inspirada en Santa Clara, se centra en Cristo crucificado y en su seguimiento con una vida de penitencia y austeridad. Se dedica a la formación de jóvenes que tienen inquietud misionera. A propuesta del Vicario apostólico de Egipto, Mons. Perpetuo Guasco OFM, viaja a Egipto para dedicarse a la educación de niñas pobres en 1859. Trabaja en la iglesia católica de Muski, de los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa. Funda las Franciscanas Misioneras, que se dedican, además, a rescatar a las niñas negras destinadas a la esclavitud y a recoger a los niños recién nacidos y abandonados. Muere en El Cairo el 6 de mayo de 1887. El papa Juan Pablo II la beatifica el 14 de abril de 1985.

                                   Común de Vírgenes

           Oración. Señor, tú que te complaces en habitar en los limpios de corazón,
concédenos, por intercesión de la beata María Catalina, virgen, vivir, por tu gracia, de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                              Lecturas
                      
                       «Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien»

           La Palabra del Señor es la que clarifica las situaciones de bondad y maldad que hacemos los humanos. Y aunque intentemos manipular la realidad, vendiendo por bondad divina lo que son puros intereses humanos, Dios lo descubre y denuncia. Por esto pide la conversión radical de la persona. Y sólo se puede demostrar cuando el convertido trata a los demás como hermanos y como hijos de Dios, sobre todo a los abandonados de la sociedad, o a los marginados. Si el pecador cuida de los pobres, alcanza el perdón por parte de Dios. Y para ello se tiene que ayudar de su Palabra.

           Lectura del Profeta Isaías                                               1,10.16-20

Salmo respomnsorialSal                                           Salmo responsorial                                       Sal 103,1.24.29-31.34

           El Espíritu de Dios es vida. Todo lo que toca lo recrea, le da el ser y la capacidad para vivir y relacionarse. El Espíritu es la relación de vida y amor que Dios mantiene con su criatura. El creyente lo sabe y por eso está pidiendo su presencia constantemente.


           V. Envía tu Espíritu, Señor,
                       y repuebla la faz de la tierra.
           R. Envía tu Espíritu, Señor,
                       y repuebla la faz de la tierra.

                    Aleluya

           Aleluya. Aleluya.
           Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos la llama de tu amor.
           Aleluya.


           Evangelio
          
                       «Cuando el Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena»

           El Espíritu continúa la misión histórica de Jesús, que es la salvación y la revelación que ha traído a la historia de parte del Padre. La unión del creyente con el Hijo y el Padre permanece como realidad fundamental en la vida cristiana por medio del Espíritu, dando la posibilidad de que continúe adelante la historia de Jesús, como revelador del Padre y portador de su salvación. Los dones y los frutos del Espíritu son el desarrollo en el cristiano de la relación de amor que le identifica dentro de la Trinidad divina.


Lectura del santo Evangelio según San Juan  15,26-27; 16,12-15

                                   Para meditar

Conocéis la vida de la madre María Catalina y estaréis de acuerdo en que fue ciertamente la «mujer fuerte y amable» de la Escritura, hasta el punto de que cristianos y musulmanes la llamaban "Mamá Blanca" por su bondad y valentía en socorrer a los necesitados, sobre todo a las chicas, a los recién nacidos, expósitos y abandonados, afligidos y pobres. Pero sabéis que para llevar a la práctica este ideal de caridad y testimonio misionero tuvo que afrontar dificultades, contradicciones, animadversiones, antagonismos y complicaciones en lo civil y lo religioso. Nada ni nadie pudo detenerla jamás porque, segura de la llamada de Dios y siempre totalmente de acuerdo con las autoridades eclesiásticas, sentía con pasión la necesidad de amar a los hermanos en nombre de Dios y anunciarles y testimoniarles el Evangelio con entrega absoluta. En su biografía se lee que, cuando las seis primeras franciscanas que habían salido del monasterio de Santa Clara de Ferentino para comenzar su misión en El Cairo, hicieron escala en Malta, les llegó dolorosa noticia de la muerte del vicario apostólico de Egipto, monseñor Perpetuo Guasco, que las había llamado. Hubo un momento de desconcierto y desorientación en las religiosas, pensando en volver a su patria. Pero firme y resuelta a hacer la voluntad de Dios, sor María Catalina les dijo: «Animo, hermanas. Nos hemos desprendido de la tierra y nos encontramos entre el cielo y el mar, pero no temamos, pues nos guía el Altísimo. Hemos perdido a un padre en la tierra, pero tenemos al Padre del cielo que jamás nos abandona. ¡Animo! ¡Adelante!». (Juan Pablo II, Discurso a los a los peregrinos en su beatificación , 1985, en L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 19-V-85]

               8 de mayo



            Amato Ronconi  (1238-1304)

            El beato Amato de Ronconi nace en Saludecio (Rímini. Italia) en el seno de una familia acomodada. Huérfano y guiado por el hermano Santiago ingresa en la Orden Franciscana Seglar para dedicarse por entero a los pobres y marginados de su tiempo. Crea un hospicio sobre el Monte Orciale, base donde cuidaba a las personas más necesitadas. Desde aquí se extiende su fama de santidad y amor a los pobres por toda la región, ahondando e identificando el carisma de los seglares franciscanos en la Iglesia. Más tarde deja su servicio a los necesitados y se da a la contemplación y vida de penitencia, como era costumbre en este tiempo en la Orden. Muere el 15 de mayo del año 1304. El papa Pío VI aprueba su culto el 17 de abril de 1776.

                                                 Común de Santos Varones

           Oración. Señor Dios, tú nos has revelado que toda la ley se compendia en el amor a ti y al prójimo; concédenos que, imitando la caridad del  beato Amato, podamos ser un día contados entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                          Lecturas

                       «Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro»

           Las cualidades personales y los dones que da la gracia a cada cristiano sirve para la edificación del cuerpo de Cristo; tienen un sentido comunitario y se ejercen para beneficio de todos (cf. 1Cor 12,7.11; Ef 4,7-10). La capacidad de servicio personal debe tender al bien común, que no al bien propio, pues entonces se desune la fraternidad. La misión del Espíritu es orientar todos los servicios hacia la comunidad, y que cada don personal tenga sentido dentro del conjunto, porque todos son necesarios; porque todos construyen la Iglesia y la fraternidad; porque todos buscan el bien.


Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,12-14.27-30

           Salmo responsorial                                       Sal 115,12-13.17-18

           Cuando la vida respira a Dios, todo se convierte en gracia. Las personas que nos rodean y las cosas que tenemos se entienden como dones que regala el Señor, y no exclusivamente como fruto del trabajo. Por eso se alaba al Señor, se da gracias continuamente.


           V. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
           R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

           Aleluya                                                                      Éx 15,26

           Aleluya. Aleluya.
           «Si escuchas atentamente la voz del Señor, tu Dios, y haces lo que considera recto, no te afligiré con ninguna de las plagas con que afligí a los egipcios; porque yo soy el Señor, el que te sana».
           Aleluya.


           Evangelio

                                  «Curó a muchos enfermos de diversos males»

           Jesús proclama la venida del Reino de Dios por los pueblos que rodean el lago de Galilea. Por la autoridad con que habla y los milagros que acompañan a la palabra, todo el mundo le sigue entusiasmado. Jesús le quita la fiebre a la suegra de Simón; y de seguida se levanta y le sirve. Se recupera la salud para servir a los demás y mostrar que Dios se hace presente en la vida para potenciarla, para recuperarla. Jesús expulsa también los demonios a los poseídos. Éstos recuperan, con la salud, la libertad también para servir y alabar al Señor.


           Lectura del santo Evangelio según San Marcos       1,29-34

Para meditar

                8.1 de mayo


Jeremías de Valaquia (1556-1625)

            El beato Jeremías de Valaquia, Franciscano Capuchino, nace en Tzazo, Valaquia Menor, la actual Moldavia Inferior de Rumania, el 29 de junio de 1556; es hijo de Stoika Kostist y Margarita Barbato, agricultores; en el bautismo le ponen el nombre de Juan. Recibe una sólida formación cristiana en la que sobresale el amor a los pobres y hambrientos. Permanece en su país hasta los 18 años. Después viaja a Italia. En Nápoles ingresa en los Capuchinos, donde toma el hábito en mayo de 1578 en el convento de Sessa Aununca y profesa el 8 de mayo del año 1579. Después de residir en San Efrén Antiguo de Nápoles y en Pozzuoli, en 1585 es enviado a San Efrén Nuevo con el oficio de enfermero. Aquí reside hasta el día de su muerte, el 5 de marzo de 1625. Su vida se centra en la atención y cuidado de los hermanos enfermos, sin descuidar la atención a los pobres y necesitados, servicio que le viene de su familia y se acentúa en su formación y estilo de vida franciscano. El papa Juan Pablo II lo beatifica el 30 de octubre de 1983.

                       Común de Santos Varones
                      
Oración. Padre misericordioso, que has concedido al beato Jeremías imitar a tu Hijo en el servicio a los hermanos y en la total inmolación por ellos, concédenos recorrer el camino evangélico de la humildad y de la caridad para colaborar en tu designio universal de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                              Lecturas

«Quien odia a su hermano es un homicida»

El amor a Dios y el amor a los hermanos se centra el mensaje evangélico de Jesús (cf. Mc 12,28-34par). Y esto es tan urgente en todos los tiempos y en todas las culturas, que es lo que da sentido a la vida humana (cf. 2Cor 5,14), al menos como aportación fundamental del cristianismo. De ahí que debe siempre estará presente en nuestra conciencia y en nuestro corazón el verdadero contenido de la dignidad cristiana. El mandato de Jesús (cf. Jn 13,34; 1Jn 3,23) se identifica con lo que él vivió. Su vida es la horma de nuestro amor a Dios y a los hermanos (cf. Col 1,24).

Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan  3, 14-18


           Salmo responsorial                                                   Sal 113,1-2.3-4.5-6.7-8

           El Señor habita en su gloria. Pero no está encerrado en ella desconociendo a sus criaturas. El preside también toda la creación mirando por su estabilidad y bien. Además de las criaturas se preocupa de sus hijos como un Padre, sobre todo por aquellos que sufren la humillación, los que padecen habre y sed. El Señor no está ausente de la historia y evolución del mundo y del hombre.

V. Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre
R.  Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre


           Aleluya.                                                                     Lc 10, 27

           Aleluya. Aleluya.
           «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu fuerza
y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo»   
Aleluya


           Evangelio

                       «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón»

           El amor de Dios a Israel ha sido una evidencia a lo largo de su historia (cf. Dt 7,7; Os 4,4). La exigencia de responder a la actitud de Dios queda escrita en los primeros mandamientos: sólo el Señor es el único que existe y a quien deben adorar y amar (cf. Éx 20,3-7; Dt 6,5). Jesús une y relaciona la respuesta del amor a Dios con el amor al prójimo, que también es otra evidencia en Israel (cf. Lev 19,17; 23,4.9), y la presenta como la síntesis de todo el Decálogo (cf. Mt 22,34-40). De aquí se originan y dimanan todos los demás mandamientos. La parábola del Buen Samaritano lo evidencia. Todavía más. Para Pablo, el amor al prójimo es el cumplimiento de la Ley (cf. Rom 13,8-10; Gál 5,14) y Jesús amplía el horizonte humano: comprende el amor al enemigo (cf. Lc 10,29-37). Es así como aparece con más nitidez la paternidad universal de Dios y la comunión entre todos los hombres, cuyo amor es un amor de hermanos e hijos de Él.


Lectura del santo evangelio según San Lucas          10, 25-37

Para meditar
          
«Acogeos mutuamente como Cristo nos acogió a nosotros para gloria de Dios (Rom 15,7). Como Cristo recibió a los ciegos para restituirles la vista, a los cojos para hacerles andar, a los leprosos para limpiarlos, a los sordos para devolverles el oído, a los muertos para resucitarlos, a los pobres para evangelizarlos, así debemos nosotros acogernos unos a otros. Si tu prójimo es ciego por la soberbia, en cuanto te sea posible ilumina sus ojos con el ejemplo de humildad; si está cojo por la hipocresía, enderézalo con las obras de la verdad; si está leproso por la lujuria, límpialo con la palabra y el ejemplo de la castidad; si está sordo por la avaricia, proponle el ejemplo de la pobreza del Señor; si está muerto por la gula y la embriaguez, resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia. A los pobres, en cambio, anúnciales la vida de Cristo» (San Antonio de Padua, Sermones Dominicales y Festivos. «Segundo Domingo de Adviento», 2,15).


               8.2 de mayo



Carmen del Niño Jesús (1834-1899)

            La beata María del Carmen González Ramos nace en Antequera (Málaga. España), el día 30 de junio de 1834. Contrae matrimonio con Joaquín Muñoz del Caño en 1856. A los 47 años enviuda. Preocupada por la educación de los niños abandonados, forma un grupo de mujeres para realizar esta labor. Profesa en la Orden Franciscana Seglar, en la que ocupa la responsabilidad de Maestra de novicias. Vive el sentido de fraternidad universal, de pobreza y de amor a la humanidad de Cristo tan importante en San Francisco de Asís. El 8 de mayo de 1884 funda el instituto de las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones, intensificando la espiritualidad franciscana sobre el amor al Corazón de Cristo y al Corazón de María. Crea once fraternidades para servir, además de la educación de los niños, a los enfermos y a las jóvenes obreras. Muere en Antequera el 9 de noviembre del año 1899. El papa Benedicto XVI la beatifica el 6 de mayo de 2007.

Común de Santas Mujeres

Oración. Dios, Padre bueno, que has dado a tu sierva, la beata madre Carmen del Niño Jesús, grandeza de alma para contemplar e imitar a tu Hijo en los misterios de Belén, el Calvario y la Eucaristía, concédenos, por sus ruegos, espíritu de oración y caridad para que, fieles a tu voluntad, seamos en el mundo signos de la Vida nueva. Por nuestro Señor nuestro Señor Jesucristo.

                                  Lecturas

«Amar es cumplir la ley entera»

La relación que el Señor ha decidido establecer con su creación, tanto cuando le dio origen, como cuando la recreó en la historia de su Hijo, es la del amor. El motivo último de la creación es establecer una alianza con su criatura. El motivo último de la Encarnación es el amor: «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo» (Jn 32,16). Por eso, el amor es lo que resume la ley del AT y es lo que identifica la vida nueva del cristiano (cf. Gál 5,14).

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos            13,8-10


Salmo responsorial                                                  Sal 78,8-9.11.13

           El pueblo desterrado recuerda las traiciones que ha hecho al Señor. Reconoce sus pecados, pide perdón y con él la salvación: que el Señor le devuelva la libertad. Pero es consciente de que sólo si se convierte de verdad podrá ver el rostro del Señor en el país de la vida, en el espacio que le donó después de la promesa hecha en la Alianza del Sinaí.


           V. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
           R. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.


Aleluya                                                                     Lc 4,18-19

           Aleluya. Aleluya.
           «El Señor me ha enviado a dar la Buena Noticia:
a proclamar la liberación a los cautivos».
           Aleluya.



           Evangelio

                       «Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá»

           El cristiano que experimenta en verdad al Señor, sabe lo que es la relación de amor que ha establecido con Él, y, por consiguiente, la pobreza de su respuesta. Esta indigencia natural que soporta todo hombre como medida de su ser, cambia cuando funda su existencia en el Señor. Él se entrega, enriquece a sus hijos más que un padre natural hace con los suyos. Con esta confianza es como vive el cristiano y experimenta la paz de aquel que se sabe mirado y querido por Dios Y desde esta relación se relaciona con los más necesitados para recuperar su dignidad cristiana.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas                      11,9-13

Para meditar

“Es madre Carmen –me decía-, una criatura que el Señor ha escogido para la empresa de caridad tan multiplicada como la que está llevando a cabo. ¿Quién diría, si no fuese cosa de Dios, que aquella señora tan recogida y probada en el hogar doméstico, había de desplegar tan sorprenden actividad en el ocaso de su vida? No hay duda; yo veo que el cielo la ha adornado de unas dotes excepcionales de superior talento y singular discreción, unidos a su simpatía y don de gentes. Pero lo que más admiro es su virtud y fortaleza para superar tantas contrariedades y conjurar dificultades enormes, que la ponen en gravísimos conflictos: que si no fuese un alma del temple de ella, hubieran dado al traste con esta hermosa obra […] Ante todo se traslucía su gran espíritu de humildad. Jamás quería distinciones para ella. En el fervor, espíritu de oración y presencia de Dios era ejemplarísima; hablaba de lo que encerraba su corazón: de Dios y de la virtud. Así producía en los que la tratábamos un deseo de ser mejores, que es el síntoma de las almas perfectas: llevar a Dios por sus edificantes ejemplos y fervorosas conversaciones. (Del Testimonio aportado en el Proceso de beatificación por Miguel Jiménez Pérez, capellán y confesor del Convento de Ntra. Sra. de La Victoria. Inquisitio de documentis processui apostolico, Rolma 1974, pp. 52-56).


                 8.3 de  mayo




           Ulrica Nisch de Hoegne (1882-1913)


La beata Ulrica Nisch nace en Oberdorf-Mittelbiberach (Wurttenberg. Alemania) el 18 de septiembre de 1882, en una familia muy pobre. Su abuela le da una profunda formación religiosa y trabaja como empleada de hogar para ayudar a su familia. En 1903 es hospitalizada en Rorschach, donde conoce a las Hermanas de la Caridad de la Santa Cruz de Ingebohl. Poco más tarde ingresa en la Congregación. Profesa en Hoegne el 24 de abril de 1907. Obedece los destinos en el hospital de Bühl en Mittelbaden y en la Casa de San Vicente, de Baden-Baden. Destaca por su vida de oración, humildad, penitencia y servicio a las hermanas. Enferma de tuberculosis en 1912. Ingresa en el hospital de Santa Isabel, en la Casa de Hoegne, donde a la edad de 31 años murió, el 8 de mayo de 1913. Es beatificada por el papa Juan Pablo II el 1 de noviembre de 1987.

                             Común de Vírgenes
          
Oración. Señor, tú que te complaces en habitar en los limpios de corazón,
concédenos, por intercesión de la beata Ulrica, virgen, vivir con ayuda de tu gracia los padecimientos de tu Hijo, para que merezcamos, como él, la gloria de la Resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                  Lecturas

                       «En la vida y en la muerte somos del Señor»

           Dios responde al pecado del hombre, que se ha alejado  de su influencia de amor, con otro acto de amor, que añade al de la creación: envía a su Hijo. El rescate de los hombres dominados por el diablo le ha costado al Padre ofrecer la vida de su Hijo (cf. Rom 5,20; 1Cor 6,20; Jn 10,10). Se ha pasado del dominio de las tinieblas al reino de la luz, donde resplandece la gloria del Padre y el amor extremo de su Hijo (cf. 1Jn 1,5; Col 1,3). El hombre ya es libre para amar gracias a Jesucristo (cf. Rom 8,21; Gál 4,31), al que le debemos el que nos sintamos hermanos, porque somos en realidad hijos de Dios.

           Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos  14,7-9

          
                                                                                                           Salmo responsorial                                        Sal 18,8-10.15

           El Señor da la seguridad al creyente porque procede con rectitud; porque su palabra es justa y, en cuanto tal, genera vida y comunidad. De ahí que el cumplimiento de sus mandatos no sólo transmitan su salvación, inscrita en su ley, sino la paz y la seguridad para el justo, porque sabe que camina por la senda acertada.

           V. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
           R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

           Aleluya                                                                        Jn 10,27

           Aleluya. Aleluya.
           «Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—;
            y yo las conozco y ellas me siguen».
           Aleluya.
          

           Evangelio

           «Quien quiera ser el primero, que sea el último y servidor de todos».

           Mientras Jesús enseña que su vida terminará en la cruz como expresión del servicio a los demás, los discípulos discuten sobre la actitud vital contraria: la del poder. Ante el poder, Jesús les presenta la figura humana más débil: la del niño. A través de la debilidad que entraña el amor es como la salvación, que procede del Padre, pasa a los hombres por medio del amor servicial de Jesús. Y esta actitud es la que deben tener todos los que quieran asumir responsabilidades en la comunidad cristiana (cf. Rom 12,3-19; 14,1-15), porque en ella no caben los engreídos o poderosos, ya que contradicen el sistema de relaciones que funda a la comunidad cristiana (cf. Sant 2,1-9).

           Lectura del santo Evangelio según San Marcos         9,29-36

                                              Para meditar

“Podemos beatificar a Sor Ulrica Nisch porque en los treinta y un años de su vida terrena, se cumplieron las condiciones establecidas por las bienaventuranzas del Evangelio. Quien sabe de su vida, sabe de la gran pobreza de su infancia, de su humilde servicio, de las pruebas de su cuerpo enfermo, del periodo de oscuridad que pasó en la oración. Estas duras experiencias fueron llevadas por la Hermana Ulrika con tal pureza de corazón que siempre veía, hasta en las cosas más pequeñas, la bondadosa mano de Dios, y de Él recibía en cada momento de la vida su agradecimiento filial. Fue muy pobre ante Dios ( cf. Mt 5, 3 ).
El amor de Dios no encontró obstáculo en su pensamiento, en sus sentimientos y en su voluntad:  tenía un "corazón puro", y su afán en la vida fue siempre "buscar a Dios" en la unión mística ( cf. Mt 5, 8). Una oración continua acompañó su trabajo y su descanso nocturno", todo lo hacía oración.
Llena de Dios, Ulrika Nish se volvió más receptiva a su amor; un amor con el que impregnaba todas sus acciones e incluso los servicios y trabajos más sencillos a la gente. En su presencia, la gente se sentía "como en el cielo. Fue verdaderamente bendecida porque su poder radicó en un "amor sin medida”  (cf. Mt 5, 5 ). (Juan Pablo II, homilía de la beatificación, 1 noviembre 1987)

              9 de mayo 



Catalina de Bolonia ( 1413-1463)

Santa Catalina nace en Bolonia (Emilia Romaña. Italia) en el año 1413. Es hija de una familia noble llamada Vigri. Llega a formar parte de la corte de Margarita, princesa de Ferrara. Recibe una educación exquisita, aprendiendo filosofía, latín y arte religioso. Cuando Margarita se casa con Roberto Malatesta, príncipe de Rímini, ingresa en una comunidad de damas perteneciente a la espiritualidad agustiniana y que, más tarde, por influencia de los franciscanos, se transforman en una comunidad de Clarisas. Catalina emite sus votos en1432. Es nombrada Maestra de novicias. Aquí escribe la obra Las siete armas y es adornada por toda clase de experiencias espirituales, siempre fiel al espíritu de penitencia y entrega de Santa Clara. En 1455, se autoriza a la Observancia constituir monasterios de Clarisas. Santa Catalina es elegida para fundar en su ciudad natal. El 22 de julio del año 1456 llega a Bolonia para implantar la espiritualidad clariana. Muere el 9 de marzo del año 1463. Su cuerpo recibe sepultura en la capilla del Corpus Domini del monasterio. Fue canonizada en 1712 por el Papa Clemente XI. Es la patrona de los artistas, y entre sus obras destacan: Cristo en la Cruz y Santa Úrsula y sus Hijas (Bolonia); Santa Úrsula y Mártires (Venecia).

Común de Vírgenes

Oración. Señor, Dios nuestro, que has colmado de gracias extraordinarias a tu virgen Santa Catalina de Bolonia, concédenos imitar sus virtudes para merecer con ella el gozo de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.


                                              Lecturas

«El amor es fuerte como la muerte»

           Si la muerte es la realidad que destruye todo lo construido a lo largo de la vida humana, hay una experiencia que puede con ella. Es el amor. Porque en el amor está Dios (cf. 1Jn 4,12), porque el amor es Dios (cf. 1Jn 4,8-16). Y el Dios de la vida (cf. Mc 12,18-27par) no deja que se pierdan sus hijos. Además, el amor es la fuerza capaz de transformar a una persona, transformación que se consigue conforme se intensifica la relación con Él.

Lectura del Cantar de los Cantares                             8, 6-7


Salmo responsorial                                      Sal 44, 11-12.14-15.16-17

El Salmo es un canto compuesto para la boda de un rey. La creencia judía y cristiana lo refiere a la boda del Mesías con Israel o con la Iglesia (Cat 3,11; Is 62,1; etc.), que comporta los atributos del Señor (cf. Sal 145,4-7.112-113). Por otro lado, si se abandona el culto pagano, las raíces paternas, se le dará a cambio hijos para proseguir su vida en la historia humana.

V. En ti, Señor, he puesto mi alegría.
R. En ti, Señor, he puesto mi alegría.  


Aleluya                                                         Lc 11,28

Aleluya. Aleluya.
Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
y la guardan.
Aleluya


Evangelio

«Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor»

           María, como Lidia a Pablo (cf. Hech 16,15), acoge a Jesús en su casa. Y escucha su palabra, como una discípula (cf. Lc 8,1-3). Marta está absorbida con los preparativos de la comida a los invitados. Y llega un momento que se queja al Maestro. Jesús, como Señor, sentencia: no hay que hacer tantas cosas que puedan absorber la atención de tal manera que quede en segundo lugar, o en el olvido, la más importante en esos momentos, como es la presencia de Jesús explicando la Palabra de Dios. Porque «no sólo de pan vive el hombre...» (Cf. Lc 4,4; Dt 8,3).

Lectura del santo Evangelio según San Lucas                                                         Lectura del santo evangelio según San Lucas                       10,38-42

Para meditar

           «Si tantas razones como hay para amarte, Dios de mi corazón y esposo de mi alma, no bastan para que mi corazón, de día y de noche, siempre arda en llamas de amor, despiértame siquiera y muéveme a lo menos el amor inmenso que me tienes. Ninguna cosa más provoca al amor que ser amado; y así amamos a los que nos aman, aunque sean indignos de nuestro amor, solamente porque nos aman. ¿Quién es tan silvestre y bárbaro que no ame a quien le ama? Los hombres muy crueles suelen amar a quien los ama, y no quieren hacer esto contigo, siendo quien eres y amándolos tú tanto que te diste a ti mismo por ellos.
           Pues un amor no se paga sino con otro amor, muy justo es por cierto, Señor, que yo te ame y arda en vivas llamas de puro fuego de amor, pues tan ardentísimamente soy amado de ti. Si dudas, pues, ánima mía, del amor que tu Dios te tiene, sus testimonios por cierto son muy terribles. Testigo es la cruz, testigos son los clavos, testigos los dolores, testigo la confusión, testigos los arroyos de sangre y testigo la muerte amarga y acerbísima que por ti sufrió» (Diego de Estella, Meditaciones del amor de Dios, 11).



                       11 de mayo





       Ignacio de Láconi (1701‑ 1781)

San Ignacio nace en Láconi (Cerdeña. Italia) el 17 de noviembre de 1701, hijo de Matías Peis Cadello y Ana María Sanna Casu. A los 18 años cae enfermo y promete a Dios, si se cura, ingresar en los Franciscanos Capuchinos, promesa que cumple el 3 de noviembre de 1721 en el convento de Cágliari. El 10 de noviembre de 1721 toma el hábito en el convento de San Benito. Después vive en las fraternidades de Iglesias, Sulcis y Cágliari, en el convento de Buoncammino, donde se ocupa del telar y de pedir limosna. Aquí reside durante 40 años. Muestra su humildad, simplicidad, bondad y caridad entre los pobres y los pescadores, convirtiéndose en un icono creyente y franciscano en esta población. Queda ciego en 1779 y fallece en Cágliari el 11 de mayo de 1781. El papa Pío XII lo canoniza el 21 de octubre de 1951.

 Común de Santos Varones

Oración. Oh Dios, que has llevado a San Ignacio de Láconi a la meta de la santidad por el camino de la sencillez evangélica y el amor a los hermanos, concédenos imitar su vida y ejemplo con obras de caridad al servicio de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                                                                                                                                                           Lecturas

           «Nunca me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado»

           San Pablo resalta la condición social de los que componen las asambleas cristianas. Los pobres, que se abren a Dios, reciben los beneficios de la salvación que ha donado por medio de su Hijo Jesucristo. Dios excluye a los que se creen salvados por su orgullo, por la posesión de bienes materiales; y los excluye, también, porque someten y esclavizan a los demás para mantener su poder social. Salvación, en este sentido, es la liberación de aquellos que dominan a los demás y para poder disfrutar de la libertad de los hijos de Dios.

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios   1,26-31; 2,1-2

           Salmo responsorial                           Sal 15,1-2.5.7-8.11

           El salmo expresa la entrega total y definitiva al Señor. A pesar de que los creyentes llevan una vida de trabajo y cuidado de la familia, cuando mantienen su relación con el Señor, éste se hace cada vez más patente e intensifica su presencia en la vida, hasta que el creyente se entrega por entero a su relación de amor.

           V. El Señor es el lote de mi heredad.
           R. El Señor es el lote de mi heredad.

Aleluya                                                                                   Aleluya                                               Mt 11,25

           Aleluya. Aleluya.
           «Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los misterios de tu Reino a la gente sencilla».
           Aleluya.


           Evangelio

           «Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los cielos»

Jesús enseña algunos aspectos que deben presidir la fraternidad evangélica. Como principio excluye el poder, e indica a los discípulos que el camino a seguir es el de la humildad, la sencillez, la debilidad, la inocencia, etc., características de la infancia. Con estas actitudes básicas, deben abrirse a todo el mundo y acoger, sobre todo, a lo que simbolizan los niños, que son aquellos que, por cualquier causa, viven en la debilidad, caminando desamparados y solos por la vida. Quién los recibe están cobijando al mismo Jesús y a su Padre, pues les tiene especial benevolencia (cf. Lc 10,21-22; Mt 11,25-27).


Lectura del santo Evangelio según San Mateo         18,1-5.10    

          
                                              Para meditar

«A quien, ávido de perfección, eligió a Cristo, le es sumamente necesario ejercitar su alma en la práctica asidua de la oración y en la devoción […]. Has de saber que son necesarias tres cosas para alcanzar la oración perfecta. Lo primero, cuando te pongas a orar, levantado tu cuerpo y tu corazón, cerrados tus sentidos, debes repasar, con un corazón triste y contrito, tus miserias pasadas, presentes y futuras. Lo segundo es la acción de gracias, es decir, agradecer con humildad a tu Creador los beneficios recibidos de él, y aun aquellos que te quedan por recibir. No hay nada que nos haga tan dignos de los favores divinos que el dar gracias a Dios continuamente, de palabra y de obra, por los beneficios recibidos. Lo tercero que se requiere para la perfección de la oración es que, durante la misma, tu ánimo no piense en nada más sino en que estás orando. Porque no es conveniente estar hablando a Dios con los labios y poner el corazón en otra cosa, como dirigiendo medio corazón hacia el cielo y la otra mitad hacia la tierra». (De la Vida perfecta (para religiosas) de San Buenaventura. Cap. V, 1-5: San Buenaventura, Experiencia y teología del misterio, BAC, Madrid 2000, pp. 249-253).





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